La FDA aprueba primera inyección para depresión posparto

La FDA, la instancia gubernamental que autoriza en última instancia la comercialización de drogas y alimentos en EEUU, informó que ha aprobado el primer tratamiento para la depresión posparto cuando la madre y/o el bebé corren peligros.

Se trata de la inyección de Zulresso (brexanolone, uso intravenoso IV), para el tratamiento de la depresión posparto (PPD) en mujeres adultas. La FDA subraya que este es el primer medicamento que aprueba específicamente para esta condición.

La depresión posparto es una afección que, cuando es grave, puede poner en peligro la vida. Las mujeres pueden experimentar pensamientos acerca de hacerse daño o dañar a sus hijos. La depresión posparto también puede interferir con el vínculo materno infantil.

“Esta aprobación marca la primera vez que un medicamento ha sido aprobado específicamente para tratar la depresión posparto, lo que proporciona una nueva opción de tratamiento importante “, confirmó en un comunicado de prensa Tiffany Farchione, MD, directora interina de la División de Productos de Psiquiatría en el Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA.

La PPD es un episodio depresivo mayor que ocurre después del parto, aunque los síntomas pueden comenzar durante el embarazo.

Al igual que con otras formas de depresión, se caracteriza por la tristeza y/o pérdida de interés en actividades que la afectada solía disfrutar y una menor capacidad para sentir placer (anhedonia). Puede presentar síntomas como deterioro cognitivo, sentimientos de inutilidad o culpa e ideas suicidas.

Zulresso, dice la FDA, se administra como una infusión intravenosa continua durante un total de 60 horas (2,5 días). Puede provocar desmayos.

“Debido al riesgo de daño grave derivado de la pérdida repentina de la conciencia, las pacientes deben ser monitoreadas para detectar sedación excesiva” y nunca separadas de sus hijos “mientras reciben la infusión”. Repite que “deben estar acompañadas durante las interacciones con sus hijos”.

La eficacia de Zulresso se demostró en dos estudios clínicos con un grupo de participantes que recibieron una infusión intravenosa continua y otro grupo que solo recibió placebo. A ambos se les hizo seguimiento durante cuatro semanas.

En septiembre de 2018 la revista científica The Lancet publicó la investigación “Inyección de brexanolona en la depresión posparto: dos ensayos de fase 3, multicéntricos, doble ciego, aleatorizados, controlados con placebo”.

En las conclusiones de este estudio se lee que la administración de la inyección de brexanolona “dio como resultado reducciones significativas y clínicamente significativas en la puntuación total de HAM-D a las 60 h en comparación con el placebo, con un rápido inicio de acción y una respuesta duradera al tratamiento durante el período de estudio”.

“Nuestros resultados sugieren que la inyección de brexanolone es un nuevo fármaco terapéutico para la depresión posparto que tiene el potencial de mejorar las opciones de tratamiento para las mujeres con este trastorno”, se remarca en The Lancet.

“Los proveedores de atención médica deben considerar cambiar el régimen terapéutico, incluida la suspensión de Zulresso, en pacientes cuyo PPD empeora o experimenta pensamientos y conductas suicidas emergentes”, alerta la misma nota.



Opinión de psicoterapeuta

Aplaude este logro la psicóloga clínica y psicoterapeuta i.A. Verónica Rodríguez Almeida, del Heildelberger Institut für Psychotherapie de Alemania, alineada entre los profesionales favorables a que siempre la primera opción no sea medicamentosa, precisamente por los efectos secundarios que provocan los medicamentos.

La psicoterapeuta alemana de origen ecuatoriano prosiguió en un mensaje enviado por correo eletrónico a Salud de Acento que el uso de medicamentos como primera opción “dan el mensaje de que uno no tiene ningún control sobre lo que pasa”.

Un medicamento como el aprobado por la FDA para ser inyectado “en un momento tan importante para la mamá y su hijo solo se debería adoptar si no hay más opciones”, remarcó.

Ello, debido a que siempre debe tomarse en cuenta “que el vínculo de la mamá con su hijo se puede afectar todavía más, no solo por la depresión pospartal, sino, por ejemplo, si la mamá no puede dar de lactar por efecto del medicamento”, añadió Rodríguez Almeida.

Con un psicoterapia, concluyó, “el vínculo madre-hijo se puede retomar y después reforzar; además, en estas terapias no se espera una cura milagrosa, se busca las posibles causas y soluciones”.

Acerca del Autor
Con unos 40 años de experiencia en el ámbito de las comunicaciones especializadas, ampliamente relacionado a los sectores de la Salud, Seguros, seguridad y pensiones en R.D.

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