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Desafíos y oportunidades para las Escuelas de Educación de Seguros en la era de los avances tecnológicos
Escrito el 21 feb 2018
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Lo más interesante del ciclo de conferencias fue conocer de primera mano la visión de Uri Levine, creador de WAZE, quien además de haber fundado la compañía cuya aplicación para evitar el tráfico es utilizada más de 100 millones de conductores alrededor del mundo, la cual fue adquirida en casi 1 billón de dólares por Google en 2013, ha fundado varios emprendimientos basados en el famoso modelo de plataforma que permite conectar a ofertantes y demandantes de un producto, ya sea este tangible o intangible (como es el caso de los servicios).
(Imagen; José Alfonso Laínez (izquierda), Director Ejecutivo de PRAXIS y Uri Levine (derecha), Fundador de Waze)
Definitivamente la tecnología está cambiando el mundo, y las escuelas de educación en general, Universidades, Escuelas de Negocios, Institutos técnicos y otros, ciertamente están bajo presión para hacer un salto tecnológico, aprovechando el “don de la ubicuidad” que permiten la comunicación a distancia pero en tiempo real.
Precisamente, parecería que el tiempo invertido en sortear el tráfico podría ser aprovechado digitalmente para aprender sin tener que movernos de donde estamos. Pero por alguna razón, la gente sigue creyendo en que nada sustituye el contacto personal, real, no virtual.
Es por ello, que no debería ser extraño el fenómeno de los MOOC´s (Massive Open Online Course, por sus siglas en Inglés) que muchos, –entre ellos, las mismas universidades que los crearon– pensaron que tendría un comportamiento disruptivo, pero en la práctica, sigue siendo sumamente elitista (poco utilizado) y con poco o mínimo impacto en incrementar la empleabilidad de quienes los toman, al menos, esa es la apreciación del mismo Bill Gates.[1]
Estudiando el fenómeno en Latinoamérica, lo que ha ocurrido, son vanos o poco exitosos, la mayoría de los intentos por implementar sistemas de educación a distancia. Pero la experiencia dicta que cuando es posible, los que quieren adquirir competencias especializadas buscan sistemas de educación presenciales, lo que obliga a los centros educativos a escoger bien a sus instructores y ubicar e importar temporalmente a los mejores dentro de sus redes internacionales.
Lo que la educación produce en los individuos
Volviendo al tema que nos atañe, lo más importante a rescatar es el impacto de la educación en la vida de los educandos: un estudio realizado por la Oficina de Ciencias del Gobierno de UK(*) encontró que los beneficios del entrenamiento continuo en una persona a lo largo de su vida incluyen una mayor satisfacción de vida, mayor grado de optimismo y un sentido subjetivo de bienestar. Las personas adultas en situación de aprendizaje se sienten más seguras y mentalmente estimuladas cuando desarrollan habilidades a lo largo de su vida.[2]
Ahora bien, la cuestión es, ¿cuántas personas saben que tendrán esa sensación después de haber invertido tiempo, esfuerzo disciplinado y dejar otras actividades de gratificación inmediata, cuando dediquen su tiempo a prepararse?, probablemente, la respuesta es que muy pocas. Esta es la razón por la que los Centros de Enseñanza deben encontrar como volver “sexys” sus modelos educativos: en principio nadie quiere “volver a la escuela”, donde como dijo un aspirante a Doctor en Economía, “cuando vuelves a estudiar, pierdes todos tus derechos de ciudadano”.
Los estilos de aprendizaje y el aprendizaje experiencial
Desde 1970 –demasiado tiempo ya para no ser tomados en consideración por cualquier centro de estudios andragógicos[3]–, el Dr. David Kolb y Ron Fry desarrollaron su modelo de aprendizaje experiencial, el cual toma en cuenta los diferentes estilos de aprendizaje: la Experiencia Concreta, la Observación y Reflexión sobre la Experiencia, la Concepción Abstracta y la Experimentación Activa.
El modelo de Kolb supone un cambio que va más allá de las simples diferencias en la forma en que las personas aprenden, ataca de lleno el paradigma de la educación tradicional que responde a una cultura que magnifica al profesor y minimiza el alumno. En este sentido, el reto de la educación moderna es ayudar a los educandos a recuperar el gusto por aprender y enseñarlos a aprender a aprender, lo cual pasa por diseñar aprendizajes que permitan “circular” varias veces, profundizando, por los distintos momentos del ciclo de aprendizaje que plantea Kolb.
Habilidades del pensador del Siglo XXI
El aprender a aprender y recuperar el gusto por el aprendizaje introduce el concepto de “Lifelong Learner” [4] que destaca las habilidades que deben ser cultivadas por el “pensador del Siglo XXI”: Colaboración, Creatividad, Comunicación y Pensamiento Crítico, las cuales, deben formar parte de los ejes transversales de cualquier programa educativo.
En PRAXIS, cuyo equipo de profesionales está caracterizado por la multidisciplinareidad y su experiencia internacional, se parte de la base de estos ejes para el diseño de sus mallas curriculares, lo que explica en buena medida el éxito logrado desarrollando postgrados con temáticas de avanzada así como programas con habilidades gerenciales (soft skills) para complementar las habilidades técnicas del personal de sus clientes.
El entorno tecnológico como factor de cambio de la realidad en general y específicamente, de la realidad educativa
En teoría, la realidad presentada en la imagen anterior existe en algunas latitudes y es un fiel reflejo de la visión concreta de varios centros de eduación superior. Sin embargo, las escuelas de educación deben invertir y asegurar que la tecnología no falla, que la interacción en ambas vías es posible sin los molestos “delays” o interrupciones en el flujo de comunicación, que los profesores cambien su comportamiento “dentro del aula” y sin duda alguna, lo más importante, que los educandos realmente prefieran esta modalidad online en tiempo real.
Por otro lado, la educación andragógica también requiere de “digital readiness”, tanto de profesores como de alumnos, los cuales deben ser suficientemente “digitales” para buscar y compartir contenido de valor que sea válido, lo que implica saber buscar y emitir juicios de valor sobre la inmensidad del contenido que ahora está disponible en la web. Como plantea un estudio realizado en aprendizaje de adultos, los patrones de aprendizaje han empezado a variar en diferentes grupos de adultos (ver el cuadro sobre “Personal learning patterns vary across groups of adult learners”)
En este sentido, uno de los retos más importantes de la educación andragógica viene a ser cómo fomentar el digital readiness en los adultos cuya brecha generacional los hace buscar sólo fuentes tradicionales de información, o, cómo enseñar a los adultos técnicas apropiadas de búsqueda, validación y aprendizaje a través de la infinidad de data que proporciona la World Wide Web.
Identificación de oportunidades y retos
En definitiva, es posible identificar varias oportunidades para aprovechar y retos que cumplir en las Escuelas de Educación de Seguros:
Es importante fomentar el uso de la tecnología pero teniendo cuidado de no abusar de la misma como la panacea al reto complejo que supone el desarrollo y adquisición de habilidades. Al mismo tiempo, el reto es promover la formación de habilidades digitales en los educandos y una de las formas más efectivas para esto es promover el acceso a contenidos digitales de valor.
Desarrollar y vivir el concepto de “Lifelong learner” o las “habilidades de aprendizaje de por vida”, se vuelve un eje transversal que debe ser buscado y ejecutado conscientemente por los formadores, rescatando la curiosidad, el aprendizaje lúdico y hacer pasar a los educandos por todas las etapas del ciclo de aprendizaje de Kolb, no sólo para asegurar el conocimiento por uno u otro estilo que conecte más con la audiencia, sino, porque el mismo aprendizaje experiencial ha probado ser más efectivo para superar el reto de instalar competencias en el aula.
Quizás el reto más importante de esta nueva cultura de educación bajo la realidad de avance tecnológico en que vivimos, es lograr que los mismos profesores, instructores y formadores tengan conciencia del cambio de paradigma metacognitivo[5], y acepten el nuevo que implica la búsqueda de nuevas experiencias dentro del aula, el fomento de acceso ordenado a la información y enseñar a aprender, como principios rectores de su accionar andragógico.
Lo más interesante del ciclo de conferencias fue conocer de primera mano la visión de Uri Levine, creador de WAZE, quien además de haber fundado la compañía cuya aplicación para evitar el tráfico es utilizada más de 100 millones de conductores alrededor del mundo, la cual fue adquirida en casi 1 billón de dólares por Google en 2013, ha fundado varios emprendimientos basados en el famoso modelo de plataforma que permite conectar a ofertantes y demandantes de un producto, ya sea este tangible o intangible (como es el caso de los servicios).
Definitivamente la tecnología está cambiando el mundo, y las escuelas de educación en general, Universidades, Escuelas de Negocios, Institutos técnicos y otros, ciertamente están bajo presión para hacer un salto tecnológico, aprovechando el “don de la ubicuidad” que permiten la comunicación a distancia pero en tiempo real.
Precisamente, parecería que el tiempo invertido en sortear el tráfico podría ser aprovechado digitalmente para aprender sin tener que movernos de donde estamos. Pero por alguna razón, la gente sigue creyendo en que nada sustituye el contacto personal, real, no virtual.
Es por ello, que no debería ser extraño el fenómeno de los MOOC´s (Massive Open Online Course, por sus siglas en Inglés) que muchos, –entre ellos, las mismas universidades que los crearon– pensaron que tendría un comportamiento disruptivo, pero en la práctica, sigue siendo sumamente elitista (poco utilizado) y con poco o mínimo impacto en incrementar la empleabilidad de quienes los toman, al menos, esa es la apreciación del mismo Bill Gates.[1]
Estudiando el fenómeno en Latinoamérica, lo que ha ocurrido, son vanos o poco exitosos, la mayoría de los intentos por implementar sistemas de educación a distancia. Pero la experiencia dicta que cuando es posible, los que quieren adquirir competencias especializadas buscan sistemas de educación presenciales, lo que obliga a los centros educativos a escoger bien a sus instructores y ubicar e importar temporalmente a los mejores dentro de sus redes internacionales.
Lo que la educación produce en los individuos
Volviendo al tema que nos atañe, lo más importante a rescatar es el impacto de la educación en la vida de los educandos: un estudio realizado por la Oficina de Ciencias del Gobierno de UK(*) encontró que los beneficios del entrenamiento continuo en una persona a lo largo de su vida incluyen una mayor satisfacción de vida, mayor grado de optimismo y un sentido subjetivo de bienestar. Las personas adultas en situación de aprendizaje se sienten más seguras y mentalmente estimuladas cuando desarrollan habilidades a lo largo de su vida.[2]
Ahora bien, la cuestión es, ¿cuántas personas saben que tendrán esa sensación después de haber invertido tiempo, esfuerzo disciplinado y dejar otras actividades de gratificación inmediata, cuando dediquen su tiempo a prepararse?, probablemente, la respuesta es que muy pocas. Esta es la razón por la que los Centros de Enseñanza deben encontrar como volver “sexys” sus modelos educativos: en principio nadie quiere “volver a la escuela”, donde como dijo un aspirante a Doctor en Economía, “cuando vuelves a estudiar, pierdes todos tus derechos de ciudadano”.
Los estilos de aprendizaje y el aprendizaje experiencial
Desde 1970 –demasiado tiempo ya para no ser tomados en consideración por cualquier centro de estudios andragógicos[3]–, el Dr. David Kolb y Ron Fry desarrollaron su modelo de aprendizaje experiencial, el cual toma en cuenta los diferentes estilos de aprendizaje: la Experiencia Concreta, la Observación y Reflexión sobre la Experiencia, la Concepción Abstracta y la Experimentación Activa.
El modelo de Kolb supone un cambio que va más allá de las simples diferencias en la forma en que las personas aprenden, ataca de lleno el paradigma de la educación tradicional que responde a una cultura que magnifica al profesor y minimiza el alumno. En este sentido, el reto de la educación moderna es ayudar a los educandos a recuperar el gusto por aprender y enseñarlos a aprender a aprender, lo cual pasa por diseñar aprendizajes que permitan “circular” varias veces, profundizando, por los distintos momentos del ciclo de aprendizaje que plantea Kolb.
Habilidades del pensador del Siglo XXI
El aprender a aprender y recuperar el gusto por el aprendizaje introduce el concepto de “Lifelong Learner” [4] que destaca las habilidades que deben ser cultivadas por el “pensador del Siglo XXI”: Colaboración, Creatividad, Comunicación y Pensamiento Crítico, las cuales, deben formar parte de los ejes transversales de cualquier programa educativo.
En PRAXIS, cuyo equipo de profesionales está caracterizado por la multidisciplinareidad y su experiencia internacional, se parte de la base de estos ejes para el diseño de sus mallas curriculares, lo que explica en buena medida el éxito logrado desarrollando postgrados con temáticas de avanzada así como programas con habilidades gerenciales (soft skills) para complementar las habilidades técnicas del personal de sus clientes.
El entorno tecnológico como factor de cambio de la realidad en general y específicamente, de la realidad educativa
En teoría, la realidad presentada en la imagen anterior existe en algunas latitudes y es un fiel reflejo de la visión concreta de varios centros de eduación superior. Sin embargo, las escuelas de educación deben invertir y asegurar que la tecnología no falla, que la interacción en ambas vías es posible sin los molestos “delays” o interrupciones en el flujo de comunicación, que los profesores cambien su comportamiento “dentro del aula” y sin duda alguna, lo más importante, que los educandos realmente prefieran esta modalidad online en tiempo real.
Por otro lado, la educación andragógica también requiere de “digital readiness”, tanto de profesores como de alumnos, los cuales deben ser suficientemente “digitales” para buscar y compartir contenido de valor que sea válido, lo que implica saber buscar y emitir juicios de valor sobre la inmensidad del contenido que ahora está disponible en la web. Como plantea un estudio realizado en aprendizaje de adultos, los patrones de aprendizaje han empezado a variar en diferentes grupos de adultos (ver el cuadro sobre “Personal learning patterns vary across groups of adult learners”)
En este sentido, uno de los retos más importantes de la educación andragógica viene a ser cómo fomentar el digital readiness en los adultos cuya brecha generacional los hace buscar sólo fuentes tradicionales de información, o, cómo enseñar a los adultos técnicas apropiadas de búsqueda, validación y aprendizaje a través de la infinidad de data que proporciona la World Wide Web.
Identificación de oportunidades y retos
En definitiva, es posible identificar varias oportunidades para aprovechar y retos que cumplir en las Escuelas de Educación de Seguros:
Es importante fomentar el uso de la tecnología pero teniendo cuidado de no abusar de la misma como la panacea al reto complejo que supone el desarrollo y adquisición de habilidades. Al mismo tiempo, el reto es promover la formación de habilidades digitales en los educandos y una de las formas más efectivas para esto es promover el acceso a contenidos digitales de valor.
Desarrollar y vivir el concepto de “Lifelong learner” o las “habilidades de aprendizaje de por vida”, se vuelve un eje transversal que debe ser buscado y ejecutado conscientemente por los formadores, rescatando la curiosidad, el aprendizaje lúdico y hacer pasar a los educandos por todas las etapas del ciclo de aprendizaje de Kolb, no sólo para asegurar el conocimiento por uno u otro estilo que conecte más con la audiencia, sino, porque el mismo aprendizaje experiencial ha probado ser más efectivo para superar el reto de instalar competencias en el aula.
Quizás el reto más importante de esta nueva cultura de educación bajo la realidad de avance tecnológico en que vivimos, es lograr que los mismos profesores, instructores y formadores tengan conciencia del cambio de paradigma metacognitivo[5], y acepten el nuevo que implica la búsqueda de nuevas experiencias dentro del aula, el fomento de acceso ordenado a la información y enseñar a aprender, como principios rectores de su accionar andragógico.
(Imagen; José Alfonso Laínez (izquierda), Director Ejecutivo de PRAXIS y Uri Levine (derecha), Fundador de Waze)
Definitivamente la tecnología está cambiando el mundo, y las escuelas de educación en general, Universidades, Escuelas de Negocios, Institutos técnicos y otros, ciertamente están bajo presión para hacer un salto tecnológico, aprovechando el “don de la ubicuidad” que permiten la comunicación a distancia pero en tiempo real.
Precisamente, parecería que el tiempo invertido en sortear el tráfico podría ser aprovechado digitalmente para aprender sin tener que movernos de donde estamos. Pero por alguna razón, la gente sigue creyendo en que nada sustituye el contacto personal, real, no virtual.
Es por ello, que no debería ser extraño el fenómeno de los MOOC´s (Massive Open Online Course, por sus siglas en Inglés) que muchos, –entre ellos, las mismas universidades que los crearon– pensaron que tendría un comportamiento disruptivo, pero en la práctica, sigue siendo sumamente elitista (poco utilizado) y con poco o mínimo impacto en incrementar la empleabilidad de quienes los toman, al menos, esa es la apreciación del mismo Bill Gates.[1]
Estudiando el fenómeno en Latinoamérica, lo que ha ocurrido, son vanos o poco exitosos, la mayoría de los intentos por implementar sistemas de educación a distancia. Pero la experiencia dicta que cuando es posible, los que quieren adquirir competencias especializadas buscan sistemas de educación presenciales, lo que obliga a los centros educativos a escoger bien a sus instructores y ubicar e importar temporalmente a los mejores dentro de sus redes internacionales.
Lo que la educación produce en los individuos
Volviendo al tema que nos atañe, lo más importante a rescatar es el impacto de la educación en la vida de los educandos: un estudio realizado por la Oficina de Ciencias del Gobierno de UK(*) encontró que los beneficios del entrenamiento continuo en una persona a lo largo de su vida incluyen una mayor satisfacción de vida, mayor grado de optimismo y un sentido subjetivo de bienestar. Las personas adultas en situación de aprendizaje se sienten más seguras y mentalmente estimuladas cuando desarrollan habilidades a lo largo de su vida.[2]
Ahora bien, la cuestión es, ¿cuántas personas saben que tendrán esa sensación después de haber invertido tiempo, esfuerzo disciplinado y dejar otras actividades de gratificación inmediata, cuando dediquen su tiempo a prepararse?, probablemente, la respuesta es que muy pocas. Esta es la razón por la que los Centros de Enseñanza deben encontrar como volver “sexys” sus modelos educativos: en principio nadie quiere “volver a la escuela”, donde como dijo un aspirante a Doctor en Economía, “cuando vuelves a estudiar, pierdes todos tus derechos de ciudadano”.
Los estilos de aprendizaje y el aprendizaje experiencial
Desde 1970 –demasiado tiempo ya para no ser tomados en consideración por cualquier centro de estudios andragógicos[3]–, el Dr. David Kolb y Ron Fry desarrollaron su modelo de aprendizaje experiencial, el cual toma en cuenta los diferentes estilos de aprendizaje: la Experiencia Concreta, la Observación y Reflexión sobre la Experiencia, la Concepción Abstracta y la Experimentación Activa.
El modelo de Kolb supone un cambio que va más allá de las simples diferencias en la forma en que las personas aprenden, ataca de lleno el paradigma de la educación tradicional que responde a una cultura que magnifica al profesor y minimiza el alumno. En este sentido, el reto de la educación moderna es ayudar a los educandos a recuperar el gusto por aprender y enseñarlos a aprender a aprender, lo cual pasa por diseñar aprendizajes que permitan “circular” varias veces, profundizando, por los distintos momentos del ciclo de aprendizaje que plantea Kolb.
Habilidades del pensador del Siglo XXI
El aprender a aprender y recuperar el gusto por el aprendizaje introduce el concepto de “Lifelong Learner” [4] que destaca las habilidades que deben ser cultivadas por el “pensador del Siglo XXI”: Colaboración, Creatividad, Comunicación y Pensamiento Crítico, las cuales, deben formar parte de los ejes transversales de cualquier programa educativo.
En PRAXIS, cuyo equipo de profesionales está caracterizado por la multidisciplinareidad y su experiencia internacional, se parte de la base de estos ejes para el diseño de sus mallas curriculares, lo que explica en buena medida el éxito logrado desarrollando postgrados con temáticas de avanzada así como programas con habilidades gerenciales (soft skills) para complementar las habilidades técnicas del personal de sus clientes.
El entorno tecnológico como factor de cambio de la realidad en general y específicamente, de la realidad educativa
En teoría, la realidad presentada en la imagen anterior existe en algunas latitudes y es un fiel reflejo de la visión concreta de varios centros de eduación superior. Sin embargo, las escuelas de educación deben invertir y asegurar que la tecnología no falla, que la interacción en ambas vías es posible sin los molestos “delays” o interrupciones en el flujo de comunicación, que los profesores cambien su comportamiento “dentro del aula” y sin duda alguna, lo más importante, que los educandos realmente prefieran esta modalidad online en tiempo real.
Por otro lado, la educación andragógica también requiere de “digital readiness”, tanto de profesores como de alumnos, los cuales deben ser suficientemente “digitales” para buscar y compartir contenido de valor que sea válido, lo que implica saber buscar y emitir juicios de valor sobre la inmensidad del contenido que ahora está disponible en la web. Como plantea un estudio realizado en aprendizaje de adultos, los patrones de aprendizaje han empezado a variar en diferentes grupos de adultos (ver el cuadro sobre “Personal learning patterns vary across groups of adult learners”)
En este sentido, uno de los retos más importantes de la educación andragógica viene a ser cómo fomentar el digital readiness en los adultos cuya brecha generacional los hace buscar sólo fuentes tradicionales de información, o, cómo enseñar a los adultos técnicas apropiadas de búsqueda, validación y aprendizaje a través de la infinidad de data que proporciona la World Wide Web.
Identificación de oportunidades y retos
En definitiva, es posible identificar varias oportunidades para aprovechar y retos que cumplir en las Escuelas de Educación de Seguros:
Es importante fomentar el uso de la tecnología pero teniendo cuidado de no abusar de la misma como la panacea al reto complejo que supone el desarrollo y adquisición de habilidades. Al mismo tiempo, el reto es promover la formación de habilidades digitales en los educandos y una de las formas más efectivas para esto es promover el acceso a contenidos digitales de valor.
Desarrollar y vivir el concepto de “Lifelong learner” o las “habilidades de aprendizaje de por vida”, se vuelve un eje transversal que debe ser buscado y ejecutado conscientemente por los formadores, rescatando la curiosidad, el aprendizaje lúdico y hacer pasar a los educandos por todas las etapas del ciclo de aprendizaje de Kolb, no sólo para asegurar el conocimiento por uno u otro estilo que conecte más con la audiencia, sino, porque el mismo aprendizaje experiencial ha probado ser más efectivo para superar el reto de instalar competencias en el aula.
Quizás el reto más importante de esta nueva cultura de educación bajo la realidad de avance tecnológico en que vivimos, es lograr que los mismos profesores, instructores y formadores tengan conciencia del cambio de paradigma metacognitivo[5], y acepten el nuevo que implica la búsqueda de nuevas experiencias dentro del aula, el fomento de acceso ordenado a la información y enseñar a aprender, como principios rectores de su accionar andragógico.
Lo más interesante del ciclo de conferencias fue conocer de primera mano la visión de Uri Levine, creador de WAZE, quien además de haber fundado la compañía cuya aplicación para evitar el tráfico es utilizada más de 100 millones de conductores alrededor del mundo, la cual fue adquirida en casi 1 billón de dólares por Google en 2013, ha fundado varios emprendimientos basados en el famoso modelo de plataforma que permite conectar a ofertantes y demandantes de un producto, ya sea este tangible o intangible (como es el caso de los servicios).
Definitivamente la tecnología está cambiando el mundo, y las escuelas de educación en general, Universidades, Escuelas de Negocios, Institutos técnicos y otros, ciertamente están bajo presión para hacer un salto tecnológico, aprovechando el “don de la ubicuidad” que permiten la comunicación a distancia pero en tiempo real.
Precisamente, parecería que el tiempo invertido en sortear el tráfico podría ser aprovechado digitalmente para aprender sin tener que movernos de donde estamos. Pero por alguna razón, la gente sigue creyendo en que nada sustituye el contacto personal, real, no virtual.
Es por ello, que no debería ser extraño el fenómeno de los MOOC´s (Massive Open Online Course, por sus siglas en Inglés) que muchos, –entre ellos, las mismas universidades que los crearon– pensaron que tendría un comportamiento disruptivo, pero en la práctica, sigue siendo sumamente elitista (poco utilizado) y con poco o mínimo impacto en incrementar la empleabilidad de quienes los toman, al menos, esa es la apreciación del mismo Bill Gates.[1]
Estudiando el fenómeno en Latinoamérica, lo que ha ocurrido, son vanos o poco exitosos, la mayoría de los intentos por implementar sistemas de educación a distancia. Pero la experiencia dicta que cuando es posible, los que quieren adquirir competencias especializadas buscan sistemas de educación presenciales, lo que obliga a los centros educativos a escoger bien a sus instructores y ubicar e importar temporalmente a los mejores dentro de sus redes internacionales.
Lo que la educación produce en los individuos
Volviendo al tema que nos atañe, lo más importante a rescatar es el impacto de la educación en la vida de los educandos: un estudio realizado por la Oficina de Ciencias del Gobierno de UK(*) encontró que los beneficios del entrenamiento continuo en una persona a lo largo de su vida incluyen una mayor satisfacción de vida, mayor grado de optimismo y un sentido subjetivo de bienestar. Las personas adultas en situación de aprendizaje se sienten más seguras y mentalmente estimuladas cuando desarrollan habilidades a lo largo de su vida.[2]
Ahora bien, la cuestión es, ¿cuántas personas saben que tendrán esa sensación después de haber invertido tiempo, esfuerzo disciplinado y dejar otras actividades de gratificación inmediata, cuando dediquen su tiempo a prepararse?, probablemente, la respuesta es que muy pocas. Esta es la razón por la que los Centros de Enseñanza deben encontrar como volver “sexys” sus modelos educativos: en principio nadie quiere “volver a la escuela”, donde como dijo un aspirante a Doctor en Economía, “cuando vuelves a estudiar, pierdes todos tus derechos de ciudadano”.
Los estilos de aprendizaje y el aprendizaje experiencial
Desde 1970 –demasiado tiempo ya para no ser tomados en consideración por cualquier centro de estudios andragógicos[3]–, el Dr. David Kolb y Ron Fry desarrollaron su modelo de aprendizaje experiencial, el cual toma en cuenta los diferentes estilos de aprendizaje: la Experiencia Concreta, la Observación y Reflexión sobre la Experiencia, la Concepción Abstracta y la Experimentación Activa.
El modelo de Kolb supone un cambio que va más allá de las simples diferencias en la forma en que las personas aprenden, ataca de lleno el paradigma de la educación tradicional que responde a una cultura que magnifica al profesor y minimiza el alumno. En este sentido, el reto de la educación moderna es ayudar a los educandos a recuperar el gusto por aprender y enseñarlos a aprender a aprender, lo cual pasa por diseñar aprendizajes que permitan “circular” varias veces, profundizando, por los distintos momentos del ciclo de aprendizaje que plantea Kolb.
Habilidades del pensador del Siglo XXI
El aprender a aprender y recuperar el gusto por el aprendizaje introduce el concepto de “Lifelong Learner” [4] que destaca las habilidades que deben ser cultivadas por el “pensador del Siglo XXI”: Colaboración, Creatividad, Comunicación y Pensamiento Crítico, las cuales, deben formar parte de los ejes transversales de cualquier programa educativo.
En PRAXIS, cuyo equipo de profesionales está caracterizado por la multidisciplinareidad y su experiencia internacional, se parte de la base de estos ejes para el diseño de sus mallas curriculares, lo que explica en buena medida el éxito logrado desarrollando postgrados con temáticas de avanzada así como programas con habilidades gerenciales (soft skills) para complementar las habilidades técnicas del personal de sus clientes.
El entorno tecnológico como factor de cambio de la realidad en general y específicamente, de la realidad educativa
En teoría, la realidad presentada en la imagen anterior existe en algunas latitudes y es un fiel reflejo de la visión concreta de varios centros de eduación superior. Sin embargo, las escuelas de educación deben invertir y asegurar que la tecnología no falla, que la interacción en ambas vías es posible sin los molestos “delays” o interrupciones en el flujo de comunicación, que los profesores cambien su comportamiento “dentro del aula” y sin duda alguna, lo más importante, que los educandos realmente prefieran esta modalidad online en tiempo real.
Por otro lado, la educación andragógica también requiere de “digital readiness”, tanto de profesores como de alumnos, los cuales deben ser suficientemente “digitales” para buscar y compartir contenido de valor que sea válido, lo que implica saber buscar y emitir juicios de valor sobre la inmensidad del contenido que ahora está disponible en la web. Como plantea un estudio realizado en aprendizaje de adultos, los patrones de aprendizaje han empezado a variar en diferentes grupos de adultos (ver el cuadro sobre “Personal learning patterns vary across groups of adult learners”)
En este sentido, uno de los retos más importantes de la educación andragógica viene a ser cómo fomentar el digital readiness en los adultos cuya brecha generacional los hace buscar sólo fuentes tradicionales de información, o, cómo enseñar a los adultos técnicas apropiadas de búsqueda, validación y aprendizaje a través de la infinidad de data que proporciona la World Wide Web.
Identificación de oportunidades y retos
En definitiva, es posible identificar varias oportunidades para aprovechar y retos que cumplir en las Escuelas de Educación de Seguros:
Es importante fomentar el uso de la tecnología pero teniendo cuidado de no abusar de la misma como la panacea al reto complejo que supone el desarrollo y adquisición de habilidades. Al mismo tiempo, el reto es promover la formación de habilidades digitales en los educandos y una de las formas más efectivas para esto es promover el acceso a contenidos digitales de valor.
Desarrollar y vivir el concepto de “Lifelong learner” o las “habilidades de aprendizaje de por vida”, se vuelve un eje transversal que debe ser buscado y ejecutado conscientemente por los formadores, rescatando la curiosidad, el aprendizaje lúdico y hacer pasar a los educandos por todas las etapas del ciclo de aprendizaje de Kolb, no sólo para asegurar el conocimiento por uno u otro estilo que conecte más con la audiencia, sino, porque el mismo aprendizaje experiencial ha probado ser más efectivo para superar el reto de instalar competencias en el aula.
Quizás el reto más importante de esta nueva cultura de educación bajo la realidad de avance tecnológico en que vivimos, es lograr que los mismos profesores, instructores y formadores tengan conciencia del cambio de paradigma metacognitivo[5], y acepten el nuevo que implica la búsqueda de nuevas experiencias dentro del aula, el fomento de acceso ordenado a la información y enseñar a aprender, como principios rectores de su accionar andragógico.