Columnista: Oscar Müller Creel

La Renuncia del Ministro Zaldivar y la “Causa Grave

 

Aquel septiembre de 1877, había sido particularmente caluroso en la ciudad de Filadelfia en lo que ahora era un territorio cuya independencia había reconocido tres años antes la Corona Británica y en ese edificio aquellas personas, representantes de las que fueran las trece colonias, se encontraban reunidos soportando el calor que se acentuaba por el hecho de que puertas y ventanas estaban cerradas. No querían que lo que ahí discutían, trascendiese, era un asunto crucial: ¿como organizarse para permanecer unidas, sin sacrficar sus facultades de gobierno?

La Corona Inglesa había sido inteligente, muchos ciudadanos de la isla, hacía ya 150 años, emigraron hacia los territorios de Norteamérica y el gobierno inglés, los había separado territorialmente fromando trece espacios a los que llamaron colonias. Para ese tiempo, en Inglaterra se era muy consciente que existían tres poderes políticos: el legislativo que hacía las leyes y en parte se encarnaba en el parlamento; el administrativo que se encargaba de organizar la burocracia y el manejo de los bienes públicos y el judicial que se encargaba de decidir sobre los conflictos de aplicación de las leyes. Así que, para dividir aún más a las colonias, decidió entregar a cada una de ellas un poco de cada una de esas piezas del poder político.

Luego de casi 10 años de guerra las colonias de América hanían logrado separase del control inglés y ahora enfrentaban un conflicto: ¿Cómo permanecer unidas, para fortalecerse como una nueva nación? Al separarse de Inglaterra, cada una de las colonias quería conservar todo el poder político, como si cada una fuese una nación independeinte, pero esto haria que permaneciesen divididas y débiles, por lo que se llegó a un consenso: Se formaría un poder central al que cada una de las colonias cedería un poco de poder conservando el resto para sí y esta forma de organización se plasmó en un documento al que llamaron Constitución, en el que se describe omo se organiza la sociedad como una nación; con el tiempo se fueron agregando los derechos fundamentales individuales y sociales de las personas.

Fue de esta manera como nació una nueva forma de país, la República Federal, la que México ha adoptado en nuestras constituciones de 1824, 1857 y la actual de 1917, hemos conformadouna organización basada en el sistema federal, 32 Estados  una ciudad de México que tienen autonomía de gpbierno plena, de la cual han cedido un poco (con el correr de los años se ha convertido en un mucho) a un poder central: El Gobierno Federal.

De ahí la importancia que tiene la Constitución pues plasma nuestra forma de organización como Nación y para vigilar que esta se cumpla, se ha creado un órganismo que desempeña la función de interpretarla y dirimir los conflictos que se suscitan con motivo de la aplicación de esa Ley fundamental: la Suprema Corte de Justicia de la Nación y debajo de ella, todo el Poder Judicial Federal.

Esa Suprema Corte, se compone de 11 ministros y, como ya se habrá imaginado el amable lector, este cargo no puede caer en cualquiera, tiene que ser una persona altamente calificada en el area del Derecho y además con una trayectoria de vida honesta, de ahí que su designación no se puede dejar a quien no tenga la capacidad de calificar esas cualidades y otras que nos marca nuestra comstitución; esto indudablemente descarta el voto popular pues la función del ministro no es política, de ahí que su forma de designación sea especial: en primer término el Presidente de México, elige tres personas que deben reunir todas las cualidades necesarias para ser ministro y propone su designación al Senado que analiza la trayectoria de cada una de estas y elige a la que llevará la honrosa responsabilidad de ser interprete de la forma como México debe caminar en la vereda marcada por la norma más alta del país.

Es de tal importancia para la Nación este puesto que, quien acepta el cargo debe protestar desempeñar leal y patrióticamente el cargo y guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión.

Se destaca de esta protesta la lealtad que significa cumplir con fidelidad y entrega a la patria (no a una persona) el cargo que se le ha conferido, siempre buscando el beneficio de la México, como Nación y no como un proyecto político.

Así quien acepta el cargo de Ministro de la Suprema Corte, está adquiriendo una obligación frente a la Nación y por ende renunciando voluntariamente a su absoluta libertad, ahora sus esfuerzos deberan destinarse a la hermosa tarea de vigilar que México sea el país que los mexicnaos hemos elegido a través de nuestra constitución.

Esto no es ajeno a cualquiera, el Derecho Humano a la Libertad y desarrrollo de la personalidad, nio es absoluto, si una persona decide tormar un puesto de trabajo estará sometido a un horario y una conducta específicos u otro decide poner un puesto de tacos, también ha aceptado limitar su libertad a lo que ese trabajo significa.

Pero en el caso de un ministro de la Suprema Corte, esta renuncia a su absoluta libertad, adquiere un tinte especial, debido a la gran importancia del trabajo que voluntariamente ha aceptado, así por ejemplo no puede renunciar sino por causas graves y deberá durar en su función 15 años, no más para evitar que la permanencia en el puesto cree compromisos que comprometan su función, pero también no menos, pues es el plazo que los mexicanos decidimos darle para que sea el interprete de nuestra constitución.

El Ministro Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, ha renunciado al cargo que le hemos entregado, antes de cumplir con su término y sin que exista una causa grave, en su carta de renuncia menciona:

… considero que mi ciclo en la Suprema Corte ha terminado y que los aportaciones que puedo realizar desde esta posición en la consolidación de un mejor país se han vuelto marginales.

Estimó que es de la mayor importancia a sumarme a la consolidación de la transformación en México, desde los espacios que me brinden la oportunidad de tener incidencia en la construcción de un país más justo y más igualitario, en el que sean prioridad quienes menos tienen y más lo necesitan. Espero seguir colaborando hacia el México que todas y todos soñamos.

No veo en esa renuncia ninguna causa grave que impida al Ministro Zaldivar seguir cumpliendo con la función que la Nación le encomendó y que el aceptó cumplir con fidelidad, en beneficio de la patria, dentro de la encomienda que los mexicanos le hicimos.

De hecho, es importante resaltar que el Ministro debiera cumplir con su encargo bajo los principios que marca la Constitución para la Función Pública, que son: legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia.

Rompe la legalidad pues está violentando la Constitución que juro respetar al separase un año antes de la conclusión de su encargo, argumenta una causa que es totalmente personal, sin que pueda considerarse que el que el piense que ya cumplió con su ciclo y se agotó su capacidad de aportar, no implica una causa grave sino apegada a un capricho personal, indudablemente está siendo desleal hacia la Nación al no concluir el encargo que voluntariamente aceptó y la ineficiencia está a la vista desde el momento que deja tirado su trabajo.

Como último detalle debe decirse que la constitución establece que los ministros en retiro gozarán de una pensión, el Ministro Zaldivar evidentemente no renunció a esta que andará, cuando menos, del orden del dos y medio millones de pesos al año.

Ahora Zaldivar se ha sumado al proyecto de la Doctora Claudia Sheinbaum, en su busqueda de la Presidencia de la República, lo que es contrario a la imparcialidad que debe tener después de dejar el cargo.

Así que no hay a la vista una causa grave para dejar de ejercer la función encomendada, de donde surge la duda de si esa causa, como pudiera ser la amenaza de dar a conocer situaciones que le conozca la actual mafia del poder y que le afectarían gravemente en su imagen, persona y familia, está oculta.

Escrito el 2023-11-30 20:29:07
Oscar Müller Creel

Oscar Müller Creel