Columnista: Oscar Müller Creel

Emily Morgan la espía que venció a Santana

Si mi estimado lector observa una imagen de América del Norte, podrá constatar que en los estados septentrionales inicia una franja desértica que mucho influyó en la historia del país, pues luego que llegaran los europeos a territorio continental americano, se extendieron en busca de minerales y tierras fértiles, por lo que el norte desértico no representaba mucho interés y no fue sino hasta mediados del siglo XVII que se empezaron a crear poblaciones en los que ahora son Estado norteños y que en aquel entonces correspondían a un territorio conocido como la Nueva Vizcaya. Pero los españoles llegaron aún más al norte, a los territorios que ahora son parte de Estados Unidos: Texas, Nuevo México, Arizona, California y parte de Oregon y Nevada.

No era fácil colonizar esos territorios, así el caso de California, los primero españoles pasaron por lo que ahora es Mexicali y tuvieron que atravesar la peñascosa rumorosa con temperaturas de 40°, para poder llegar al Pacífico y las fértiles tierras de California, sin embargo hacia el este la situación era más difícil, los colonizadores atravesaban los desiertos de Coahuila y Chihuahua, buscando ríos o manantiales que les permitieran seguir su camino, es por eso que desde la Colonia, España permitió que el reciente país del norte, Estados Unidos, enviara colonizadores anglosajones a ese territorio y una vez que México se convirtió en un país independiente en 1821, esa política de colonización se continuó y así Tejas estaba conformada por una población variopinta, las tribus autóctonas, que eran rebeldes y guerreaban continuamente contra quienes invadían sus tierras, los hispanos y los anglosajones.

Un comerciante originario de Filadelfia, llamado James Morgan fue de los pioneros que decidieron aceptar el ofrecimiento del gobierno mexicano y, en 1825, se trasladó a Tejas, con su familia y 14 esclavos, a quienes hizo firmar un contrato como sirvientes por 99 años, con el fin de evadir la prohibición a la esclavitud que había en México desde la constitución de 1824. Morgan se instaló a orillas del río San Jacinto, donde tenía dos embarcaciones para cruzar el mismo.

Se cuenta que entre esas personas iba una mujer joven mulata, se ignora si era esclava o libre e inclusive no se conoce mucho de su origen, algunas versiones mencionan que llegó a Estados Unidos del caribe y otra que ya había nacido en ese país. Lo que nadie discute es su inteligencia ni su gran atractivo físico.

Estados Unidos había conformado una estructura política que venia a revolucionar lo existente y que era el Estado Federal, estructura copiada por México en su primera constitución del año 1824, los anglosajones y criollos llegados a Tejas consideraban que esa forma de estructura política les convenía pues les daba cierta independencia del poder central de México, respecto del cual casi nulo contacto.

En 1836 siendo presidente de México Antonio López de Santana (el otro López) se expidió una nueva constitución que abolió la estructura federal y el poder de gobierno se centraba en la ciudad de México. Lógicamente esto no fue del agrado en los territorios aislados y los tejanos decidieron formar un país independiente, aunque en honor a la verdad este no era el único motivo, algo venía fraguándose desde Washington, pero esto no se evidenciaría sino hasta diez años después.

Santana decide poner orden en la casa y empieza a formar un ejército con la intención de someter a los habitantes de Tejas, hace levas y los jóvenes campesinos son reclutados como soldados, con mal entrenamiento y peor equipamiento y así inicia el largo camino hacia los lejanos y desérticos territorios que entonces eran del país azteca.

Mientras tanto, militares del ejercito norteamericano, disfrazados de campesinos, se unen a las tropas tejanas y se forma un ejército profesional y bien equipado, comandados por Samuel Houston, quien había formado parte del ejército norteamericano como Teniente y formó amistad con quien fuera el 7° presidente de Estados Unidos, precisamente en el tiempo de la guerra contra Tejas, Andrew Jackson.

Una pequeña tropa de la milicia tejana de aproximadamente 300 hombres, se acuartela en un viejo convento que fuera Denominado San Antonio de Valero y que en 1803 fue convertido en cuartel por las tropas de la Nueva España, quienes le denominaron El Álamo y de esa forma se conoce hasta la fecha.

Hasta Ahí llega Antonio López de Santana y acampa frente al cuartel, los tejanos habían solicitado ayuda a Houston, quien hizo oídos sordos, decidiendo sacrificar a esos hombres, lo que se contaba entre sus planes y así sucede. Santana masacra a los milicianos y ensoberbecido, sigue su camino tras las tropas de Houston, quien finge huir para llevarlo a su terreno.

Llegan al río San Jacinto en donde se encuentran con el establecimiento comercial de James Morgan y los mexicanos atraviesan el río utilizando las barcas de este, una de las cuales era tripulada por la mulata Emily Morgan, quien seduce a Santana.

Así, una vez pasado el río Santana (el otro López) ordena acampar y que instalen su tienda de campaña, la que era de todo lujo, con cama, alfombras, y demás. Durante más de un día Emily y Santana se encierran en la carpa, los guardias con orden de no molestar y mientras tanto, la tropa se relaja y pierde la disciplina, momento que aprovecha Houston para atacar y vencer a los mexicanos, se cuenta que cuando oyó los disparos Santana salió de su encierro con los pantalones medio puestos y la camisa abierta y así se le apresó y se le obligó a firmar un tratado que reconocía la Independencia de Texas, en el Puerto de Velasco.

Con esto empezaba el camino que llevaría a México a perder los territorios allende el Río Bravo y en esa acción Emily Morgan tuvo una actuación importante, por lo que, En Texas, se le considera una heroína y en su honor se compuso la canción The Yellow Rose of Texas, que aún se oye como parte del folklore del país anglosajón.

Sobre el tema recomiendo a mis apreciados lectores el libro de Francisco Martín Moreno “México mutilado”.

El 2 de junio entrante se celebrarán elecciones para elegir presidente, gubernaturas, congresos locales y el federal. Es una fecha crucial para nuestro país y está en manos de los jóvenes entre 19 y 39 años el futuro del país y con él y de sus hijos, no dejen de participar.

Escrito el 2023-09-13 23:52:57
Oscar Müller Creel

Oscar Müller Creel