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OPS pide a países de la región refuercen sistemas de localización de contactos y de datos
Escrito el 26 ago 2020
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Mientras las infecciones por Covid-19 se duplican, medidas locales inteligentes son necesarias para reducir la transmisión
Washington D.C., 25 de agosto de 2020 (OPS) – Ante la duplicación de los casos de COVID-19 en la región de las Américas en las últimas semanas, reforzar la localización de contactos y la gestión de datos son clave cuando muchos países están reabriendo sus actividades.
El número de nuevas infecciones por COVID-19 reportado en las Américas se ha más que duplicado, pasando de 5,3 millones el 1 de julio a más de 12 millones de casos actualmente. "La atención primaria de salud debe estar en el centro de la respuesta: detectando los casos, actuando para contener la transmisión y brindando atención oportuna en la comunidad", afirmó hoy la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, durante una conferencia de prensa.
“Las autoridades sanitarias locales tienen un papel central que desempeñar en la generación y análisis de datos para ajustar las medidas de salud pública a la realidad en cada ámbito", indicó.
Observando que en las últimas seis semanas las muertes en la región se han duplicado, Etienne dijo: " No podemos detener la transmisión por completo, pero si los países se mantienen atentos y amplían las pruebas y la vigilancia, pueden detectar mejor los picos en el número de casos y actuar rápidamente para contenerlos antes de que se descontrole la situación”.
Pese al aumento de los casos, los países han relajado gradualmente las restricciones, han reanudado el comercio y algunos se están preparando para volver a la escuela. "En demasiados lugares, parece haber una desconexión entre las políticas que se están implementando y lo que nos dicen las curvas epidemiológicas. Esto no es una buena señal. Desear que el virus desaparezca no funcionará, y esto sólo dará lugar a más casos, como hemos visto en estas últimas seis semanas", sostuvo.
"Hoy en día contamos con buenas herramientas: datos que muestran dónde están las zonas con mayor incidencia, protocolos de localización de contactos para que la transmisión sea menor y medidas de salud pública para reducir el riesgo de exposición. Tendremos herramientas aún mejores en el futuro: pruebas mejoradas, tratamientos más efectivos e incluso vacunas. Los gobiernos locales y nacionales deben usar de manera estratégica estas herramientas, tanto las antiguas como las nuevas, para lograr el impacto deseado ", remarcó.
Incidencia de la COVID-19 en personas jóvenes
Los datos de todas las Américas muestran que la mayoría de los casos se reportan en personas de entre 20 y 59 años, pero casi el 70% de las muertes se reportan en personas mayores de 60 años.
“Esto indica que las personas más jóvenes están impulsando principalmente la propagación de la enfermedad en nuestra Región. Es posible que muchos jóvenes que contraen el virus no se enfermen ni necesiten una cama en la UCI, pero pueden contagiar a otros que sí se encuentren en esa situación. Este es un claro recordatorio de que derrotar a la COVID-19 es una responsabilidad compartida, no solo entre los países y las regiones, sino también entre las personas, los vecinos y las comunidades”, explicó Etienne. “Si no tomamos todos las medidas adecuadas para mantenernos a salvo, estamos poniendo a otros en peligro”, advirtió
Preocupaciones y señales alentadoras
La Directora de la OPS dijo que le preocupaban las nuevas infecciones en el Caribe a medida que los países abren sus fronteras. Si bien las islas del Caribe han evitado grandes brotes gracias a una fuerte determinación política y a una combinación inteligente de medidas de salud pública, "ahora que los viajes aéreos no esenciales se están reanudando en toda la región, varios países están reportando picos de casos".
Hace dos semanas, Bahamas observó un aumento del 60% en comparación con la semana anterior, mientras que San Martín, Trinidad y Tabago, y las Islas Vírgenes Estadounidenses reportaron un salto del 25%.
Esto no es consecuencia solamente del turismo, sino que se debe también a los ciudadanos que regresan a su hogar después del confinamiento. Sabemos que los países que dependen del turismo no pueden permanecer cerrados indefinidamente, pero a medida que reabren, deben utilizar todos los recursos disponibles para reducir el riesgo para su población", consideró.
La doctora Etienne sostuvo que las señales alentadoras en los datos de algunos países muestran que los países cuentan con las herramientas necesarias para reducir la propagación de la COVID-19 y salvar vidas.
"Una de las estrategias más efectivas que tenemos es la localización de contactos" para detener la cadena de transmisión, utilizándolo para rastrear los nuevos casos y limitar la propagación del virus, como se hizo en Dominica, Bahamas, Argentina, Guatemala y Suriname, dijo.
"Esto les dio tiempo para preparar sus sistemas de salud para este momento, y han desarrollado la capacidad necesaria para detectar los casos y localizar a las personas que puedan haber estado expuestas".
Etienne citó otros ejemplos de cómo las estrategias correctas pueden achicar la curva de la pandemia. "En junio, el número de infecciones en Chile estaban aumentando rápidamente. Las autoridades nacionales examinaron los datos y adaptaron su enfoque: expandir drásticamente las pruebas, aislar los casos y poner en marcha órdenes para quedarse en casa en las zonas más afectadas. Funcionó. Desde hace seis semanas, Chile ha visto como la COVID-19 pierde fuerza y está notificando menos casos", indicó.
Costa Rica tuvo bajas en transmisión cuando implementaron ordenes de estadía en casa y el país aprovechó la oportunidad para prepararse, ampliando las pruebas y la capacidad hospitalaria. "Aunque ahora hay nuevos casos, sus servicios de salud pueden manejarlo de manera adecuada. Estos ejemplos demuestran que, si empleamos enfoques basados en la evidencia, eventualmente podemos superar esta crisis, incluso en lugares donde los casos están aumentando", consideró.
"Este virus va a estar con nosotros por algún tiempo. Sin una vacuna, estará con nosotros durante años. Esta no será una guerra que ganaremos en una sola batalla, sino que serán muchas las batallas que deberemos librar. Es por eso que necesitamos aplicar las enseñanzas de los lugares donde se ha logrado controlar el virus y dejar que los datos guíen nuestras acciones", agregó Etienne.
Washington D.C., 25 de agosto de 2020 (OPS) – Ante la duplicación de los casos de COVID-19 en la región de las Américas en las últimas semanas, reforzar la localización de contactos y la gestión de datos son clave cuando muchos países están reabriendo sus actividades.
El número de nuevas infecciones por COVID-19 reportado en las Américas se ha más que duplicado, pasando de 5,3 millones el 1 de julio a más de 12 millones de casos actualmente. "La atención primaria de salud debe estar en el centro de la respuesta: detectando los casos, actuando para contener la transmisión y brindando atención oportuna en la comunidad", afirmó hoy la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, durante una conferencia de prensa.
“Las autoridades sanitarias locales tienen un papel central que desempeñar en la generación y análisis de datos para ajustar las medidas de salud pública a la realidad en cada ámbito", indicó.
Observando que en las últimas seis semanas las muertes en la región se han duplicado, Etienne dijo: " No podemos detener la transmisión por completo, pero si los países se mantienen atentos y amplían las pruebas y la vigilancia, pueden detectar mejor los picos en el número de casos y actuar rápidamente para contenerlos antes de que se descontrole la situación”.
Pese al aumento de los casos, los países han relajado gradualmente las restricciones, han reanudado el comercio y algunos se están preparando para volver a la escuela. "En demasiados lugares, parece haber una desconexión entre las políticas que se están implementando y lo que nos dicen las curvas epidemiológicas. Esto no es una buena señal. Desear que el virus desaparezca no funcionará, y esto sólo dará lugar a más casos, como hemos visto en estas últimas seis semanas", sostuvo.
"Hoy en día contamos con buenas herramientas: datos que muestran dónde están las zonas con mayor incidencia, protocolos de localización de contactos para que la transmisión sea menor y medidas de salud pública para reducir el riesgo de exposición. Tendremos herramientas aún mejores en el futuro: pruebas mejoradas, tratamientos más efectivos e incluso vacunas. Los gobiernos locales y nacionales deben usar de manera estratégica estas herramientas, tanto las antiguas como las nuevas, para lograr el impacto deseado ", remarcó.
Incidencia de la COVID-19 en personas jóvenes
Los datos de todas las Américas muestran que la mayoría de los casos se reportan en personas de entre 20 y 59 años, pero casi el 70% de las muertes se reportan en personas mayores de 60 años.
“Esto indica que las personas más jóvenes están impulsando principalmente la propagación de la enfermedad en nuestra Región. Es posible que muchos jóvenes que contraen el virus no se enfermen ni necesiten una cama en la UCI, pero pueden contagiar a otros que sí se encuentren en esa situación. Este es un claro recordatorio de que derrotar a la COVID-19 es una responsabilidad compartida, no solo entre los países y las regiones, sino también entre las personas, los vecinos y las comunidades”, explicó Etienne. “Si no tomamos todos las medidas adecuadas para mantenernos a salvo, estamos poniendo a otros en peligro”, advirtió
Preocupaciones y señales alentadoras
La Directora de la OPS dijo que le preocupaban las nuevas infecciones en el Caribe a medida que los países abren sus fronteras. Si bien las islas del Caribe han evitado grandes brotes gracias a una fuerte determinación política y a una combinación inteligente de medidas de salud pública, "ahora que los viajes aéreos no esenciales se están reanudando en toda la región, varios países están reportando picos de casos".
Hace dos semanas, Bahamas observó un aumento del 60% en comparación con la semana anterior, mientras que San Martín, Trinidad y Tabago, y las Islas Vírgenes Estadounidenses reportaron un salto del 25%.
Esto no es consecuencia solamente del turismo, sino que se debe también a los ciudadanos que regresan a su hogar después del confinamiento. Sabemos que los países que dependen del turismo no pueden permanecer cerrados indefinidamente, pero a medida que reabren, deben utilizar todos los recursos disponibles para reducir el riesgo para su población", consideró.
La doctora Etienne sostuvo que las señales alentadoras en los datos de algunos países muestran que los países cuentan con las herramientas necesarias para reducir la propagación de la COVID-19 y salvar vidas.
"Una de las estrategias más efectivas que tenemos es la localización de contactos" para detener la cadena de transmisión, utilizándolo para rastrear los nuevos casos y limitar la propagación del virus, como se hizo en Dominica, Bahamas, Argentina, Guatemala y Suriname, dijo.
"Esto les dio tiempo para preparar sus sistemas de salud para este momento, y han desarrollado la capacidad necesaria para detectar los casos y localizar a las personas que puedan haber estado expuestas".
Etienne citó otros ejemplos de cómo las estrategias correctas pueden achicar la curva de la pandemia. "En junio, el número de infecciones en Chile estaban aumentando rápidamente. Las autoridades nacionales examinaron los datos y adaptaron su enfoque: expandir drásticamente las pruebas, aislar los casos y poner en marcha órdenes para quedarse en casa en las zonas más afectadas. Funcionó. Desde hace seis semanas, Chile ha visto como la COVID-19 pierde fuerza y está notificando menos casos", indicó.
Costa Rica tuvo bajas en transmisión cuando implementaron ordenes de estadía en casa y el país aprovechó la oportunidad para prepararse, ampliando las pruebas y la capacidad hospitalaria. "Aunque ahora hay nuevos casos, sus servicios de salud pueden manejarlo de manera adecuada. Estos ejemplos demuestran que, si empleamos enfoques basados en la evidencia, eventualmente podemos superar esta crisis, incluso en lugares donde los casos están aumentando", consideró.
"Este virus va a estar con nosotros por algún tiempo. Sin una vacuna, estará con nosotros durante años. Esta no será una guerra que ganaremos en una sola batalla, sino que serán muchas las batallas que deberemos librar. Es por eso que necesitamos aplicar las enseñanzas de los lugares donde se ha logrado controlar el virus y dejar que los datos guíen nuestras acciones", agregó Etienne.