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Latinoamérica, la salud mental de los empleados sigue en deterioro
Escrito el 16 dic 2019
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Mercer Marsh Beneficios (MMB) presenta su primer Estudio Regional de Tendencias de Salud Mental en Latinoamérica y El Caribe 2019, encuesta en la que participaron 880 empresas de 12 de los sectores más importantes de la economía, en 11 países de la región.
Como principales hallazgos de este estudio resalta que solamente una de cada 5 empresas ha llevado a cabo algún programa para medir la salud mental de sus empleados y, en general, solamente el 30% de las empresas ofrece recursos o acciones para cuidar la salud mental de sus empleados.
Cuando revisamos los beneficios de salud, la práctica más prevalente son los servicios ambulatorios ofrecida por un 67%, pero cae abruptamente cuando se trata de servicios intrahospitalarios: 45%; y, peor aún, cuando se trata de servicios médicos relacionados con el intento de suicidio, el procentaje es de 33%, y en tratamiento de adicciones de 20%.
La mayoría de las empresas delega la atención en salud mental de sus empleados en los sistemas públicos de salud, seguridad social o servicios ofrecidos por el gobierno, así como la protección financiera en caso de incapacidad total y permanente. No obstante, con base en este estudio también reconocen que las condiciones ofrecidas a través del plan público no son adecuadas en términos de accesibilidad y calidad percibida.
¿Por qué este descuido de la salud mental en nuestra región?
El estigma y el temor a las consecuencias en el sitio de trabajo siguen siendo importantes barreras para generar consciencia, prevención y atención en salud mental de los empleados en la región de Latinoamérica y el Caribe. Algunos países están introduciendo regulaciones para intensificar la identificación de empleados en riesgo, como es el caso de México y Colombia, pero esto no es suficiente; es necesario implementar programas que cubran de principio a fin las necesidades de prevención, atención, recuperación y retorno laboral. Este abordaje integrado también requiere la implementación de políticas contra la discriminación, el acoso laboral y una cultura que favorezca ambientes de trabajo seguros, positivos y potenciadores de las capacidades y aportaciones del individuo.
Como principales hallazgos de este estudio resalta que solamente una de cada 5 empresas ha llevado a cabo algún programa para medir la salud mental de sus empleados y, en general, solamente el 30% de las empresas ofrece recursos o acciones para cuidar la salud mental de sus empleados.
Cuando revisamos los beneficios de salud, la práctica más prevalente son los servicios ambulatorios ofrecida por un 67%, pero cae abruptamente cuando se trata de servicios intrahospitalarios: 45%; y, peor aún, cuando se trata de servicios médicos relacionados con el intento de suicidio, el procentaje es de 33%, y en tratamiento de adicciones de 20%.
La mayoría de las empresas delega la atención en salud mental de sus empleados en los sistemas públicos de salud, seguridad social o servicios ofrecidos por el gobierno, así como la protección financiera en caso de incapacidad total y permanente. No obstante, con base en este estudio también reconocen que las condiciones ofrecidas a través del plan público no son adecuadas en términos de accesibilidad y calidad percibida.
¿Por qué este descuido de la salud mental en nuestra región?
El estigma y el temor a las consecuencias en el sitio de trabajo siguen siendo importantes barreras para generar consciencia, prevención y atención en salud mental de los empleados en la región de Latinoamérica y el Caribe. Algunos países están introduciendo regulaciones para intensificar la identificación de empleados en riesgo, como es el caso de México y Colombia, pero esto no es suficiente; es necesario implementar programas que cubran de principio a fin las necesidades de prevención, atención, recuperación y retorno laboral. Este abordaje integrado también requiere la implementación de políticas contra la discriminación, el acoso laboral y una cultura que favorezca ambientes de trabajo seguros, positivos y potenciadores de las capacidades y aportaciones del individuo.