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Viajes compartidos y seguros en América Latina
Escrito el 18 nov 2019
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La combinación de un transporte público inadecuado, preocupación por la seguridad personal, la prevalencia de días de “no circulación” en las principales áreas metropolitanas y el alcance de teléfonos inteligentes en América Latina se convirtieron en una fértil base para el explosivo crecimiento de las Empresas de Redes de Transporte (ERT). Mientras el número de estadounidenses que usan servicios de viajes compartidos creció entre 2015 y 2018 a 36%, este incremento ha sido igualmente rápido en América Latina, con más de 25 millones de pasajeros activos en 200 áreas metropolitanas y 15 países.
Uber, Lyft, Cabify, DiDi, Easy Taxi, por nombrar algunas, son aplicaciones que llevan con nosotros cerca de 10 años y han sacado a la luz una nueva forma híbrida de riesgo asegurador que representa un mix de auto personal y riesgo comercial que antes simplemente no existía.
Como en Estados Unidos, en Latinoamérica las pólizas personales de seguros excluyen la cobertura para autos que proveen servicios de tipo taxi: la mayoría de los aseguradores no quiere asumir de manera inadvertida este difícil riesgo con una tarifa inadecuada. Como resultado, las compañías pueden negar la cobertura de denuncias hechas por clientes que no han declarado explícitamente a su asegurador que usan su vehículo para proveer servicios de transporte remunerados.
Los viajes compartidos representan un nuevo desafío para los aseguradores. Cualquier persona que maneje para una ERT implica un riesgo híbrido que combina exposición personal y comercial del auto.
Los viajes compartidos representan un nuevo desafío para los aseguradores. Cualquier persona que maneje para una ERT implica un riesgo híbrido que combina exposición personal y comercial del auto. No obstante, con tantos clientes convirtiéndose en conductores en la “Gig Economy” (negocios de última milla) del Siglo XXI, muchos aseguradores están conflictuados: han visto pérdidas de aseguramiento en este tipo de negocios, pero también quieren encontrar fórmulas para servir a este segmento.
Rápidamente surgieron en América Latina soluciones de seguros similares a las que inicialmente se desarrollaron en EEUU, facilitadas por la presencia multinacional tanto de las ERT como de las compañías internacionales de seguros. Mientras los productos divergen debido a diferencias en las leyes locales, las fuerzas locales de mercado y el apetito por el riesgo de las compañías de seguros, la mayoría de las pólizas para ERT en México, Brasil, Colombia y Chile caen en dos categorías: productos para ERT y productos híbridos para autos.
Los seguros de ERT están diseñados para ofrecer cobertura que exceda una póliza primaria, ya adquirida por el conductor. Éstas requieren que él obtenga un “seguro para viajes compartidos”, que por una prima adicional amplía la cobertura de un seguro personal de autos e incluye el uso de su vehículo con fines comerciales.
La manera en que interactúan las pólizas generales y las de “viajes compartidos” adquiridas individualmente varía en cada país y compañía y puede ser confusa. Como se trata de un segmento de mercado nuevo que continúa en evolución, lo mejor que un conductor de viajes compartidos puede hacer es contactar a un agente de seguros en su país que esté al tanto de los productos vigentes disponibles y su funcionamiento.
Las compañías de seguros tienen una preocupación similar por hacer crecer su negocio, mientras alinean las primas a la exposición esperada, de manera de seguir proveyendo una excelente experiencia de denuncias a sus clientes en el futuro.
Las ERT tienen interés por proveer a sus clientes viajes seguros, además de velar por que los accidentes no afecten su reputación, debido a una pobre experiencia de reclamo de seguros. Las compañías de seguros tienen una preocupación similar por hacer crecer su negocio, mientras alinean las primas a la exposición esperada, de manera de seguir proveyendo una excelente experiencia de denuncias a sus clientes en el futuro. Esta alineación de intereses, sumada a la vasta cantidad de datos recolectados tanto por las ERT como por las compañías de seguros, continuará impulsando el desarrollo de tarificación segmentada que incentive la conducción segura. Esto es de interés no solo de las ERT, conductores de viajes compartidos, pasajeros y compañías de seguros, sino de la sociedad en su totalidad.
Uber, Lyft, Cabify, DiDi, Easy Taxi, por nombrar algunas, son aplicaciones que llevan con nosotros cerca de 10 años y han sacado a la luz una nueva forma híbrida de riesgo asegurador que representa un mix de auto personal y riesgo comercial que antes simplemente no existía.
Como en Estados Unidos, en Latinoamérica las pólizas personales de seguros excluyen la cobertura para autos que proveen servicios de tipo taxi: la mayoría de los aseguradores no quiere asumir de manera inadvertida este difícil riesgo con una tarifa inadecuada. Como resultado, las compañías pueden negar la cobertura de denuncias hechas por clientes que no han declarado explícitamente a su asegurador que usan su vehículo para proveer servicios de transporte remunerados.
Los viajes compartidos representan un nuevo desafío para los aseguradores. Cualquier persona que maneje para una ERT implica un riesgo híbrido que combina exposición personal y comercial del auto.
Los viajes compartidos representan un nuevo desafío para los aseguradores. Cualquier persona que maneje para una ERT implica un riesgo híbrido que combina exposición personal y comercial del auto. No obstante, con tantos clientes convirtiéndose en conductores en la “Gig Economy” (negocios de última milla) del Siglo XXI, muchos aseguradores están conflictuados: han visto pérdidas de aseguramiento en este tipo de negocios, pero también quieren encontrar fórmulas para servir a este segmento.
Rápidamente surgieron en América Latina soluciones de seguros similares a las que inicialmente se desarrollaron en EEUU, facilitadas por la presencia multinacional tanto de las ERT como de las compañías internacionales de seguros. Mientras los productos divergen debido a diferencias en las leyes locales, las fuerzas locales de mercado y el apetito por el riesgo de las compañías de seguros, la mayoría de las pólizas para ERT en México, Brasil, Colombia y Chile caen en dos categorías: productos para ERT y productos híbridos para autos.
Los seguros de ERT están diseñados para ofrecer cobertura que exceda una póliza primaria, ya adquirida por el conductor. Éstas requieren que él obtenga un “seguro para viajes compartidos”, que por una prima adicional amplía la cobertura de un seguro personal de autos e incluye el uso de su vehículo con fines comerciales.
La manera en que interactúan las pólizas generales y las de “viajes compartidos” adquiridas individualmente varía en cada país y compañía y puede ser confusa. Como se trata de un segmento de mercado nuevo que continúa en evolución, lo mejor que un conductor de viajes compartidos puede hacer es contactar a un agente de seguros en su país que esté al tanto de los productos vigentes disponibles y su funcionamiento.
Las compañías de seguros tienen una preocupación similar por hacer crecer su negocio, mientras alinean las primas a la exposición esperada, de manera de seguir proveyendo una excelente experiencia de denuncias a sus clientes en el futuro.
Las ERT tienen interés por proveer a sus clientes viajes seguros, además de velar por que los accidentes no afecten su reputación, debido a una pobre experiencia de reclamo de seguros. Las compañías de seguros tienen una preocupación similar por hacer crecer su negocio, mientras alinean las primas a la exposición esperada, de manera de seguir proveyendo una excelente experiencia de denuncias a sus clientes en el futuro. Esta alineación de intereses, sumada a la vasta cantidad de datos recolectados tanto por las ERT como por las compañías de seguros, continuará impulsando el desarrollo de tarificación segmentada que incentive la conducción segura. Esto es de interés no solo de las ERT, conductores de viajes compartidos, pasajeros y compañías de seguros, sino de la sociedad en su totalidad.