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¿Cómo definir si un edificio o estructura es un lugar seguro en caso de catástrofe?
Escrito el 14 ene 2019
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Tribuna de José Ortiz A., Ingeniero de Riesgos, Property & Casualty, CHUBB en Ecuador
Hace algunos días, recibí un correo de mi jefe que incluía la pregunta que sirve de título a esta tribuna y cuya respuesta representa un completo desafío. Para responderla, la he desglosado en varios puntos que expondré a continuación.
1) Entendiendo una catástrofe
Una catástrofe es el evento más peligroso al que una persona, negocio, industria, ciudad, país o cualquier entidad pueden estar expuestos, causando graves efectos. En este punto, debemos determinar qué peligros nos afectan a nosotros, a nuestra actividad, ocupación, y continuidad del negocio.
2) Evaluación de riesgos
Quien evalúe debe identificar los peligros y monitorear la probabilidad y severidad de su ocurrencia a lo largo del tiempo. Entre los riesgos a considerar están el geológico (terremoto, erupción volcánica, tsunami, deslizamiento de tierra), meteorológico (inundación, incendios forestales, tormentas de viento, huracanes, nieve), biológico (enfermedades transmitidas por los alimentos, infecciones, enfermedades pandémicas), accidentes causados por el hombre (colapso de un edificio, explosión, incendio, derrame de material peligroso, falla de la estructura, daños por agua), causas intencionales causadas por el hombre (incendio provocado, tratamiento con bomba, disturbios civiles, terrorismo, incidentes de seguridad cibernética) y tecnológico (daños o fallas en hardware, software y conectividad de red, interrupción o falla de suministros).
La vulnerabilidad de las personas, propiedades, operaciones, el medio ambiente y la cadena de suministro se deben identificar, evaluar y monitorear. La estimación de riesgos deberá incluir un análisis de la escalada del impacto a lo largo del tiempo, ponderando los efectos potenciales de incidentes regionales, nacionales o internacionales que podrían tener impactos en cascada. De esta manera, la evaluación de riesgos debe considerar la idoneidad de las estrategias de prevención y mitigación existentes.
3) Análisis de Impacto en el Negocio (BIA)
Se debe llevar a cabo un BIA que incluya una evaluación de cómo una interrupción podría afectar las operaciones, la reputación y la participación en el mercado de una organización. Además, se debe evaluar la capacidad de hacer negocios o las relaciones con las partes interesadas clave e identificar los recursos y capacidades que podrían ser necesarios para gestionar las interrupciones.
Se identifican también los procesos que se requieren para que la entidad realice su misión, identificando los siguientes recursos que habilitan los procesos: personal, equipos, infraestructura, tecnología, información y cadena de suministro.
Finalmente, el BIA evalúa las dependencias propias y externas, los proveedores de fuente única, los puntos únicos de falla y los impactos cualitativos y cuantitativos potenciales de una interrupción de los recursos.
4) Exposición y Vulnerabilidad a un evento
Una vez que se complete todo el Análisis de Riesgos y de Impacto en el Negocio, se debe verificar la exposición y la vulnerabilidad a un evento catastrófico y la protección que debe lograrse para que la estructura o construcción sea segura, además de los activos y la continuidad del negocio (y en algunos casos activos ambientales).
5) Antes de hacer, repasar las estrategias.
Se debe desarrollar una estrategia de prevención de incidentes que amenacen la vida, la propiedad, las operaciones, la información y el medio ambiente y mantenerla actualizada utilizando las técnicas de recopilación de información e inteligencia. Esta se basa en los resultados de la identificación de peligros y la evaluación de riesgos, un análisis de los impactos, las limitaciones del programa, la experiencia operativa y un análisis de costo-beneficio.
Se debe también considerar un proceso para monitorear los peligros identificados y ajustar el nivel de medidas preventivas para que sean acordes con el riesgo, así como desarrollar e implementar una estrategia de mitigación que incluya medidas a tomar para limitar o controlar las consecuencias, el alcance o la gravedad de un incidente que no se puede prevenir.
Finalmente debe incluir acciones a mediano y largo plazo para reducir las vulnerabilidades.
6) Para terminar
Convertir su edificio o estructura en un lugar seguro en caso de catástrofe no es una tarea sencilla. Al evaluar cada uno de los puntos anteriores, podemos establecer cuáles deberían ser las características para brindar una protección adecuada contra una catástrofe.
Por ejemplo:
Un edificio de oficinas ubicado en una zona sísmica debe tener un diseño para resistir el máximo terremoto posible en el área según estudios técnicos de tipo geológico, aplicando las normas locales o internacionales más estrictas como las regulaciones de California, EE. UU. o de Chile en Sudamérica.
Una planta de alimentos en un área cerca de la orilla de un río o lago debe ubicarse en la línea de inundación máxima registrada de manera histórica o con una recurrencia de más de 200 años.
Para una bodega de almacenamiento de mercancías ubicado en una zona volcánica donde se espera que caiga ceniza, debe calcularse un techo para soportar una carga adicional debido a la acumulación de material volcánico para evitar el colapso.
Una escuela en una zona de tornado debe estar diseñada para permitir una evacuación interna a uno o más refugios que protegen a la población estudiantil.
Una casa en una zona costera debe ubicarse por encima del nivel máximo de onda sísmica registrado de manera histórica o con una recurrencia de más de 5000 años.
Una planta industrial y almacenes deben tener instalado un sistema de detección de incendios y protección de tipo hidráulico automático para mitigar la pérdida en caso de incendio.
Un hospital debe proporcionar una red adecuada de servicios técnicos que le permitan proteger a los ocupantes y continuar con su operación y ayudar a los nuevos pacientes.
Como se puede ver, depende del tipo de peligro al que esté expuesto el edificio, el tipo de protección que se debe implementar, y de esta forma ayudar a continuar con la operación hasta que esta vuelva a la normalidad.
La mejor protección que un edificio o estructura puede proporcionar a los ocupantes depende de un estudio detallado de las exposiciones y vulnerabilidades a las que pueden enfrentarse los ocupantes. De esta manera, se deben establecer las medidas de mitigación necesarias para maximizar la posibilidad de supervivencia, los daños en activos y la continuidad de los negocios.
Hace algunos días, recibí un correo de mi jefe que incluía la pregunta que sirve de título a esta tribuna y cuya respuesta representa un completo desafío. Para responderla, la he desglosado en varios puntos que expondré a continuación.
1) Entendiendo una catástrofe
Una catástrofe es el evento más peligroso al que una persona, negocio, industria, ciudad, país o cualquier entidad pueden estar expuestos, causando graves efectos. En este punto, debemos determinar qué peligros nos afectan a nosotros, a nuestra actividad, ocupación, y continuidad del negocio.
2) Evaluación de riesgos
Quien evalúe debe identificar los peligros y monitorear la probabilidad y severidad de su ocurrencia a lo largo del tiempo. Entre los riesgos a considerar están el geológico (terremoto, erupción volcánica, tsunami, deslizamiento de tierra), meteorológico (inundación, incendios forestales, tormentas de viento, huracanes, nieve), biológico (enfermedades transmitidas por los alimentos, infecciones, enfermedades pandémicas), accidentes causados por el hombre (colapso de un edificio, explosión, incendio, derrame de material peligroso, falla de la estructura, daños por agua), causas intencionales causadas por el hombre (incendio provocado, tratamiento con bomba, disturbios civiles, terrorismo, incidentes de seguridad cibernética) y tecnológico (daños o fallas en hardware, software y conectividad de red, interrupción o falla de suministros).
La vulnerabilidad de las personas, propiedades, operaciones, el medio ambiente y la cadena de suministro se deben identificar, evaluar y monitorear. La estimación de riesgos deberá incluir un análisis de la escalada del impacto a lo largo del tiempo, ponderando los efectos potenciales de incidentes regionales, nacionales o internacionales que podrían tener impactos en cascada. De esta manera, la evaluación de riesgos debe considerar la idoneidad de las estrategias de prevención y mitigación existentes.
3) Análisis de Impacto en el Negocio (BIA)
Se debe llevar a cabo un BIA que incluya una evaluación de cómo una interrupción podría afectar las operaciones, la reputación y la participación en el mercado de una organización. Además, se debe evaluar la capacidad de hacer negocios o las relaciones con las partes interesadas clave e identificar los recursos y capacidades que podrían ser necesarios para gestionar las interrupciones.
Se identifican también los procesos que se requieren para que la entidad realice su misión, identificando los siguientes recursos que habilitan los procesos: personal, equipos, infraestructura, tecnología, información y cadena de suministro.
Finalmente, el BIA evalúa las dependencias propias y externas, los proveedores de fuente única, los puntos únicos de falla y los impactos cualitativos y cuantitativos potenciales de una interrupción de los recursos.
4) Exposición y Vulnerabilidad a un evento
Una vez que se complete todo el Análisis de Riesgos y de Impacto en el Negocio, se debe verificar la exposición y la vulnerabilidad a un evento catastrófico y la protección que debe lograrse para que la estructura o construcción sea segura, además de los activos y la continuidad del negocio (y en algunos casos activos ambientales).
5) Antes de hacer, repasar las estrategias.
Se debe desarrollar una estrategia de prevención de incidentes que amenacen la vida, la propiedad, las operaciones, la información y el medio ambiente y mantenerla actualizada utilizando las técnicas de recopilación de información e inteligencia. Esta se basa en los resultados de la identificación de peligros y la evaluación de riesgos, un análisis de los impactos, las limitaciones del programa, la experiencia operativa y un análisis de costo-beneficio.
Se debe también considerar un proceso para monitorear los peligros identificados y ajustar el nivel de medidas preventivas para que sean acordes con el riesgo, así como desarrollar e implementar una estrategia de mitigación que incluya medidas a tomar para limitar o controlar las consecuencias, el alcance o la gravedad de un incidente que no se puede prevenir.
Finalmente debe incluir acciones a mediano y largo plazo para reducir las vulnerabilidades.
6) Para terminar
Convertir su edificio o estructura en un lugar seguro en caso de catástrofe no es una tarea sencilla. Al evaluar cada uno de los puntos anteriores, podemos establecer cuáles deberían ser las características para brindar una protección adecuada contra una catástrofe.
Por ejemplo:
Un edificio de oficinas ubicado en una zona sísmica debe tener un diseño para resistir el máximo terremoto posible en el área según estudios técnicos de tipo geológico, aplicando las normas locales o internacionales más estrictas como las regulaciones de California, EE. UU. o de Chile en Sudamérica.
Una planta de alimentos en un área cerca de la orilla de un río o lago debe ubicarse en la línea de inundación máxima registrada de manera histórica o con una recurrencia de más de 200 años.
Para una bodega de almacenamiento de mercancías ubicado en una zona volcánica donde se espera que caiga ceniza, debe calcularse un techo para soportar una carga adicional debido a la acumulación de material volcánico para evitar el colapso.
Una escuela en una zona de tornado debe estar diseñada para permitir una evacuación interna a uno o más refugios que protegen a la población estudiantil.
Una casa en una zona costera debe ubicarse por encima del nivel máximo de onda sísmica registrado de manera histórica o con una recurrencia de más de 5000 años.
Una planta industrial y almacenes deben tener instalado un sistema de detección de incendios y protección de tipo hidráulico automático para mitigar la pérdida en caso de incendio.
Un hospital debe proporcionar una red adecuada de servicios técnicos que le permitan proteger a los ocupantes y continuar con su operación y ayudar a los nuevos pacientes.
Como se puede ver, depende del tipo de peligro al que esté expuesto el edificio, el tipo de protección que se debe implementar, y de esta forma ayudar a continuar con la operación hasta que esta vuelva a la normalidad.
La mejor protección que un edificio o estructura puede proporcionar a los ocupantes depende de un estudio detallado de las exposiciones y vulnerabilidades a las que pueden enfrentarse los ocupantes. De esta manera, se deben establecer las medidas de mitigación necesarias para maximizar la posibilidad de supervivencia, los daños en activos y la continuidad de los negocios.