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ADESA y especialistas señalan fallas del Seguro Familiar de Salud
Escrito el 23 may 2018
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SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El Seguro Familiar de Salud (SFS) no ha logrado el objetivo para el cual fue creado hace 17 años y se caracteriza por ser excluyente, costoso, mercantil e injusto, según tres expertos que abordaron el tema en un panel organizado por la Alianza por del Derecho a la Salud (ADESA) celebrado en el Colegio Medico Dominicano este lunes 21 de mayo.
Arismendi Díaz Santana, redactor de la ley No. 87-1, que crea el Seguro Familiar de Salud; el doctor Alejandro González, maestro de la medicina y miembro de la Academia de Ciencias; y Chanel Rosa, director del Servicio Nacional de Salud (SNS) explicaron que aunque el número de afiliados abarca a cerca de 7.5 millones de personas, los servicios que éstas reciben son de baja calidad y requieren de un copago.
En su artículo 119, la referida ley de Seguridad Social establece que: “El Seguro Familiar de Salud (SFS) tiene por finalidad, la protección integral de la salud física y mental del afiliado y su familia, así como alcanzar una cobertura universal sin exclusiones por edad, sexo, condición social, laboral o territorial, garantizando el acceso regular de los grupos sociales más vulnerables y velando por el equilibrio financiero”.
Alba Reyes, Coordinadora de ADESA, al dar la apertura al panel, dijo que “no hay que ser especialista en el tema para observar cuán lejos estamos de alcanzar el objetivo que dio origen al Seguro Nacional de Salud, el cual ha devenido en un mecanismo excluyente, costoso e injusto”.
El Seguro Familiar de Salud tiene tres regímenes: el contributivo, que abarca a las personas asalariadas con un empleo fijo; el subsidiado-estatal destinado a los pobres y el contributivo-subsidiado para los trabajadores por cuenta propia. Este último ni siquiera se ha iniciado no obstante a que la ley obligaba a las autoridades a comenzar su implementación en el año 2003.
Los panelistas revelaron que más de tres millones de dominicanos y dominicanas carecen de un seguro de salud mientras 7.5 millones disponen de algún régimen de aseguramiento, condición que no necesariamente le garantiza el acceso a servicios de calidad y universales, como manda la ley.
Si a los siete millones y medios de personas “aseguradas” se resta los 3.5 millones que pertenecen al régimen subsidiado, se concluye en que 17 años después de iniciado el Seguro Familiar de Salud, cerca del 68 % de la población depende exclusivamente de los fondos públicos para remediar sus problemas de salud.
Para ADESA al panorama descrito se suma el desorden administrativo, la falta de liderazgo y la indisciplina que predominan en el sistema público de salud.
Los panelistas concluyeron en que urge revisar la legislación vigente y cambiar el modelo de sanidad a fin de garantizar el acceso a de la población al derecho a la salud, consagrado en el artículo 61 de la Constitución de la República.
Arismendi Díaz Santana, redactor de la ley No. 87-1, que crea el Seguro Familiar de Salud; el doctor Alejandro González, maestro de la medicina y miembro de la Academia de Ciencias; y Chanel Rosa, director del Servicio Nacional de Salud (SNS) explicaron que aunque el número de afiliados abarca a cerca de 7.5 millones de personas, los servicios que éstas reciben son de baja calidad y requieren de un copago.
En su artículo 119, la referida ley de Seguridad Social establece que: “El Seguro Familiar de Salud (SFS) tiene por finalidad, la protección integral de la salud física y mental del afiliado y su familia, así como alcanzar una cobertura universal sin exclusiones por edad, sexo, condición social, laboral o territorial, garantizando el acceso regular de los grupos sociales más vulnerables y velando por el equilibrio financiero”.
Alba Reyes, Coordinadora de ADESA, al dar la apertura al panel, dijo que “no hay que ser especialista en el tema para observar cuán lejos estamos de alcanzar el objetivo que dio origen al Seguro Nacional de Salud, el cual ha devenido en un mecanismo excluyente, costoso e injusto”.
El Seguro Familiar de Salud tiene tres regímenes: el contributivo, que abarca a las personas asalariadas con un empleo fijo; el subsidiado-estatal destinado a los pobres y el contributivo-subsidiado para los trabajadores por cuenta propia. Este último ni siquiera se ha iniciado no obstante a que la ley obligaba a las autoridades a comenzar su implementación en el año 2003.
Los panelistas revelaron que más de tres millones de dominicanos y dominicanas carecen de un seguro de salud mientras 7.5 millones disponen de algún régimen de aseguramiento, condición que no necesariamente le garantiza el acceso a servicios de calidad y universales, como manda la ley.
Si a los siete millones y medios de personas “aseguradas” se resta los 3.5 millones que pertenecen al régimen subsidiado, se concluye en que 17 años después de iniciado el Seguro Familiar de Salud, cerca del 68 % de la población depende exclusivamente de los fondos públicos para remediar sus problemas de salud.
Para ADESA al panorama descrito se suma el desorden administrativo, la falta de liderazgo y la indisciplina que predominan en el sistema público de salud.
Los panelistas concluyeron en que urge revisar la legislación vigente y cambiar el modelo de sanidad a fin de garantizar el acceso a de la población al derecho a la salud, consagrado en el artículo 61 de la Constitución de la República.