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Realizan consulta en Centroamérica para adaptar Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, la Niñez y la Adolescencia
Escrito el 15 may 2017
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Con el apoyo de la OPS/OMS y otras agencias de la ONU, representantes de ocho países se reunieron para avanzar en un plan de implementación regional
Ciudad de Panamá, Representantes de ocho países de Centroamérica, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ONG y organismos multilaterales y de las Naciones Unidas se reunieron esta semana en Panamá para avanzar en la adaptación e implementación al contexto regional de la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, la Niñez y la Adolescencia 2016-2030.
La Estrategia Mundial, que fue lanzada por el Secretario General de la ONU en septiembre del 2015, se construye sobre la iniciativa Todas las Mujeres, Todos los Niños y está alineada con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La nueva estrategia tiene tres objetivos: sobrevivir, prosperar y transformar. En ese sentido, busca poner fin a la mortalidad prevenible, lograr la salud y el bienestar, y ampliar los entornos propicios para que todas las mujeres, los niños y los adolescentes realicen sus derechos a la salud y al bienestar físicos y mentales, tengan oportunidades sociales y económicas y puedan participar plenamente en la configuración de unas sociedades prósperas y sostenibles.
Durante el encuentro en Panamá, las inequidades en salud fueron el centro de las discusiones de la consulta subregional que apuntó a la construcción de sinergias para la implementación de la Estrategia Mundial en América Latina y el Caribe.
“Tenemos una noticia buena y una mala”, anunció Gerardo Alfaro, representante de la OPS en Panamá. “La esperanza de vida de una niña que nace hoy en la ciudad de Panamá es de 80 años, pero si esa misma niña nace en una determinada comarca verá reducida su expectativa de vida en 20 años”, comparó.
A pesar de los avances en la reducción de la mortalidad materna e infantil en la región, las inequidades de género, económicas, étnicas y raciales constituyen ejes estructurantes de la desigualdad social en América Latina entre y dentro de los países.
“Esas inequidades con frecuencia no solo se suman, sino que se entrecruzan y se potencian”, subrayó Andrés De Francisco, director del Departamento de Familia, Género y Curso de Vida de la OPS y representante de la OPS en el Mecanismo Coordinador de la Estrategia Mundial en el contexto de América Latina y el Caribe.
El mecanismo busca apoyar a los países en la implementación de la nueva estrategia. Además de la OPS/OMS, lo integran el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, ONUSIDA , UNFPA, UNICEF y USAID. Se espera que ONU Mujeres también forme parte.
De Francisco llamó a invertir en nutrición infantil, porque, dijo, por cada dólar invertido en nutrición durante los primeros 1.000 días de vida, se obtienen 30 dólares en beneficios relacionados con la educación y la salud. “Invertir en la nutrición de los niños es rentable y los gastos que implica son infinitamente menores que los costos de no hacer nada al respecto”, aseveró.
Abordar los determinantes sociales de la salud
El ministro de Salud Consejero de Panamá, Temístocles Díaz, amplió la visión. Señaló que para poder garantizar la salud a toda la población, se debe atender no solo a la población en situación de pobreza extrema sino también “a la población en riesgo” de caer en ella.
América Latina y el Caribe no es una región homogénea ni es igual a otras zonas del mundo. Mientras que algunos países lograron alcanzar las metas de los Objetivos del Milenio (reducir mortalidad maternoinfantil), otros aún no logran mejorar sus indicadores y poseen contextos específicos que pueden significar un revés en sus avances.
“Es necesario tomar en cuenta la diversidad cultural de la región y las poblaciones móviles”, señaló Emma Iriarte, representante del BID en el Mecanismo Coordinador. Nelson Guzmán, secretario general del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica, también recalcó que “migración y violencia son determinantes sociales de salud” y que ambos son circunstancias importantes en América Central a ser consideras.
Saskia Carusi, oficial de la Oficina Regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Prevención de Desastres, añadió que la vulnerabilidad geográfica a desastres naturales de la región se ve incrementada por la pobreza, la urbanización no planeada y la violencia. “Durante un desastre, la probabilidad de morir de una mujer es 14 veces mayor que en los hombres”, comparó.
Entre los objetivos de la reunión, se planteó la necesidad de presentar el marco de indicadores y monitoreo de la Estrategia Mundial y sus especificidades para Centroamérica. En ese sentido, Bremen de Mucio, asesor regional en salud sexual y reproductiva de la OPS, señaló que cada país debe establecer sus propias metas estadísticas.
Por su parte, y ante las condiciones dispares entre los países, De Francisco sostuvo que la región enfrenta un doble desafío: aumentar la puesta en marcha de intervenciones efectivas, eficaces y basadas en evidencia, y diseñar e incorporar métodos que ayuden a ir de sólo sobrevivir a prosperar y transformar.
Ciudad de Panamá, Representantes de ocho países de Centroamérica, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ONG y organismos multilaterales y de las Naciones Unidas se reunieron esta semana en Panamá para avanzar en la adaptación e implementación al contexto regional de la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, la Niñez y la Adolescencia 2016-2030.
La Estrategia Mundial, que fue lanzada por el Secretario General de la ONU en septiembre del 2015, se construye sobre la iniciativa Todas las Mujeres, Todos los Niños y está alineada con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La nueva estrategia tiene tres objetivos: sobrevivir, prosperar y transformar. En ese sentido, busca poner fin a la mortalidad prevenible, lograr la salud y el bienestar, y ampliar los entornos propicios para que todas las mujeres, los niños y los adolescentes realicen sus derechos a la salud y al bienestar físicos y mentales, tengan oportunidades sociales y económicas y puedan participar plenamente en la configuración de unas sociedades prósperas y sostenibles.
Durante el encuentro en Panamá, las inequidades en salud fueron el centro de las discusiones de la consulta subregional que apuntó a la construcción de sinergias para la implementación de la Estrategia Mundial en América Latina y el Caribe.
“Tenemos una noticia buena y una mala”, anunció Gerardo Alfaro, representante de la OPS en Panamá. “La esperanza de vida de una niña que nace hoy en la ciudad de Panamá es de 80 años, pero si esa misma niña nace en una determinada comarca verá reducida su expectativa de vida en 20 años”, comparó.
A pesar de los avances en la reducción de la mortalidad materna e infantil en la región, las inequidades de género, económicas, étnicas y raciales constituyen ejes estructurantes de la desigualdad social en América Latina entre y dentro de los países.
“Esas inequidades con frecuencia no solo se suman, sino que se entrecruzan y se potencian”, subrayó Andrés De Francisco, director del Departamento de Familia, Género y Curso de Vida de la OPS y representante de la OPS en el Mecanismo Coordinador de la Estrategia Mundial en el contexto de América Latina y el Caribe.
El mecanismo busca apoyar a los países en la implementación de la nueva estrategia. Además de la OPS/OMS, lo integran el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, ONUSIDA , UNFPA, UNICEF y USAID. Se espera que ONU Mujeres también forme parte.
De Francisco llamó a invertir en nutrición infantil, porque, dijo, por cada dólar invertido en nutrición durante los primeros 1.000 días de vida, se obtienen 30 dólares en beneficios relacionados con la educación y la salud. “Invertir en la nutrición de los niños es rentable y los gastos que implica son infinitamente menores que los costos de no hacer nada al respecto”, aseveró.
Abordar los determinantes sociales de la salud
El ministro de Salud Consejero de Panamá, Temístocles Díaz, amplió la visión. Señaló que para poder garantizar la salud a toda la población, se debe atender no solo a la población en situación de pobreza extrema sino también “a la población en riesgo” de caer en ella.
América Latina y el Caribe no es una región homogénea ni es igual a otras zonas del mundo. Mientras que algunos países lograron alcanzar las metas de los Objetivos del Milenio (reducir mortalidad maternoinfantil), otros aún no logran mejorar sus indicadores y poseen contextos específicos que pueden significar un revés en sus avances.
“Es necesario tomar en cuenta la diversidad cultural de la región y las poblaciones móviles”, señaló Emma Iriarte, representante del BID en el Mecanismo Coordinador. Nelson Guzmán, secretario general del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica, también recalcó que “migración y violencia son determinantes sociales de salud” y que ambos son circunstancias importantes en América Central a ser consideras.
Saskia Carusi, oficial de la Oficina Regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Prevención de Desastres, añadió que la vulnerabilidad geográfica a desastres naturales de la región se ve incrementada por la pobreza, la urbanización no planeada y la violencia. “Durante un desastre, la probabilidad de morir de una mujer es 14 veces mayor que en los hombres”, comparó.
Entre los objetivos de la reunión, se planteó la necesidad de presentar el marco de indicadores y monitoreo de la Estrategia Mundial y sus especificidades para Centroamérica. En ese sentido, Bremen de Mucio, asesor regional en salud sexual y reproductiva de la OPS, señaló que cada país debe establecer sus propias metas estadísticas.
Por su parte, y ante las condiciones dispares entre los países, De Francisco sostuvo que la región enfrenta un doble desafío: aumentar la puesta en marcha de intervenciones efectivas, eficaces y basadas en evidencia, y diseñar e incorporar métodos que ayuden a ir de sólo sobrevivir a prosperar y transformar.