Washington D.C. 01 septiembre 2022 (OPS) – La persistencia de la exclusión, el racismo y la xenofobia en las Américas ha conducido a un menor acceso a servicios de salud de calidad y a peores resultados sanitarios para las poblaciones afrodescendientes de la región, afirmó la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, durante una mesa redonda celebrada hoy para conmemorar el Día Internacional de los Afrodescendientes.
El panel, organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reunió a representantes del Grupo de Trabajo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Afrodescendientes, la Universidad de California y la Universidad de Harvard, entre otros.
Paralelamente, expertos de la OPS, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Red Interamericana de Altas Autoridades sobre Políticas para Población Afrodescendiente (RIAFRO), también se reunieron en conmemoración de este día para debatir formas de reforzar la colaboración con el fin de abordar las desigualdades étnico-raciales en materia de salud.
«En las Américas, los afrodescendientes son cerca de un tercio de la población», dijo la Directora de la OPS. «Sin embargo, a menudo son invisibles y sus contribuciones a la región no son reconocidas», destacó.
El racismo sistémico contribuye a un menor acceso a los seguros de salud, a un peor tratamiento médico y a peores resultados sanitarios. Esto se ve agravado por las desigualdades de género, ya que las mujeres afrodescendientes tienen más probabilidades que el resto de carecer de cobertura de salud en varios países.
«El disfrute del más alto nivel posible de salud es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social», remarcó la doctora Etienne.
Sin embargo, en algunos países de las Américas, las mujeres afrodescendientes tienen una tasa de mortalidad materna casi cuatro veces superior a la de las mujeres no afrodescendientes.
La pandemia de COVID-19 también ha tenido un impacto desproporcionado en las poblaciones afrodescendientes. La mayor inseguridad económica significa que las poblaciones afrodescendientes han tenido menos posibilidades de permitirse métodos de prevención como las mascarillas, y el menor acceso a una vivienda y un saneamiento adecuados durante la pandemia ha repercutido en su capacidad para ponerse en cuarentena de forma segura.
«Nuestras estrategias para hacer frente a la COVID-19 no son de talla única. Necesitamos respuestas claras, sólidas e inclusivas a las circunstancias específicas de las comunidades afrodescendientes, quienes son las expertas tanto en los desafíos que presenta la COVID-19 para ellas como en las acciones necesarias para mitigar estos impactos», dijo la doctora Etienne.
En el evento de la OPS, los expertos también examinaron las formas de monitorear mejor las desigualdades étnico-raciales en la salud, y su impacto en la salud y el bienestar de las comunidades.
La política sobre etnicidad y salud de la OPS y su plan de acción documentan los retos sanitarios a los que se enfrentan las comunidades afrodescendientes en las Américas y establecen compromisos para abordarlos.
Para lograr el derecho fundamental a la salud para todos, necesitamos «que todo el mundo ponga su granito de arena «, dijo la Directora de la OPS, «para liderar con las comunidades afrodescendientes, ampliar nuestras alianzas, involucrar a las autoridades nacionales y colaborar con la academia y el sistema de las Naciones Unidas».