Países como Italia, Letonia, Polonia, Suecia y Brasil, incorporaron este esquema en sus sistemas de pensiones . Se caracterizan por altas tasas de cotización y sus retornos pueden indexarse al PIB, a la variación de las cotizaciones, a la masa salarial o la productividad.
Las cuentas nocionales han sido mencionadas -con mayor o menor frecuencia- entre las propuestas de reforma de pensiones en los últimos gobiernos.
De hecho, han sido barajadas bajo el nombre de «cuentas personales» como una alternativa para la administración del fondo colectivo estatal que podría concretar el Ejecutivo.
¿Qué son las cuentas nocionales? Es un sistema de pensiones financiado mediante aportes colectivos, diseñado para relacionar los beneficios con los aportes capitalizados, otorgando una rentabilidad «ficticia», e incluyendo ajustes a las pensiones a fin de asegurar cierto nivel de sostenibilidad en el tiempo. Sus críticos, las ven como un modelo de reparto que se transforma en un impuesto al trabajo. Pero sus defensores dicen que corrige las iniquidades del mercado laboral, ahorrando dinero al Estado.
El ejemplo más citado de aplicación «exitosa» de cuentas nocionales es el de Suecia, donde existe desde 1999, al igual que en Polonia y Brasil. Otros sistemas de pensiones, como el de Italia y Letonia, lo aplican desde 1996. Estudio de la FIAP Un estudio de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) destaca entre sus características, sus altas tasas de cotización, siendo en Italia y Brasil superiores al 30% del salario, triplicando el promedio latinoamericano.
En Suecia, en tanto, las cuentas nocionales se alimentan con una cotización 16%, seis veces mayor que la cotización exigida para cuenta de capitalización en el mismo país (2,5%).
Estudio de la FIAP
Un estudio de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) destaca entre sus características, sus altas tasas de cotización, siendo en Italia y Brasil superiores al 30% del salario, triplicando el promedio latinoamericano. En Suecia, en tanto, las cuentas nocionales se alimentan con una cotización 16%, seis veces mayor que la cotización exigida para cuenta de capitalización en el mismo país (2,5%). Sin embargo, pese al menor aporte, esta última fuente de ahorros llega a representar el 29% de la pensión, según datos del centro de estudios Perspectivas, vinculado a la Asociación de AFP.
Otra característica de las cuentas nocionales es la variedad de opciones de rentabilidad que ofrecen, pudiendo indexarse al PIB, variación de las cotizaciones, masa salarial, productividad, etc.
Según datos de FIAP, los retornos se sitúan cerca de 2% y, pese a ello, los estados han tenido dificultades para mantener y sostenibilidad sin ajustes.
«Los criterios de inversión de los fondos nocionales no ha sido maximizar el rendimiento para los afiliados y -dado el envejecimiento de la población-, sufrirán reducciones de carácter permanente, lo que obligará al país a aplicar un equilibrio automático a las prestaciones (conocido como “freno”), sin vuelta al diseño original”, señala la FIAP.
De hecho, en su corta existencia, las cuentas nocionales suecas han sufrido «varias modificaciones que han generado caída de las pensiones en forma automática cuando los activos son inferiores a los pasivos», según detalla el organismo.
El presidente de FIAP, Guillermo Arthur, las califica como sistemas de reparto, ya que la rentabilidad asignada por el Estado depende de distintos parámetros. «El cálculo de la pensión de estos sistemas, al igual que en los de capitalización individual considera la expectativa de vida del individuo a la edad de jubilación, con otros factores adicionales para llegar al monto de la pensión final», dice.
En ese marco, “existe el riesgo político de que (la tasa comprometida) se ajuste en forma discrecional para lograr la sostenibilidad del sistema a costa de unos menores beneficios para los trabajadores», explica.
Arthur ve como un «retroceso» transitar hacia un modelo que combina la capitalización con un mecanismo de reparto nocional, y añade que «introducir un componente de reparto nocional intergeneracional ya no se justifica en Chile porque con las últimas reformas al Pilar Solidario (introducción de una “Pensión Garantizada Universal”) ya se duplicó el gasto en pensiones solidarias, en base al esfuerzo de todos los chilenos», sostiene.
Agrega que el Pilar Solidario chileno equivale hoy a destinar más de 3 puntos porcentuales de cotización a un sistema de reparto. «Esta solidaridad es definitivamente más equitativa que la que podría entregar un reparto nocional, ya que en el contexto de la elevada informalidad existente solo unos pocos aportan, en cambio, con los impuestos generales de la nación, a través del Pilar Solidario, todo Chile aporta», puntualiza.
Diversificar riesgos
Por su parte, la ex asesora de pensiones de Hacienda -durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet-, Paula Benavides, invita a no reducir la discusión de pensiones a Beneficio Definido (BD) y Contribución Definida (CD) en cuentas individuales. «Ambos son extremos en la forma de distribuir riesgos y tienen problemas de sostenibilidad; en uno financiera y en el otro social, cuando todos los riesgos se asumen individualmente», sostiene.
Afirma que, en general, existen mejores resultados en esquemas mixtos, diversificando el financiamiento e incluyendo redistribución de riesgos y por eso «países con BD han sumado CD y no necesariamente individual, y al revés, cuando solo hay cuentas individuales hace sentido agregar componentes colectivos», indica.
Para la hoy presidenta ejecutiva de Espacio Público, «las cuentas nocionales permiten compartir riesgos y tener mirada de largo plazo, sin tantas opciones de cambios. Al haber capitalización colectiva aumenta el ahorro y la capacidad de invertir en activos de mayor riesgo e inversiones ilíquidas y, por lo tanto, de tener mayor rentabilidad esperada. En promedio en los últimos 10 años el retorno real de los fondos suecos estuvo entre 7 y 8% mientras que en Chile fue inferior a 4%. Por otro lado, la regla de rendimiento de las cuentas nocionales depende del sistema y en Suecia se definió estando en transición desde un reparto con problemas de sostenibilidad», puntualiza.
«En estos esquemas es esencial garantizar una redistribución de riesgos justa y sostenible, para así aumentar los montos y la seguridad de las pensiones. La robustez de la institucionalidad y los mecanismos de ajuste automáticos son clave para ello», concluye.
Pérdida del ahorro nacional
Desde el centro de estudios Perspectivas, afirman que las cuentas nocionales son “malas para Chile”, por tres razones. En primer lugar, porque su objetivo es más bien «suavizar» el costo de transición desde sistemas de reparto con beneficios definidos hacia sistemas de contribución definida (como el de ahorro individual).
Un costo que, para la directora del centro, Elisa Cabezón, Chile ya pagó por lo que “no tiene sentido abandonar nuestro sistema de ahorro individual e instalar un sistema de cuentas nocionales que se financia a través de reparto”.
En segundo lugar, dice que las cuentas nocionales implican “perder ahorro nacional”, ya que “los ahorros dejarían de invertirse en el mercado de capitales, ya que se usan para pagar las actuales pensiones”.
Y, por último, indica que “bajo los parámetros de cuentas nocionales el rendimiento de los fondos de pensiones hubiera sido menor que el alcanzado por las AFP”.
Para ejemplificarlo, explica en Chile, el rendimiento del parámetro usado para el crecimiento de las cuentas nocionales suecas (crecimiento de los salarios del país) es menor que la rentabilidad que han logrado las AFP en sus multifondos de pensiones en el pasado, por lo que «no se hubiese aprovechado al máximo la cotización realizada por los trabajadores”, enfatiza.
En ese marco, afirma a modo de ejemplo, que, para una persona que hubiese cotizado 30 años, por un ingreso de $ 500 mil, obtendría una pensión de $ 461.924 bajo el esquema sueco, y de
$ 684.063 si se destina el total de ahorros a capitalización individual.
«Esto porque entre 1991 y 2021 la cuenta de capitalización tuvo un rendimiento de 6,13% promedio anual, y la cuenta nocional hubiera rentado 3,21% promedio anual”, dice Cabezón. (Ver infografía)
Otras miradas
Según el experto en pensiones, Alejandro Charme, las cuentas nocionales “son el instrumento perfecto para reducir el gasto público en pensiones, ya que las cotizaciones financian las pensiones del sistema, bajo la forma de solidaridad intra e intergeneracional”. Por ello, añade, «los puntos porcentuales destinados a la cuenta personal nocional deben ser relevantes dentro del esquema, cosa que no sea lisa y llanamente un impuesto al trabajo».
De ahi que -en su perspectiva-, “las cuentas nocionales deberían ser un sistema más bien residual, con el objeto de implementar la solidaridad intra e intergeneracional, pero el grueso debería ser de capitalización individual».
En tanto, para el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José Luis Ruiz, lo importante antes de definir si optar o no por este tipo de cuentas es clarificar correctamente las metas que se busca alcanzar, respecto de las que habría relativo consenso: avanzar a un sisttema que logre aumentar las pensiones, que sea financieramente sostenible, que tenga legitimidad social y que incorpore componentes de solidaridad. Para el académico, la mayor preocupación respecto de cuentas nocionales es cómo blindarlo de la influencia de intereses políticos. «En ese sentido sería bueno que hubiera un consejo técnico -tipo Banco Central-, que se encargue de sopesar debidamente todos los factores para tomar decisiones, sin influencia de los posibles costos políticos que estas tengan», afirma.