Ginebra, 20 de julio de 2022 – En todo el mundo, millones de refugiados y migrantes, como los trabajadores migrantes poco cualificados, viven en situación de vulnerabilidad y tienen peor salud que la población de sus países de acogida, sobre todo cuando sus condiciones de vida y de trabajo son deficientes. Esta es una de las conclusiones del primer Informe mundial de la OMS sobre la salud de los refugiados y los migrantes, en el que se señala que este grave problema tiene nefastas consecuencias y va a dificultar que se alcancen los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud de estos grupos poblacionales.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha señalado: “Casi una de cada ocho personas es migrante, y en total hay cerca de 1000 millones de migrantes en el mundo. La migración afecta enormemente la salud y el bienestar, y los refugiados y migrantes continúan siendo uno de los grupos más vulnerables y desatendidos en muchos países. En el presente informe, que es el primero en el que se hace un examen mundial de la salud de estas personas, se insta a actuar de forma urgente y coordinada para que los refugiados y migrantes de todo el mundo puedan disfrutar de servicios sanitarios que tengan en cuenta sus necesidades. Además, se pone de manifiesto la necesidad apremiante de atajar las causas profundas de las migraciones y de reorientar radicalmente los sistemas de salud para que se adapten al dinamismo creciente de nuestro mundo”.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), América del Norte fue el destino de 59 millones de migrantes internacionales en 2020. En América Latina y el Caribe, el número de migrantes internacionales se duplicó con creces desde 2005, hasta alcanzar los 15 millones en 2021, lo que la convierte en la región con mayor crecimiento.
Basándose en una amplia revisión de bibliografía procedente de todo el mundo, este informe demuestra que la salud de los refugiados y migrantes no es en principio inferior que la de las poblaciones de acogida, sino que el empeoramiento de su salud se debe más bien a las repercusiones de varios factores, como las deficiencias en educación, ingresos, vivienda y acceso a los servicios, los cuales se ven agravados por las barreras lingüísticas, culturales, jurídicas y de otra índole y por la interconexión de todos estos factores a lo largo de la vida.
El informe reafirma que la experiencia de la migración y el desplazamiento determina en gran medida la salud y el bienestar de las personas, sobre todo cuando se combina con otros factores. Esta situación se ve agravada por el hecho de que, a menudo, tienen poco acceso a los servicios de salud. Por otro lado, el informe pone de manifiesto importantes carencias en los datos y los sistemas de información sobre la salud de los refugiados y migrantes; aunque hay una gran cantidad de datos y pruebas, estos están fragmentados y no permiten hacer comparaciones entre países y a lo largo del tiempo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) está ejecutando un proyecto en coordinación con las autoridades nacionales de diez países de América Central y del Sur para proteger la salud de los migrantes y garantizar su acceso a los servicios de salud. Sin embargo, los vacíos de información son un reto que aún debe ser abordado para fortalecer y desarrollar políticas nacionales y marcos regulatorios que incluyan a esta población.
A principios de este año, y en consonancia con los esfuerzos mundiales, la OPS lanzó una plataforma de información para abordar la falta de datos regionales sobre migración y salud. La plataforma incluye cuadros de mando interactivos sobre marcos políticos, jurídicos y normativos, así como literatura científica sobre salud y migración, y está dirigida a todas las partes interesadas que participan en el desarrollo de políticas, leyes y programas de salud y migración.
Aunque la falta de datos que permitan establecer comparaciones sobre la salud de los refugiados y migrantes en distintos países y a lo largo del tiempo suele dificultar la formulación de políticas que promuevan la equidad sanitaria, se dispone de marcos y normas que reconocen y satisfacen las necesidades de los refugiados y migrantes en materia de salud. Con todo, siguen observándose diferencias en los resultados sanitarios que, según el informe, se deben principalmente a la aplicación insuficiente e ineficaz de las políticas.