El fraude de seguros se ha convertido en un problema de miles de millones de euros, dado que las técnicas que utilizan los estafadores para defraudar a los proveedores de seguros y a sus clientes se vuelven cada vez más audaces y sofisticadas. Hay numerosos ejemplos donde la identidad se ha visto comprometida por actividades fraudulentas, especialmente a raíz de la pandemia.
La industria del seguro trabaja duro para mantenerse un paso por delante y abordar el fraude en el «asiento delantero» utilizando controles de validación de identidad para ayudar a confirmar que el solicitante es quien dice ser. Actualmente, nuevos tipos de inteligencia de direcciones de correo electrónico fortalecen estas capacidades, lo que ayuda al mercado a detectar posibles casos de fraude de solicitud en una etapa temprana del proceso de incorporación de clientes.
El crecimiento de los delitos relacionados con el fraude de identidad se disparó durante la pandemia, pero incluso antes de la Covid-19, los casos aumentaban ya rápidamente. La gestión deficiente de los datos de los clientes no solo deja a la aseguradora más abierta al fraude, sino que corre el riesgo de perder oportunidades de ventas cruzada y desperdicia cuantiosos presupuestos de marketing, así como precisión en tarificación y experiencia del cliente.
Una encuesta reciente sobre los desafíos de la industria de seguros de España concluyó que el big data y analytics son la inversión número uno para el futuro para un sector que busca brindar mejores experiencias digitales. El 75% de los aseguradores dice que los datos y su análisis representan su mayor inversión en tecnología actualmente, seguidos de la inteligencia artificial (45%), la nube (32%) y la automatización de procesos (25%). La verificación de identidad del cliente actual o potencial es el componente fundamental para prevenir el fraude.
Las aseguradoras tienen una tarea difícil cuando se trata del cruce de datos e identificación. La recopilación de datos de identificación de un cliente tradicionalmente termina con la recopilación de documentos de identificación y dirección. Sin embargo, los documentos de identidad son solo el primer paso para crear una visión integral. Es fundamental que estos documentos (y otros registros públicos, u otros datos relacionados con la identificación del cliente) se conviertan completamente a formato digital y sin demasiadas fricciones.
Además, los registros digitales de identificación deben validarse contra la fuente original para establecer la autenticidad. Dado que todo debe ser fluido y rápido, existe una mayor presión para hacer todo esto ágilmente con el mínimo esfuerzo del cliente.
Creando los componentes básicos para la transformación digital
Un cliente puede buscar suscribir más de una póliza de seguro, tal vez incluyendo una o más dentro de una misma aseguradora a la que se le solicita cobertura. Por lo tanto, para controlar la actividad sospechosa y tomar una decisión informada sobre suscribir o rechazar el riesgo, la aseguradora debe tener la información necesaria sobre el cliente. Es un cuidadoso equilibrio entre rechazar un riesgo (con una posible pérdida de ingresos) y la pérdida por suscribir riesgos elevados sin la diligencia debida.
El problema es que las técnicas existentes que se utilizan para la identificación de una persona pueden consumir mucho tiempo tanto para el proveedor de seguros como para el cliente. A ello se une la práctica ausencia de datos públicos en registros públicos y/o datos compartidos de la industria. Los controles de identificación también pueden parecer intrusivos e innecesarios, lo que crea molestias en la mayoría de los clientes que son “buenos”.
Esto significa que los proveedores de seguros tienen un equilibrio difícil de lograr para protegerse a sí mismos y a sus buenos clientes utilizando técnicas de validación de identidad antes y después del inicio de la póliza, pero sin ralentizar ni complicar el proceso de solicitud y cotización para el cliente.
Análisis de las direcciones de correo electrónico como identificador global de riesgo
Aquí es donde el “email insight” o inteligencia basada en la dirección de correo electrónico proporcionada durante el proceso de solicitud está llevando la validación de ID a un nivel superior.
Una dirección de correo electrónico es un identificador global único y se encuentra en el centro de la huella digital de un consumidor. Nuestro estudio de LexisNexis® Risk Solutions muestra que el 91% de las personas ha tenido la misma dirección de correo electrónico durante tres años o más y el 51% durante más de diez años. Además de ser un identificador permanente a lo largo del tiempo, también está vinculado a varias cuentas y transacciones online. Así, cada dirección de correo electrónico individual crea una huella digital que proporciona un rico historial de transacciones en el mundo digital, lleno de información sobre el comportamiento online que podría convertirlo en una de las herramientas más poderosas para detectar el fraude en las aplicaciones.
Mediante el uso de miles de millones de transacciones de procesadores de pagos globales y otras industrias online ya es posible proporcionar un score de riesgo instantáneo para ponderar si estamos ante una identidad “genuina” u otra que podría ser fraudulenta. Y ello, analizando únicamente el email y otra información de entrada básica.
El riesgo se evalúa accediendo a puntos de metadatos de la dirección de correo electrónico (Ej. existencia correo electrónico y/o dominio, correlaciones entre email y nombre/apellidos, etc.).
El score de salida fortalece de manera significativa la validación de identidad, sin comprometer la experiencia del cliente. De esta manera, se ayuda a la protección de las personas evitando que la identidad se vea comprometida y al mismo tiempo se respalda un proceso de incorporación rápido y eficiente. Para los aseguradores, lograr el equilibrio adecuado entre verificaciones de identificación sólidas y un proceso de solicitud simplificado ya no debería ser tan complicado de conseguir.