En el último año, la pandemia de COVID19 aceleró la adopción de nuevos servicios de telemedicina para mejorar la salud de la población. Asimismo, las medidas de distanciamiento físico, la falta de expertos y las grandes extensiones que caracterizan a los países de América Latina y el Caribe (ALC) impulsaron la adopción de la telemedicina internacional
Ante el auge de la digitalización y los servicios de telemedicina en países como Chile y Argentina, ALC goza de una importante oportunidad para exportar este tipo de servicios transfronterizos, por ejemplo, a los países vecinos, para lo cual deben superar una serie de retos.
Para entender estas barreras a profundidad, el Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) coordinó el recién publicado “Estudio sobre telemedicina internacional en América Latina: motivaciones, usos, resultados, estrategias y políticas”, basado en un minucioso y extenso análisis bibliográfico, una encuesta en línea a 1.443 de profesionales de la salud de 19 países de la región, y entrevistas detalladas a 29 expertos en el ámbito de la telemedicina.
El estudio comprueba que existe una relación positiva entre el uso de la telemedicina internacional y la productividad y eficiencia de los profesionales de salud. Por ejemplo, según la encuesta, el 49% de los participantes indica que este servicio transfronterizo está directamente relacionado con una mejora en su capacidad profesional, lo cual ha sido corroborado a través de análisis estadísticos.
El uso de la telemedicina internacional también está relacionado con mejores retornos para los sistemas nacionales de salud. Por ejemplo, 43% de los encuestados lo asocian con una reducción en las desigualdades sociales en salud, un 42.6% con una mejora en la prestación nacional de salud y un 40% con una mejora en el estado de salud de otros países. Estos datos también han sido comprobados mediante análisis estadísticos.
A pesar de estos beneficios, según la encuesta, en promedio solo un 17,4% de los profesionales de la salud utiliza sistemas de telemedicina internacional. La intención de uso, sin embargo, es relativamente mayor con un promedio de 20.6%. Y existen ligeras diferencias entre los países de la región.
Recomendaciones para exportar servicios de telemedicina
El desarrollo de la telemedicina internacional en América Latina enfrenta una serie de retos. Los principales resultados del estudio arrojan las siguientes recomendaciones de política para fomentar la telemedicina internacional en América Latina y el Caribe:
Impulsar mecanismos que promuevan el consenso sobre el tema entre países, como la creación de una ‘Agencia de Telemedicina Internacional para las Américas’ y/o el fortalecimiento de las redes existentes, incluyendo la acción de los acuerdos de integración regional. Es importante contar con una gobernanza que facilite la coordinación entre los países.
Promover políticas públicas de telemedicina nacional sólidas y sostenibles, incorporadas en una estrategia nacional de salud. Dado que la viabilidad de la telemedicina internacional está condicionada por su uso nacional, es importante contar con directrices de políticas sostenibles a nivel de país.
Fortalecer las agencias gubernamentales responsables de la transformación digital de la salud, incluyendo la telemedicina. Para poder accionar las políticas públicas nacionales es importante contar con una agencia responsable de la transformación digital de la salud que pueda convocar al diálogo entre las partes en el país y se encargue de liderar, apoyar, supervisar y evaluar los servicios de telemedicina.
Establecer un marco claro para un sistema de pago a los profesionales por la prestación de los servicios de telemedicina. Un marco explícito al cual todos los proveedores de atención sanitaria puedan acogerse es importante para normalizar el uso de la telemedicina.
Fomentar la reglamentación, regulación y protocolización de estos servicios cuando el médico y el paciente se encuentran en diferentes países. Para incentivar el uso de la telemedicina nacional e internacional es importante llenar la falta de claridad jurídica cuando no existe una legislación específica, y contar con reglamentaciones compatibles entre los países.
Facilitar la regularización de las licencias profesionales internacionales. Una solución para la aplicación de las reglas de licenciamiento cuando el médico y el paciente se encuentran en diferentes países es la creación de un registro internacional que permita la homologación automática del título a nivel internacional a partir del reconocimiento de los estándares nacionales de cada país.
Promover medidas de seguridad y confidencialidad en el manejo de datos de los pacientes internacionales. Los países deben buscar acuerdos para reglamentar el manejo de los temas de privacidad, confidencialidad y protección de datos entre países.
Impulsar la interoperabilidad de los sistemas tecnológicos de información en salud entre los países de la región. La falta de interoperabilidad a nivel internacional supone otro impedimento a la hora de compartir datos y posibilitar el intercambio de información y conocimiento básico para poder prestar el servicio de telemedicina internacional.
Fomentar la incorporación de las universidades y redes académicas para incrementar el conocimiento que permita aumentar la confianza en la telemedicina entre pacientes y profesionales de la salud. Esto ayudaría a aliviar el escepticismo y resistencia al cambio frente a las posibilidades de la telemedicina.
Facilitar la capacitación profesional para el uso de herramientas de salud digital. Parte de la limitación para el uso de la telemedicina se debe a la falta de capacitación en herramientas de salud digital.
La telemedicina se presenta como una opción práctica para reducir la brecha de salud y enfrentar los problemas relacionados con la igualdad en salud, acelerando así el logro del Objetivo de Desarrollo Sustentable 3 (ODS 3), fijado por las Naciones Unidas en el marco de la Agenda 2030. El comercio internacional de servicios de telemedicina entre los países de la región puede contribuir a estos objetivos.
Organismos internacionales, como el BID, tienen un papel fundamental en la promoción de la telemedicina internacional de la región. Su apoyo a los ámbitos institucional, legal y administrativo de los sistemas nacionales de salud es fundamental, ya que representa la base para potenciar la exportación de servicios de telemedicina. Un ejemplo es el apoyo del BID para definir estándares comunes para la generación de una historia clínica electrónica regional.
La telemedicina internacional es una herramienta clave para mejorar la accesibilidad a los servicios de salud y reducir sus costos. Por eso es importante superar los retos que enfrenta su adopción y desarrollo en la región.