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Pensiones: Modelo chileno frente a sistemas previsionales de otros países
Escrito el 06 sep 2021
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En medio del debate por un cuarto retiro y las críticas al sistema previsional, cabe también dar una mirada a otros modelos en el mundo y a detalles que no son menores al momento de poner frente a frente la contribución individual y el reparto, que han sido posicionados en los extremos del debate, así como también la relevancia de la cotización en ambos modelos.
Según un estudio sobre los niveles promedio de pensiones de la Asociación de AFP, basado en la Historia Previsional de Afiliados 2019 y la Encuesta de Protección Social 2019, los afiliados en Chile se han pensionado los últimos años con una baja cantidad de cotizaciones. La mitad de los nuevos pensionados por vejez entre 2017 y 2020 cotizó menos de 15 años, mientras que solo un 20% cotizó por más de 30 años.
Respecto de la tasa de cotización, en Chile es del 10% del ingreso imponible; Canadá es del 10,9% y llegará a 11,9% en 2023; en EE.UU. es de 12,4%; en España del 28,3% y en Japón de 18,3%. En Uruguay alcanza al 15%, pero incluye comisión por administración y el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia.
De acuerdo a la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) -cita el estudio una «pensión completa» es aquella que ha sido financiada con al menos 30 años de cotizaciones. Una con más de 10 y menos de 30 años de cotizacio11cs es una «pensión parcial», y con menos de 10 años son «pensiones no garantizadas», siempre en referencia a pensiones autofinanciadas.
De acuerdo a esa definición en Chile, de los nuevos pensionados – que entre 2017 y 2020, suman 466.830 personas-, un 39% recibida una «pensión no garantizada», un 41% una «pensión parcial» y solo un 20% cotizaría lo suficiente para una «pensión completa».
De acuerdo al documento, si se toma el rango «no garantizado» – sin considerar beneficios sociales- , en Chile los montos promedio son superiores a España y EE.UU. ya que estos países exigen 15 y 10 años de cotizaciones mínimas para tener pensión. También sería superior al de Canadá (Canadá Pensión Plan, contributivo, diseñado para sustituir como máximo al 25% del salario), Japón (se paga pensión a partir de 10 años cotizados) o Uruguay, que tiene un carácter mixto de beneficio definido.
Para quienes cotizan entre 10 y 30 años (ver gráfico), las pensiones más altas son las de Estados Unidos y España. «Estos montos más elevados pueden financiarse no solo porque tienen tasas de cotización más elevadas, sino también porque hay transferencias regresivas desde quienes cotizan poco, y no alcanzan a cumplir con el requisito de mínimos de años cotizados, hacia quienes sí cumplen con dichos criterios», explica el estudio.
Sobre los 30 años de cotización, sostiene el estudio, la pensión en Estados Unidos y España es significativamente más alta a la de Chile y también la de Uruguay, donde el componente de reparto entrega altos beneficios a quienes cumplen con el requisito de tener 30 años de contribuciones.
Según el gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes, «en los países con sistemas de reparto, la mayoría de los trabajadores chilenos tendrían pensiones más bajas que las que entrega la capitalización del ahorro individual, porque las lagunas previsionales castigan mucho más las pensiones». Sumado a lo anterior, agrega, «debido a la rentabilidad de las inversiones, las pensiones en Chile se comparan favorablemente con las de reparto, a pesar de la baja tasa de cotización mensual que tenemos en nuestro país».
Según un estudio sobre los niveles promedio de pensiones de la Asociación de AFP, basado en la Historia Previsional de Afiliados 2019 y la Encuesta de Protección Social 2019, los afiliados en Chile se han pensionado los últimos años con una baja cantidad de cotizaciones. La mitad de los nuevos pensionados por vejez entre 2017 y 2020 cotizó menos de 15 años, mientras que solo un 20% cotizó por más de 30 años.
Respecto de la tasa de cotización, en Chile es del 10% del ingreso imponible; Canadá es del 10,9% y llegará a 11,9% en 2023; en EE.UU. es de 12,4%; en España del 28,3% y en Japón de 18,3%. En Uruguay alcanza al 15%, pero incluye comisión por administración y el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia.
De acuerdo a la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) -cita el estudio una «pensión completa» es aquella que ha sido financiada con al menos 30 años de cotizaciones. Una con más de 10 y menos de 30 años de cotizacio11cs es una «pensión parcial», y con menos de 10 años son «pensiones no garantizadas», siempre en referencia a pensiones autofinanciadas.
De acuerdo a esa definición en Chile, de los nuevos pensionados – que entre 2017 y 2020, suman 466.830 personas-, un 39% recibida una «pensión no garantizada», un 41% una «pensión parcial» y solo un 20% cotizaría lo suficiente para una «pensión completa».
De acuerdo al documento, si se toma el rango «no garantizado» – sin considerar beneficios sociales- , en Chile los montos promedio son superiores a España y EE.UU. ya que estos países exigen 15 y 10 años de cotizaciones mínimas para tener pensión. También sería superior al de Canadá (Canadá Pensión Plan, contributivo, diseñado para sustituir como máximo al 25% del salario), Japón (se paga pensión a partir de 10 años cotizados) o Uruguay, que tiene un carácter mixto de beneficio definido.
Para quienes cotizan entre 10 y 30 años (ver gráfico), las pensiones más altas son las de Estados Unidos y España. «Estos montos más elevados pueden financiarse no solo porque tienen tasas de cotización más elevadas, sino también porque hay transferencias regresivas desde quienes cotizan poco, y no alcanzan a cumplir con el requisito de mínimos de años cotizados, hacia quienes sí cumplen con dichos criterios», explica el estudio.
Sobre los 30 años de cotización, sostiene el estudio, la pensión en Estados Unidos y España es significativamente más alta a la de Chile y también la de Uruguay, donde el componente de reparto entrega altos beneficios a quienes cumplen con el requisito de tener 30 años de contribuciones.
Según el gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes, «en los países con sistemas de reparto, la mayoría de los trabajadores chilenos tendrían pensiones más bajas que las que entrega la capitalización del ahorro individual, porque las lagunas previsionales castigan mucho más las pensiones». Sumado a lo anterior, agrega, «debido a la rentabilidad de las inversiones, las pensiones en Chile se comparan favorablemente con las de reparto, a pesar de la baja tasa de cotización mensual que tenemos en nuestro país».