POR: ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL (AISS)
Los sistemas de salud de todo el mundo están sometidos a una fuerte presión para contener y reducir la tasa de infección por COVID-19. En muchos países, la pandemia pone de manifiesto las importantes deficiencias y carencias de los sistemas de salud, que afectan a la capacidad de controlar la pandemia, estabilizar la situación sanitara y lograr la recuperación económica. Con el fin de garantizar el derecho a la salud para todos, es fundamental contar con estrategias y soluciones que ayuden a las instituciones de seguridad social a afrontar estos desafíos.
El coronavirus ha puesto en jaque a los sistemas de protección social y de salud. Esta impredecible crisis sanitaria a gran escala, que afecta a la población mundial y exige una movilización urgente de los recursos, ha puesto de relieve los distintos niveles de preparación de los sistemas de salud necesarios para afrontar un brote de esta magnitud.
A pesar de que los países tienen dificultades para funcionar con normalidad, se insiste simultáneamente en la necesidad de construir sistemas resilientes que puedan amortiguar crisis similares en el futuro y responder eficazmente a ellas. Es evidente que se precisa con urgencia mirar más allá de la pandemia actual y abordar los desafíos a largo plazo.
La salud es una de las prioridades de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, como se refleja en el ODS 3, que establece un objetivo ambicioso en materia de salud: “Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades”. La Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) ofrece, mediante diversas actividades, una plataforma para el intercambio de soluciones y estrategias innovadoras con el fin de mejorar la resiliencia de los sistemas de salud de forma sostenible desde el punto de vista financiero en estos tiempos difíciles.
En el webinario de la AISS Building more resilient health systems: Good practices and current issues, (Creación de sistemas de salud más resilientes: Buenas prácticas y problemas actuales) celebrado en enero de 2021, las instituciones de Indonesia y la República de Corea compartieron sus reflexiones y experiencias. Partiendo de este webinario y de otras constataciones, en este artículo se analizan las principales cuestiones y las respuestas innovadoras aportadas, a saber:
la movilización de financiación adicional;
el afianzamiento de las cadenas de suministro médico;
la garantía y el aumento de los trabajadores sanitarios y de los centros de salud disponibles;
el aprovechamiento de las soluciones digitales y el uso de los datos; y
la vacunación.
Movilización de financiación
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la insuficiencia de los recursos disponibles para ofrecer una atención de salud de calidad en situacón de crisis y la necesidad de priorizar las inversiones en los sistemas de salud para reforzar sus capacidades, incluida la capacidad de respuesta, y su resiliencia. Indonesia y la República de Corea han adoptado estrategias similares para consolidar la situación financiera de sus respectivos sistemas de salud.
En 2020, Indonesia aumentó en un 58 por ciento el presupuesto asignado a su programa de recuperación de la salud. La Organización de Seguridad Social para la Salud (BPJS Kesehatan) de este país reasignó el presupuesto reservado para iniciativas de responsabilidad social a los programas de gestión de la COVID-19. El Gobierno encomendó a la BPJS Kesehatan el mandato especial de verificar todas las solicitudes de reembolso en concepto de gastos hospitalarios relacionados con la COVID-19, con arreglo a un presupuesto gubernamental destinado específicamente a este fin.
La República de Corea ofreció diagnósticos y tratamientos de forma gratuita. También redujo las cotizaciones al seguro de enfermedad con el fin de aliviar la carga financiera. Por otra parte, debido a la propagación de la COVID-19, el uso de las mascarillas y el lavado frecuente de manos se han convertido en la nueva normalidad, lo que ha generado una disminución de los gastos médicos, especialmente por enfermedades respiratorias e infecciosas. El Servicio Nacional del Seguro de Enfermedad recurrió al Big Data para clasificar los grupos de riesgo. Al mismo tiempo, aplicó medidas de mitigación para agilizar los pagos a las instituciones médicas y evitar el colapso financiero del sistema de salud.
Afianzamiento de las cadenas de suministro médico
En muchos países, la pandemia ha ocasionado devastadores costos humanos y económicos debido a la escasez de suministros médicos esenciales y equipos de protección personal, hasta tal punto que los hospitales y los centros de atención de salud tuvieron dificultades para proteger adecuadamente a su personal y a los pacientes.
Indonesia respondió con rapidez para garantizar la disponibilidad de medicamentos y suministros médicos necesarios para hacer frente a la COVID-19, y para ello recurrió incluso a la colaboración de las empresas locales. Así pues, desde el incio de la pandemia, la BPJS Kesehatan ha proporcionado suministros médicos a los hospitales de forma gratuita. Por otra parte, Corea está acelerando el desarrollo tanto de vacunas como de tratamientos a escala nacional.
Garantía y aumento de los trabajadores sanitarios y de los centros de salud disponibles
Las medidas urgentes encaminadas a incrementar temporalmente la cantidad de camas de hospital y de equipos disponibles ayudaron a hacer frente al aumento de la demanda de tratamiento para pacientes de COVID-19. Sin embargo, la escasez de personal de los servicios de salud ha sometido a los trabajadores sanitarios a una fuerte presión y ha revelado las deficiencias en la dotación de personal y en las políticas de remuneración. Con el objetivo de reforzar la capacidad del personal sanitario, algunos países han recurrido a los estudiantes de medicina y de enfermería que aún estaban en formación y han movilizado a los profesionales sanitarios jubilados.
Para responder a la pandemia, el Gobierno de Indonesia financió la construcción de 940 hospitales con una capacidad de 70 495 camas, y aceleró el reclutamiento de trabajadores sanitarios voluntarios y la contratación de médicos residentes. El Gobierno también ofreció incentivos a los trabajadores sanitarios a modo de agradecimiento por su ardua labor.
El Gobierno de la República de Corea puso en marcha un proyecto de subvenciones para ampliar el número de camas destinadas a la atención médica de emergencia a los pacientes de COVID-19 y contratar a más enfermeros, radiólogos, médicos y otros profesionales clínicos, y auxiliares de enfermería. En el marco de una ambiciosa estrategia logística para diagnosticar a la población, la República de Corea implantó un programa de pruebas de detección de la COVID-19 sin necesidad de apearse del vehículo.
Aprovechamiento de las soluciones digitales y uso de los datos
Para la mayoría de países, la innovación digital y la digitalización constituyen estrategias clave para hacer frente a la pandemia. Los sistemas informáticos han sido fundamentales en muchos aspectos, tanto para la detección temprana como para la secuenciación del virus, el rastreo de contactos y la atención de salud en línea (telesalud). También se han elaborado iniciativas basadas en la inteligencia artificial para rastrear la propagación del virus y predecir dónde aparecerá a continuación.
Se han utilizado los datos móviles y los teléfonos inteligentes con fines de detección y control. La República de Corea desarrolló una infraestructura avanzada de gobierno electrónico y de información basada en datos inteligentes, lo que permitió rastrear los contactos y cartografiar el proceso epidemiológico de forma eficaz. Una de las herramientas digitales más innovadoras es la aplicación que permite a las personas en cuarentena informar sobre la evolución de su caso y controlar su cumplimiento de la cuarentena.
Indonesia aceleró su programa de digitalización y puso en marcha un proyecto piloto de telesalud para pacientes con enfermedades crónicas y médicos en centros de atención primaria y secundaria de salud. La telesalud puede ofrecer muchas ventajas; por ejemplo, reservar espacio en las unidades de atención de salud para los casos críticos y garantizar la seguridad de las personas con problemas graves de salud no relacionados con la pandemia.
En este contexto, la gobernanza y la privacidad de los datos tienen una importancia crucial. De conformidad con las normas sore la privacidad de los datos, el carácter de emergencia de la pandemia ha obligado a los países a eliminiar ciertos obstáculos técnicos y a adaptar ciertos marcos jurídicos para poder utilizar estos datos de manera eficaz.
Las leyes y los reglamentos promulgados por la República de Corea, basados en las lecciones aprendidas en 2015 a raíz del coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), han resultado ser premonitorios, ya que han permitido a las autoridades analizar y divulgar la información personal desde el inicio de la pandemia, gracias a la confianza del público en el Gobierno.
Vacunación
La vacunación es una de las estrategias que refuerza la capacidad de los sistemas de salud para responder a la pandemia de manera rápida y eficaz. Después de haber desarrollado y probado estas vacunas con la mayor rapidez posible, muchos países ya han iniciado la campaña de vacunación. El despliegue de los programas de vacunación se está realizando con un enfoque holístico para fomentar la transparencia en la comunicación y una respuesta rápida a la emergencia sanitaria.
En enero de 2021, Indonesia adquirió 426,8 millones de dosis de vacunas y tiene previsto distribuirlas a más de 20 000 centros de atención primaria de salud, con el propósito de vacunar a 17,4 millones de trabajadores del sector público y a 21,5 millones de personas de edad avanzada en el marco de la segunda fase de la campaña de vacunación. En la República de Corea, la vacunación comenzó en febrero de 2021 con el objetivo de completar la vacunación de la mitad de su población en el primer semestre del año.
Conclusiones
Ante una crisis sanitaria sin precedentes, todos los países han redoblado sus esfuerzos para mitigar la presión a la que están sometidos sus sistemas de salud. La crisis ha puesto de manifiesto la importancia de contar con sistemas de salud capaces de adaptarse a las circunstancias. Los países han mejorado el acceso a la atención de salud, lo que pone de relieve la importancia de garantizar una cobertura sanitaria universal de calidad. La capacidad del personal sanitario se ha potenciado de diversas maneras. Las soluciones digitales han facilitado el acceso a la telemedicina y a la vigilancia de la enfermedad en tiempo real. Sin duda, las herramientas digitales innovadoras ofrecen grandes posibilidades para mejorar la resiliencia de los sistemas de salud.
Aunque es demasiado pronto para extraer conclusiones, la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la necesidad de que los sistemas de salud sean más resilientes ante crisis tan graves como esta y allana el camino para realizar importantes reformas que mejoren la capacidad de respuesta ante crisis futuras.
Por último, para hacer frente de manera eficaz a los desafíos nacionales de salud pública, la comunidad internacional brinda apoyo a las instituciones de seguridad social que abordan estas cuestiones. El intercambio de información entre las instituciones miembros de la AISS continuará en los próximos webinarios de la Asociación, así como en artículos, con el fin de identificar las posibles soluciones y garantizar una protección de la salud adecuada, eficaz y asequible para todos.