Los sistemas de pensiones a nivel mundial se ven presionados, principalmente, por factores demográficos, económicos y financieros, los cuales pueden afectar su sostenibilidad a largo plazo y su capacidad para cubrir a toda la población, concluyó un informe “Sistemas de pensiones en perspectiva global”, elaborado por Mapfre Economics.
En conferencia de prensa virtual, Manuel Aguilera, director general de Mapfre Economics, alertó que el aumento en la esperanza de vida y las recientes crisis económicas atribuidas a distintos factores, como el caso de la pandemia del Covid-19, presionan a los sistemas a nivel global, por lo que se corre el riesgo de una desigualdad en el tema de aportaciones y prestaciones.
Incluso, esa desigualdad puede permanecer y afectar tanto a los gobiernos, empresas, aseguradoras y por último, a los futuros pensionados.
“Hay una gran cantidad de elementos que afectan una igualdad en el sistema de pensiones y hacen que en la inmensa mayoría de los casos haya una presión para que las prestaciones sean mayores a las aportaciones, y que éstas se vuelvan insuficientes para cubrir las pensiones de los trabajadores”, alertó.
En el tema de las prestaciones, el informe señala que, de acuerdo con el sistema de cada país puede ser una combinación entre prestaciones públicas, hechas por el gobierno; o privadas, hechas por empresas y/o aseguradoras; mientras que en el campo de las aportaciones compete a los trabajadores.
Riesgos de mercado
En cuanto a los riesgos financieros, el experto advirtió que la caída de la rentabilidad de las inversiones y los riesgos de mercado pueden afectar los momentos de aportaciones para el pago de las pensiones.
Mientras que los riesgos económicos, en circunstancias de recesión económica, el aumento del desempleo y la inflación, así como la reducción de los salarios, impactan de diferentes formas el volumen de recursos que se aportan para el propósito de las pensiones.
A decir de Aguilera, la presión demográfica es uno de los principales riesgos que determina la necesidad de modificar los sistemas de pensiones a largo plazo.
Entre los principales riesgos que señala el reporte, se encuentran cambios en el bono demográfico y una baja en la tasa de fertilidad, lo que implicaría que en el futuro existan menos personas trabajando y más personas cobrando pensiones.
Otro factor de presión demográfica es el aumento de la esperanza de vida, pues una mayor longevidad implica que los pensionados, desde el momento que se jubilan hasta el final de su esperanza de vida, cobren durante más tiempo y eso hace insuficiente el volumen de las aportaciones que se generan.
El directivo de Mapfre alertó que estos riesgos pueden afectar de diferente manera al conjunto del sistema de pensiones de cada país, ya que en algunos casos el impacto sería directamente hacia el presupuesto de cada gobierno, o bien, el efecto sería en las empresas de aquellos países en donde las pensiones provienen en buena parte de planes de pensiones privados, o bien organizados laboralmente.