Varias tendencias son prometedoras para la industria de los seguros de Vida en la próxima década. La demanda de los clientes está en su punto más alto. La pandemia ha vuelto a poner de relieve la necesidad de protección de la mortalidad.
“Creemos que la industria de los seguros de vida se enfrenta a una oportunidad doble y crucial: la oportunidad de satisfacer las crecientes necesidades de los clientes y al mismo tiempo volver a la rentabilidad y el crecimiento”, revela el último informe de McKinsey. Para lograr estos objetivos, según la consultora las compañías de seguros de vida ganadoras deben superar tres áreas en la próxima década:
Personalizar cada aspecto de la experiencia del cliente
Desarrollar soluciones de productos flexibles adecuadas para un entorno reglamentario y de tasas de interés difícil
Reinventar las habilidades y capacidades
Personalizar cada aspecto de la experiencia del cliente
La influencia de los líderes digitales en otras industrias también se observa en el sector de los seguros. Varias áreas ofrecen oportunidades de personalización que pueden fortalecer las relaciones con los clientes.
Y en este terremo según Mckinsey se dará un cambio hacia la gestión de la salud con objetivos específicos. “En el próximo decenio, los aseguradores desempeñarán un papel cada vez más destacado en la salud de sus clientes a medida que aumente la esperanza de vida y cambien las tendencias en materia de salud”, remarca este informe.
Para 2030, el número de personas de 60 años o más crecerá en más del 50%, pasando de 900 millones en 2015 a 1.400 millones. Además, las enfermedades no transmisibles -aquellas que están más estrechamente vinculadas al estilo de vida y al comportamiento, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer de pulmón- representarán el 71% de todas las muertes anuales a nivel mundial y representan una proporción cada vez mayor del riesgo de mortalidad. «Creemos que estos factores motivarán a los fabricantes de seguros de vida y rentas vitalicias a involucrar a los clientes en la economía de valor compartido de la vida sana para aumentar la longevidad de los asegurados», puntualizan los expertos.
La tecnología desempeñará un papel importante en esta transición. La proliferación de datos y dispositivos conectados seguirá facilitando que las compañías de seguros de vida desempeñen un papel activo en la configuración de la salud de los clientes, para beneficio de todos.
¿Qué se puede hacer con toda esta tecnología?
Con esta información, las compañías de seguros de vida pueden proporcionar recordatorios o notificaciones personalizadas y oportunas sobre la dieta, el control de enfermedades, las citas médicas, los recursos sanitarios locales y la actividad física. Los clientes están cada vez más dispuestos a compartir sus datos a cambio de personalización; hoy en día, seis de cada diez consumidores en todo el mundo se sienten cómodos compartiendo sus datos personales con su aseguradora a cambio de primas más bajas.
Esta tendencia se ha acelerado durante la pandemia, afirman. Las pruebas demuestran que una mayor proporción de consumidores están dispuestos a compartir los datos recogidos en sus relojes relacionados con la frecuencia cardíaca. En los últimos meses, las compañías de seguros de vida se han basado en preguntas más detalladas e informes médicos en lugar de exámenes físicos en persona por el distanciamiento físico.
Soluciones flexibles para un entorno reglamentario y de tipos de interés difícil
Los tipos de interés han estado deprimidos a nivel mundial durante un decenio, e incluso más tiempo en el caso de algunas economías, como Alemania y el Japón. La presión de los tipos de interés ha aumentado aún más debido a COVID-19, con pocos indicios de disminuir. Al mismo tiempo, los cambios en la reglamentación han limitado los métodos tradicionales de hacer negocios. Las aseguradoras de vida más exitosas redoblarán su atención en la innovación y la flexibilidad.
Adaptar nuevas soluciones para las diferentes etapas de la vida. En la próxima década, la industria verá la aparición de nuevos tipos de cobertura, así como una mayor flexibilidad en la cobertura y el pago de los productos. Los hogares están endeudados y a pesar de un decenio de crecimiento económico mundial, casi el 50% de los consumidores están algo o muy preocupados por la pérdida de puestos de trabajo o para un miembro de su hogar. «Es probable que los nuevos productos que ayuden a disipar esas preocupaciones, así como a aumentar la cobertura y la flexibilidad de las primas, sean cada vez más populares entre los consumidores», remarca el informe.
Los servicios de valor añadido y beneficios no monetarios: En la próxima década, es probable que la innovación de productos se extienda a los servicios adyacentes. Las compañías de seguros de vida, que compiten no sólo con sus pares sino también con alternativas del sector, como los administradores de patrimonio y activos puros, tratarán cada vez más de diferenciarse mediante servicios de valor añadido y beneficios no monetarios, en particular a medida que la cobertura de vida y la de salud sigan convergiendo.
Reinventar las habilidades y capacidades
Poe último, desde la consultora se detalla que el camino hacia el crecimiento en la próxima década requerirá nuevos talentos y estrategias más audaces. Las aseguradoras de vida deben responder capturando más valor de los activos existentes y persiguiendo fusiones y adquisiciones específicas.
«Una fuerza de trabajo radicalmente diferente, apuntalada por las habilidades del futuro», añaden los expertos. Para 2030, el 44% de las actividades laborales de los seguros tienen el potencial de ser automatizadas. Los roles que se centran en el trabajo repetitivo y los procesos manuales dejarán de existir en su forma actual, mientras que la tecnología y los trabajadores con conocimientos digitales aumentarán su valor.
Las aptitudes emocionales, interpersonales y sociales también se volverán más críticas, especialmente para los agentes de cara al cliente que pueden ayudar a los consumidores a abordar sus cambiantes necesidades financieras y de cobertura. Sin embargo, estos cambios en la fuerza laboral no eliminarán puestos de trabajo -nuestras investigaciones indican que se crearán nuevos puestos de trabajo netos debido a los avances en la automatización- sino que cambiarán la naturaleza del trabajo. La pandemia de COVID-19 no ha hecho más que acelerar esas tendencias, concluyen.