Por: Lic. Félix Santana García
felix.felixsantana.santanagar@gmail.com
Economista, Profesor Universitario
Para «El Mundo de la Politica», «Dominicana Exterior», y
demas Multimedios de The Ballester Media Group, Inc.
Ha vuelto al tapete de forma recurrente el tópico relativo a la administración eficiente del aparato del Estado.
Dicho tema ha tomado ahora mayor fuerza a raíz de que el señor Luis Abinader Corona se convirtiera el pasado 5 de julio en el presidente electo de todos los dominicanos.
Tema que acuñó el presidente electo desde que inició sus aspiraciones a la presidencia de la República en el año 2015.
Momentos en los que se le escuchaba hablar de poner en práctica la reorganización de las instituciones del Estado a los fines de hacerlas más eficientes a favor del interés colectivo.
En ese sentido se refería a practicar una reingeniería del Estado o conducir al país por el camino del cambio.
De manera que sus sueños en tal sentido han comenzado a cumplirse cuando ya electo como presidente se refiere a fusionar, transformar, sustituir y hasta suprimir instituciones que ejecutan doble funciones o de poco valor agregado al Estado Dominicano.
De igual manera entidades estatales ineficientes e innecesarias que provocan despilfarro de recursos del erario privando que se haga uso eficiente y racional del gasto público.
El Licenciado Abinader durante toda su campaña siempre se refirió al tema de convertir las instituciones públicas en más eficientes a los fines de lograr una mejora de la gestión pública en sentido general.
Mejora que implica crear las capacidades para maximizar la calidad y la eficacia en la entrega de los servicios públicos que demandan los habitantes de la nación dominicana y rendir cuentas claras a la ciudadanía sobre la administración de los recursos.
El ser humano muchas veces es reacio a ciertos cambios cuando estos representen alguna amenaza a sus intereses particulares ya que este es dado a mantenerse en su zona de confort en perjuicio de los intereses de la mayoría.
A los fines de romper con los viejos paradigmas, patrones o modelos es necesario reinventar o adoptar nuevos principios descartando aquellos sentados hace más de 60 años.
Crea resistencia transformar lo que se ha hecho de una sola manera por muchos años pero es necesario adoptar nuevas formas de hacer las cosas ya que los tiempos cambian, la ciencia, la tecnología y con ellos los hombres a fin de competir en un mundo nuevo.
Para ello se deben abandonar viejas ideas y prácticas acerca de cómo se debe planificar, organizar, coordinar, dirigir, ejecutar y controlar las instituciones del sector público.
Las entidades del Estado ha diseñarse para funcionar en el mundo de hoy deben ser diferentes a las que aun operan las cuales se gestionan bajos viejos esquemas y tecnología que ya no tienen vigencias.
En la era o etapa denominada cuarta revolución industrial, en la que impera la inteligencia artificial o robótica se requiere de instituciones acordes con nuevos paradigmas con el propósito de hacerlas más competitivas, eficientes y efectivas que favorezcan el bien común.
Las instituciones estatales se pueden reinventar a sí mismas mediante técnicas denominadas reingeniería de procesos.
El hablar de reingeniería no es solo cerrar una institución o fusionar una con otra, sino volver a empezar, arrancar desde cero para hacerla más efectiva, productiva y competitiva.
Es abandonar lo que por muchos años se venía realizando y pensar ahora en cómo hacerlo mejor.
Lo importante de la reingeniería es cómo se quiere organizar hoy el trabajo, dadas las exigencias de los tiempos actuales y el potencial de las tecnologías del momento.
Reingeniería supone identificar y abandonar reglas anticuadas, sustentadas en tecnologías, personal, misión, visión, objetivos y metas organizacionales que ya no están en vigor.
Si el gobierno nacional y los gobiernos locales no cambian las viejas normas cualesquiera reorganizaciones superficiales que se hagan no serán más eficaces pues solo se tratará de maquillar el rostro de ellas sin ir al meollo de la deficiencia o sin rediseñar activamente todas sus operaciones o partes de ellas.
En muchos casos es menester cambiarlo todo o nada e inclusive es preciso aplicar una cirugía radical de los procesos de cómo se ejecuta el trabajo.
La idea es hacer las tareas con menos esfuerzos, costos y tiempo, aunque con mayor eficacia.
La próxima administración Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), desde ya dan señales puntuales de cómo alcanzar la eficacia de la gestión gubernamental creando una cultura organizacional innovadora conforme a los principios que enarbola el proceso de reingeniería moderna.
Esto así, a fin de lograr una gestión gubernamental inmaculada y efectiva de los recursos del erario a fin de mejorar los servicios públicos en beneficio de todos los dominicanos fundamentalmente de los más vulnerables.