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Distribución regional de la pobreza causada por la COVID-19
Escrito el 29 jun 2020
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En abril calculamos que la COVID-19 había sumido a entre 40 millones y 60 millones de personas en la pobreza extrema (i). Desde entonces, el epicentro de la epidemia se ha desplazado desde Europa y América del Norte al hemisferio sur. Esto ha aumentado el número de muertos en los países de ingreso bajo y mediano, ha provocado cierres más largos y ha incrementado los costos económicos de la pandemia. Como resultado, nuestras estimaciones del impacto del virus en la pobreza mundial han cambiado también.
Con los nuevos pronósticos de crecimiento de junio incluidos en las Perspectivas económicas mundiales, podemos actualizar los cálculos del impacto de la pandemia en la pobreza mundial (i). Las nuevas previsiones del crecimiento contienen dos hipótesis —de referencia y de tendencia a la baja— permitiéndonos explorar dos situaciones diferentes respecto de cómo la pandemia podría impactar la pobreza. En el escenario de referencia se asume que los brotes siguen en los niveles esperados en la actualidad y que la actividad se recupera durante este año, mientras que en el escenario de tendencia a la baja se supone que los brotes persisten más de lo previsto, obligando a mantener o reintroducir medidas de confinamiento. Si el escenario de tendencia a la baja se concretase, las empresas vulnerables desaparecerían de los mercados, los hogares vulnerables reducirían considerablemente el consumo, y los países de ingreso bajo y mediano experimentarían un mayor estrés financiero. En el escenario de referencia, el crecimiento mundial se contrae en alrededor de un 5 % en 2020, mientras que en el escenario de tendencia a la baja se observa una contracción del crecimiento de un 8 % en 2020.
Utilizando el mismo método que en nuestra última entrada de blog (i), estimamos el impacto de la COVID-19 en la pobreza comparando las proyecciones de pobreza que se usan en los nuevos pronósticos del PIB con la proyecciones de pobreza en que se usa el pronóstico del PIB antes de que despegase la COVID-19, en este caso las previsiones de las Perspectivas económicas mundiales de enero (i). Bajo el escenario de referencia, calculamos que la COVID-19 sumirá a 71 millones de personas en la pobreza extrema, que se mide según la línea internacional de pobreza de USD 1,90 al día. En el escenario de tendencia a la baja, esta cifra aumenta a 100 millones.
Las proyecciones de lo que sucederá en 2021 y posteriormente vienen acompañadas de aún más incertidumbre. Según los pronósticos de las Perspectivas económicas mundiales, el producto económico mundial aumentará en alrededor de un 4 % en 2021 , aunque nuestras previsiones de pobreza indican que el número de personas en situación de pobreza extrema se mantendrá en general sin variaciones entre 2020 y 2021. ¿Cómo será eso posible? Esto tiene mucho que ver con las tasas de crecimiento de los países con la mayor cantidad de pobres. Se estima que Nigeria, India y la República Democrática del Congo —tres países donde proyectamos vive más de un tercio de los pobres del mundo— registrarán tasas de crecimiento per cápita en PIB real de -0,8 %, 2,1 % y 0,3 %, respectivamente. Sus tasas de crecimiento demográfico de 2,6 %, 1,0 % y 3,1 % no bastan para descensos sostenibles en el recuento de la pobreza.
En la última entrada de blog, sugerimos que África al sur del Sahara puede que sea la más afectada. Las nuevas previsiones de las Perspectivas económicas mundiales indican en particular un panorama desolador para India, donde vive la mayoría de los pobres del mundo. Como consecuencia, aunque la situación se mantiene en general sin cambios en África al sur del Sahara en comparación con nuestra última actualización, Asia meridional quizá registre el mayor aumento en la cantidad de pobres debido a la COVID-19. Cabe consignar una importante salvedad con respecto a esta conclusión: los últimos cálculos de la pobreza que tenemos de India datan de 2011-12. Esto hace muy difícil obtener un cuadro preciso de la pobreza en ese país antes del despegue de la pandemia, mucho menos de la situación hoy en día.
En las líneas de pobreza más altas, la distribución regional de la cantidad de pobres agregados cambia marcadamente. Bajo el escenario de referencia, de los 176 millones de personas que se espera caerán en la pobreza si se considera la línea de pobreza de USD 3,20 al día, dos tercios se encuentran en Asia meridional. De los 177 millones que se proyecta que caerán en la pobreza si se considera la línea de pobreza de USD 5,50 al día, muchos de los nuevos pobres se encuentran en Asia oriental y el Pacífico, y unos pocos en África al sur del Sahara, simplemente porque menos personas viven ahí bajo ese umbral de pobreza.
Hay que tener en cuenta que el número de nuevos pobres en el umbral de USD 1,90 no corresponde a un subconjunto de los nuevos pobres en líneas de pobreza más altas. Si alguien en África al sur del Sahara ve disminuir su ingreso diario de USD 2,00 a USD 1,50 como resultado de la COVID-19, se añadirá una persona pobre a la línea de USD 1,90 pero no a la línea de USD 3,20, donde fueron contados como pobres tanto antes como después de la pandemia.
Tal como dijimos la última vez, y como dejan claro estas estimaciones revisadas, los pronósticos de la pobreza conllevan mucha incertidumbre, y es probable que se sigan desarrollando a medida que hay más información disponible y la pandemia continúa. En un documento de trabajo se pueden encontrar más análisis de cómo los números cambian con la evolución de las tasas de crecimiento, la desigualdad y los supuestos acerca de cómo el crecimiento económico se traduce en reducción de la pobreza. En esa publicación, también estudiamos qué significa todo esto para la posibilidad de lograr la primera meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 1: poner fin a la pobreza para 2030.
1 Medimos el impacto de la COVID-19 en la pobreza como la diferencia en millones de pobres en 2020 con las dos mejores tasas de crecimiento menos la diferencia en millones de pobres en 2019 con las dos mejores tasas de crecimiento. La segunda cifra asegura que los cambios en la pobreza debido a las revisiones de las tasas de crecimiento de 2019, que no se deben a la COVID-19, no afecten los resultados. Aquí, esto se convierte en (684-595)-(632-614) = 71 millones.
Con los nuevos pronósticos de crecimiento de junio incluidos en las Perspectivas económicas mundiales, podemos actualizar los cálculos del impacto de la pandemia en la pobreza mundial (i). Las nuevas previsiones del crecimiento contienen dos hipótesis —de referencia y de tendencia a la baja— permitiéndonos explorar dos situaciones diferentes respecto de cómo la pandemia podría impactar la pobreza. En el escenario de referencia se asume que los brotes siguen en los niveles esperados en la actualidad y que la actividad se recupera durante este año, mientras que en el escenario de tendencia a la baja se supone que los brotes persisten más de lo previsto, obligando a mantener o reintroducir medidas de confinamiento. Si el escenario de tendencia a la baja se concretase, las empresas vulnerables desaparecerían de los mercados, los hogares vulnerables reducirían considerablemente el consumo, y los países de ingreso bajo y mediano experimentarían un mayor estrés financiero. En el escenario de referencia, el crecimiento mundial se contrae en alrededor de un 5 % en 2020, mientras que en el escenario de tendencia a la baja se observa una contracción del crecimiento de un 8 % en 2020.
Utilizando el mismo método que en nuestra última entrada de blog (i), estimamos el impacto de la COVID-19 en la pobreza comparando las proyecciones de pobreza que se usan en los nuevos pronósticos del PIB con la proyecciones de pobreza en que se usa el pronóstico del PIB antes de que despegase la COVID-19, en este caso las previsiones de las Perspectivas económicas mundiales de enero (i). Bajo el escenario de referencia, calculamos que la COVID-19 sumirá a 71 millones de personas en la pobreza extrema, que se mide según la línea internacional de pobreza de USD 1,90 al día. En el escenario de tendencia a la baja, esta cifra aumenta a 100 millones.
Las proyecciones de lo que sucederá en 2021 y posteriormente vienen acompañadas de aún más incertidumbre. Según los pronósticos de las Perspectivas económicas mundiales, el producto económico mundial aumentará en alrededor de un 4 % en 2021 , aunque nuestras previsiones de pobreza indican que el número de personas en situación de pobreza extrema se mantendrá en general sin variaciones entre 2020 y 2021. ¿Cómo será eso posible? Esto tiene mucho que ver con las tasas de crecimiento de los países con la mayor cantidad de pobres. Se estima que Nigeria, India y la República Democrática del Congo —tres países donde proyectamos vive más de un tercio de los pobres del mundo— registrarán tasas de crecimiento per cápita en PIB real de -0,8 %, 2,1 % y 0,3 %, respectivamente. Sus tasas de crecimiento demográfico de 2,6 %, 1,0 % y 3,1 % no bastan para descensos sostenibles en el recuento de la pobreza.
En la última entrada de blog, sugerimos que África al sur del Sahara puede que sea la más afectada. Las nuevas previsiones de las Perspectivas económicas mundiales indican en particular un panorama desolador para India, donde vive la mayoría de los pobres del mundo. Como consecuencia, aunque la situación se mantiene en general sin cambios en África al sur del Sahara en comparación con nuestra última actualización, Asia meridional quizá registre el mayor aumento en la cantidad de pobres debido a la COVID-19. Cabe consignar una importante salvedad con respecto a esta conclusión: los últimos cálculos de la pobreza que tenemos de India datan de 2011-12. Esto hace muy difícil obtener un cuadro preciso de la pobreza en ese país antes del despegue de la pandemia, mucho menos de la situación hoy en día.
En las líneas de pobreza más altas, la distribución regional de la cantidad de pobres agregados cambia marcadamente. Bajo el escenario de referencia, de los 176 millones de personas que se espera caerán en la pobreza si se considera la línea de pobreza de USD 3,20 al día, dos tercios se encuentran en Asia meridional. De los 177 millones que se proyecta que caerán en la pobreza si se considera la línea de pobreza de USD 5,50 al día, muchos de los nuevos pobres se encuentran en Asia oriental y el Pacífico, y unos pocos en África al sur del Sahara, simplemente porque menos personas viven ahí bajo ese umbral de pobreza.
Hay que tener en cuenta que el número de nuevos pobres en el umbral de USD 1,90 no corresponde a un subconjunto de los nuevos pobres en líneas de pobreza más altas. Si alguien en África al sur del Sahara ve disminuir su ingreso diario de USD 2,00 a USD 1,50 como resultado de la COVID-19, se añadirá una persona pobre a la línea de USD 1,90 pero no a la línea de USD 3,20, donde fueron contados como pobres tanto antes como después de la pandemia.
Tal como dijimos la última vez, y como dejan claro estas estimaciones revisadas, los pronósticos de la pobreza conllevan mucha incertidumbre, y es probable que se sigan desarrollando a medida que hay más información disponible y la pandemia continúa. En un documento de trabajo se pueden encontrar más análisis de cómo los números cambian con la evolución de las tasas de crecimiento, la desigualdad y los supuestos acerca de cómo el crecimiento económico se traduce en reducción de la pobreza. En esa publicación, también estudiamos qué significa todo esto para la posibilidad de lograr la primera meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 1: poner fin a la pobreza para 2030.
1 Medimos el impacto de la COVID-19 en la pobreza como la diferencia en millones de pobres en 2020 con las dos mejores tasas de crecimiento menos la diferencia en millones de pobres en 2019 con las dos mejores tasas de crecimiento. La segunda cifra asegura que los cambios en la pobreza debido a las revisiones de las tasas de crecimiento de 2019, que no se deben a la COVID-19, no afecten los resultados. Aquí, esto se convierte en (684-595)-(632-614) = 71 millones.