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Cómo las startups deben afrontar la ciberseguridad en los espacios de coworking
Escrito el 11 feb 2020
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Cuando un grupo de emprendedores se plantea poner en marcha una empresa ha de tener muy en cuenta los primeros gastos e inversiones, de manera que suele ser habitual comenzar la andadura en los espacios de coworking, dado que el coste es menor que si se opta por alquilar o comprar una oficina.
Aminorar los gastos -que se reparten entre las empresas que lo forman- no es la única ventaja de este tipo de entornos laborales, ya que además facilitan la cooperación con otros profesionales con quienes pueden existir sinergias de negocio, fomentan la aparición de nuevas oportunidades y ofrecen una mayor flexibilidad de horarios.
La seguridad en los coworking
Los coworking se encargan de la seguridad física y también de la ciberseguridad que haga posible el trabajo en un espacio protegido. No obstante, mientras que en la primera las medidas son mucho más claras, en la segunda existen riesgos que dependen exclusivamente de los usuarios y ante los que tienen que estar concienciados.
Como hemos apuntado, los coworking saben perfectamente que la viabilidad de muchas de las empresas que los “habitan” depende de estar totalmente protegidas frente al ataque de ciberdelincuentes. Por ello han invertido en mejorar dichas medidas de ciberseguridad mediante una mayor securización de las redes wifi que se emplean en su interior, la instalación de firewalls más robustos así como la posibilidad de crear redes privadas virtuales que hagan posible la comunicación segura cuando se trabaja en remoto.
Qué deben hacer las startups
A pesar de estas mejoras, de todos es sabido que hay hackers capaces de saltarse cualquier barrera, de manera que los miembros de las empresas que comparten el coworking también tienen que poner de su parte. Así pues, cualquier startup habrá de tomar medidas para mantener a salvo sus activos y que en caso de que haya una brecha de seguridad en el espacio de cotrabajo, esta no afecte a sus equipos.
Antimalware en cada ordenador portátil y en los teléfonos de la empresa. Esta medida es esencial para detener los ataques que puedan sufrir los equipos. Contar con el software pertinente para detener código malicioso es fundamental en cualquier empresa, pero en el caso de las startups aún más porque se están jugando su futuro. Y aunque en el coworking cuenten con varios cortafuegos para detener malware, las vías de acceso son muy variadas.
Instalación de actualizaciones. Esta es otra de las acciones clásicas para salvaguardar la salud de un ordenador. Hay que tener en cuenta que las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad que refuerzan la protección de un sistema operativo o una aplicación.
Uso de contraseñas robustas. Al igual que la anterior, esta medida es clave para cualquier usuario, pero si se tiene en cuenta que en un coworking se comparte espacio y wifi con otras empresas (incluso alguna puede ser competencia), lo resulta mucho más.
Instalación de programas que evitan las miradas curiosas. Precisamente para evitar “espías” hay programas que oscurecen la pantalla cuando se mira desde un ángulo diferente al del usuario.
Precaución ante la ingeniería social. Finalmente, los miembros de una startup deben tener precauciones con los ataques de ingeniería social, especialmente porque pueden llegar desde otros usuarios de la red sin que estos se lleguen a percatar. Sufrir un ataque de ransomware o spyware puede acabar de inmediato con la viabilidad de un proyecto. Si. por ejemplo, algún ciberdelincuente “rapta” un equipo donde hay información esencial y pide una cantidad desorbitada para liberarlo, el futuro de la startup se volverá muy oscuro.
Aminorar los gastos -que se reparten entre las empresas que lo forman- no es la única ventaja de este tipo de entornos laborales, ya que además facilitan la cooperación con otros profesionales con quienes pueden existir sinergias de negocio, fomentan la aparición de nuevas oportunidades y ofrecen una mayor flexibilidad de horarios.
La seguridad en los coworking
Los coworking se encargan de la seguridad física y también de la ciberseguridad que haga posible el trabajo en un espacio protegido. No obstante, mientras que en la primera las medidas son mucho más claras, en la segunda existen riesgos que dependen exclusivamente de los usuarios y ante los que tienen que estar concienciados.
Como hemos apuntado, los coworking saben perfectamente que la viabilidad de muchas de las empresas que los “habitan” depende de estar totalmente protegidas frente al ataque de ciberdelincuentes. Por ello han invertido en mejorar dichas medidas de ciberseguridad mediante una mayor securización de las redes wifi que se emplean en su interior, la instalación de firewalls más robustos así como la posibilidad de crear redes privadas virtuales que hagan posible la comunicación segura cuando se trabaja en remoto.
Qué deben hacer las startups
A pesar de estas mejoras, de todos es sabido que hay hackers capaces de saltarse cualquier barrera, de manera que los miembros de las empresas que comparten el coworking también tienen que poner de su parte. Así pues, cualquier startup habrá de tomar medidas para mantener a salvo sus activos y que en caso de que haya una brecha de seguridad en el espacio de cotrabajo, esta no afecte a sus equipos.
Antimalware en cada ordenador portátil y en los teléfonos de la empresa. Esta medida es esencial para detener los ataques que puedan sufrir los equipos. Contar con el software pertinente para detener código malicioso es fundamental en cualquier empresa, pero en el caso de las startups aún más porque se están jugando su futuro. Y aunque en el coworking cuenten con varios cortafuegos para detener malware, las vías de acceso son muy variadas.
Instalación de actualizaciones. Esta es otra de las acciones clásicas para salvaguardar la salud de un ordenador. Hay que tener en cuenta que las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad que refuerzan la protección de un sistema operativo o una aplicación.
Uso de contraseñas robustas. Al igual que la anterior, esta medida es clave para cualquier usuario, pero si se tiene en cuenta que en un coworking se comparte espacio y wifi con otras empresas (incluso alguna puede ser competencia), lo resulta mucho más.
Instalación de programas que evitan las miradas curiosas. Precisamente para evitar “espías” hay programas que oscurecen la pantalla cuando se mira desde un ángulo diferente al del usuario.
Precaución ante la ingeniería social. Finalmente, los miembros de una startup deben tener precauciones con los ataques de ingeniería social, especialmente porque pueden llegar desde otros usuarios de la red sin que estos se lleguen a percatar. Sufrir un ataque de ransomware o spyware puede acabar de inmediato con la viabilidad de un proyecto. Si. por ejemplo, algún ciberdelincuente “rapta” un equipo donde hay información esencial y pide una cantidad desorbitada para liberarlo, el futuro de la startup se volverá muy oscuro.