Con los cambios en la movilidad, surgen nuevas necesidades aseguradoras antes no existentes, desde la tecnología de los propios vehículos, hasta la infraestructura necesaria para los mismos (electrolineras, red 5G, cámaras, sensores, sistemas de alumbrado o semáforos en las smart cities), pasando, por ejemplo, por la forma de movernos asociada a los modelos de servicios, de pago por uso, de movilidad sostenible y responsable no contaminante.
A las aseguradoras del ramo de Autos se les plantean diferentes incógnitas, de tecnología y legislación, hasta ver cómo los modelos de negocio se asientan en las diferentes partes del mundo.
Es inevitable ir dando pasos y para eso hay diferentes estrategias:
Fijar estrategias de movilidad
Trabajar de la mano de los supervisores en una nueva legislación que les permita adaptarse y no solo cumplir lo que les pueda venir
Alinear tecnología y negocio; no hacerlo ha desaparecido de la faz de la tierra para siempre
Encontrar aliados de valor, que permitan recorrer el camino juntos de forma variada (startups y corporates)
Y no menos importante, pensar que los procesos cambiarán al 200% inexorablemente; esto no tiene marcha atrás y los procesos deberán estar marcados por la experiencia de cliente, y no al revés.
«Pensemos en el coste de la movilidad: es el 9% del gasto de las familias. ¿Tiene sentido entonces trabajar en disminuir ese coste? ¿Y en asegurar que ese coste no se incremente? Ahí estaríamos atacando dos puntos importantes como aseguradoras si somos capaces de interactuar con el cliente dando una buena experiencia al mismo o mejorando la actual», afirma el experto, Ángel Casarrubios.
El seguro, por tanto, deberá asegurar la experiencia, la facilidad de movimiento y la facilidad de uso.