Buenas noticias. Si hablamos de accidentes mortales, el sector de la aeronáutica mundial ha registrado en los últimos años algunos de sus mejores ejercicios. Sin embargo, esta mejoría en la gestión de riesgo a largo plazo está amenazada por un número creciente de riesgos e indemnizaciones, según ALLIANZ Global Corporate & Specialty (AGCS) que ha analizado la situación del sector junto a la Universidad Embry-Riddle.
¿Cuáles son los principales riesgos en aviación? Costosas reparaciones e indemnizaciones por problemas en los motores, daños causados por objetos extraños (como impactos con aves o drones), incidentes de colisión en tierra, resbalones y caídas de viajeros, inmovilización de flotas en tierra, incidentes por mal repostaje y demandas por responsabilidad civil son algunas de las áreas en las que las aseguradoras están observando una mayor actividad por siniestros, tal como señala el informe ‘Riesgo en aviación 2020’.
El informe, que analiza más de 50.000 indemnizaciones pagadas por el seguro por un valor superior a los 14.800 millones de euros entre 2013 y 2018, revela que los incidentes por colisión o accidente representan actualmente más de la mitad de las indemnizaciones (57%), lo que equivale a 8.400 millones, y más de una cuarta parte del número total de siniestros (27%).
Asimismo, este estudio detalla el mayor coste derivado de los casos de inmovilización en tierra -como en el caso del Boeing 737 Max, que sigue inmovilizado en tierra después de que se produjeran dos accidentes mortales en un plazo de cinco meses entre 2018 y 2019-, de las interrupciones de actividad por ciberataques e incidentes con drones, así como una mayor incidencia de las turbulencias causadas por el cambio climático.
Tendencias que impactarán en el futuro
En cuanto a las tendencias que tendrán impacto sobre la siniestralidad en un futuro, “en general, aumenta la frecuencia e importancia de las intervenciones de las aseguradoras debido al mayor valor de las aeronaves, los mayores costes de reparación y los mayores casos por responsabilidad civil concedidas a las víctimas”, sostiene Dave Warfel, director regional de Aviación para América del Norte en AGCS.
Por otra parte, se prevé que, en los próximos 20 años, la demanda de nuevos pilotos sea de unos 800.000 –el doble de los actuales–, lo que plantea desafíos en materia de contratación y formación, en especial para las escuelas de vuelo. Y, mientras tanto, sigue habiendo dudas acerca de la excesiva dependencia de los sistemas automatizados de vuelo. Varios accidentes recientes han puesto de manifiesto la necesidad de que los pilotos estén mejor preparados para poder tomar medidas correctoras en caso de fallo técnico.
También se prevé que, en el futuro, aumenten las incidencias por turbulencias debido al cambio climático, por lo que se espera un mayor aumento de éstas en los corredores aéreos del Atlántico norte. Además, el creciente número de drones en vuelo y los riesgos cibernéticos, como los ataques informáticos, las interrupciones de sistemas y las violaciones de seguridad de datos personales pueden afectar en el futuro a la siniestralidad aeronáutica.