Los desastres relacionados con amenazas naturales generan daños en toda América Latina y el Caribe y el sector agrícola absorbe el 23% de los impactos económicos, por lo que Centroamérica se ha comprometido a fortalecer sus acciones.
Así se desprendió de un evento realizado por la FAO este jueves en Guatemala en el que participaron representantes y técnicos de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) con el objetivo de mejorar la medición de daños y pérdidas económicas en este sector.
Centroamérica es una de las regiones más vulnerables del mundo a los efectos del clima y sufre las inclemencias de El Niño de forma recurrente, afectando en mayor medida a las familias que dependen del sector agropecuario para su subsistencia.
Especialmente vulnerable es el Corredor Seco Centroamericano, donde el pasado año una canícula prolongada dañó hasta el 70 por ciento de la siembra de primera, afectando a 2.2 millones de personas, mientras que este año se han reportado pérdidas de cosecha de hasta el 50% en áreas de Guatemala y Honduras.
Sin embargo, los impactos económicos en el sector agropecuario a causa de las amenazas naturales rara vez se cuantifican o analizan en profundidad, especialmente a nivel territorial y local y por ello la FAO organizó este evento.
“La recurrencia de desastres en nuestra región socavan los esfuerzos para la erradicación de la pobreza y el hambre, y comprometen el alcance de los ODS”, afirmó Adoniram Sanches, coordinador de la FAO para Mesoamérica.
En este sentido, destacó que es “indispensable” tener “mecanismos que permitan cuantificar de forma más precisa las pérdidas económicas en el sector y sus efectos en la seguridad alimentaria y nutricional de las familias más vulnerables para adoptar soluciones más eficientes”.
La FAO desarrolló una metodología para el cálculo de daños y pérdidas en el sector agrícola, la cual se articula con los marcos, herramientas y métodos existentes para la evaluación del impacto de desastres.
Esta metodología también permite crear estructuras para la recopilación regular de datos sobre daños y pérdidas, planificar medidas de gestión y de reducción del riesgo de desastres y apoyar las intervenciones de preparación y recuperación ante desastres.
Durante este encuentro, que contó con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, los participantes conocieron esta herramienta para una mejor comprensión de los impactos en el sector agrícola y sus implicaciones en el desarrollo de sus países.
Según el Índice Germanwatch de Riesgo Climático a Largo plazo, dos países centroamericanos -Honduras y Nicaragua- se encuentran entre los 10 más afectados por amenazas naturales a nivel mundial.