Se conoce como hepatitis a la inflamación del hígado, cuya causa más común es alguna infección viral, pero también puede ser provocada por otras infecciones o por sustancias tóxicas (alcohol o determinadas drogas).
Entre las causas virales las más comunes son los virus A, B, C de la hepatitis, los cuales existen en República Dominicana, pero también está el virus D o Delta y el E, entre otros.
Estos últimos son clasificados como: hepatotropos, debido a que tienen predilección por el hepatocito (célula principal por la cual está conformado el hígado).
Fabiolina Sánchez, gastroenteróloga de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), dice que las hepatitis virales son un conjunto de infecciones que pertenecen a las más frecuentes y cuya forma de adquisición en la mayoría de los casos puede evitarse.
Cita como ejemplos, los virus A y E, que suelen adquirirse por ingesta de alimentos o agua contaminada y suelen causar “brotes” epidémicos que pueden afectar toda la población, incluyendo niños y ancianos, siendo estos la parte más vulnerable y cuyos casos son los más complejos.
Sánchez explica que en el caso de los demás: B, C, D suelen adquirirse al estar en contacto vía sanguínea con fluidos contaminados (de personas infectadas). Otras formas de contagio son la vertical (madre a hijo a la hora del parto) y el contacto sexual.
La gastroenteróloga especifica que la forma de presentarse es muy peculiar en cada caso y tipo de la enfermedad.
Existen algunos cuya presentación aguda es la elevación de transaminasas (enzimas del hígado) y “ponerse amarillo” (ictericia) que junto, uno que otro criterio, sería una de las formas típicas de la hepatitis aguda.
En el caso de que cronifiquen, casi siempre el diagnóstico es incidental, de ahí la importancia de hacerse chequeos periódicos y ante un patrón anormal de analíticas, acudir al médico.
Sánchez señala que si padece de alguna infección por uno de estos virus, debe buscar ayuda, debido a que existe un porcentaje de personas que cronifican en la infección, esto es que el virus permanece lastimando el hígado lentamente y puede llevar a cirrosis o cáncer.
Aquí hay tratamientos
“Cualquiera que cronifique tiene solución y en el país contamos con los tratamientos para estas. Su médico debe tomar en cuenta que la infección curó o si la cantidad de virus no se detecta en sangre, luego de iniciar el tratamiento, debe seguir visitando su gastroenterólogo pues el daño residual, en la mayoría de los casos, no es reversible y las guías de manejo recomiendan chequeo con analíticas y examen de imagen cada seis meses”, sostiene Sánchez.
Destaca que es de vital importancia hablar sobre esta enfermedad, debido a que tanto la Organización Panamericana de Salud (OPS) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han puesto un gran empeño en educar las poblaciones sobre este tema, ya que existe un gran desconocimiento respecto a la enfermedad.
Los síntomas
La doctora detalla que al principio, la enfermedad no suele presentar sintomatología, debido a que la misma tiene un periodo de incubación largo.
Dice que en el caso del virus A, el periodo es de 15 a 30 días y el del B y C puede llegar hasta a tres meses.
En términos generales, la especialista dice que los síntomas más frecuentes son: fiebre, malestar general, aspecto amarillento de la piel (ictericia), cansancio, dolor de cabeza, falta de concentración, náuseas, falta de apetito, molestias en la zona del hígado y dolor abdominal.
Sin embargo, la especialista también advierte que dependiendo el estadio de la enfermedad producirá síntomas o no. Por ejemplo, explica que en el caso de la hepatitis aguda, no necesariamente aparecen síntomas, de ahí la importancia de acudir a un especialista para despejar dudas.
“Si tiene pruebas que justifiquen hepatitis, debe dirigirse a su médico, este realizará varias pruebas que detecten los distintos tipos de virus, así como otras pruebas inherentes al hígado y su función, a partir de ahí le pueden decir o sugerir a que se debe la inflamación.
Si es alguno de los virus mencionados, la conducta casi siempre será: vigilar las analíticas, buena hidratación, evitar sobre medicación, esto es siempre y cuando la hepatitis viral sea aguda y el hígado no presente ningún dato de insuficiencia”, manifestó la doctora Sánchez.
Cómo evitar enfermedades
La especialista informa que es muy importante para evitar enfermarse o contraer virus tener récord de vacunas con sus refuerzos.
Si no tiene los refuerzos o si desconoce su condición de vacunas en cuanto a virus B, se recomienda que acuda a un gastroenterólogo o hepatólogo para que este determine si lleva o no la vacuna.
Explica que si tiene familiares o personas cercanas con alguna condición hepática, debe acudir a una consulta de orientación con un médico. Se recomienda también no alarmarse ante la realización de alguna prueba si esta saliera positiva.