La rehabilitación cardiaca es un conjunto de actividades diseñadas para asegurar a los enfermos del corazón una condición física, mental y social que les permita ocupar un lugar en la sociedad tan normal como les sea posible.
Maribel Medina, coordinadora de Medicina Física y Rehabilitación de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), dice que estilos de vida no saludables como una mala alimentación alta en grasa y azúcares, falta de ejercicios, consumo de alcohol y cigarrillos, han dado lugar a la hipertensión arterial, diabetes y obesidad, convirtiendo a esa población en el blanco de enfermedades isquémicas coronarias, tales como el infarto del miocardio, angina de pecho y enfermedades cerebrovasculares de origen isquémico tromboembólico, es por eso que las patologías cardiovasculares siguen siendo la causa número uno de muerte en el mundo.
Multidisciplinario
Los programas de rehabilitación cardiaca son recomendados por todas las sociedades científicas, realizados con un enfoque multidisciplinario por equipos conformados por el cardiólogo, fisiatra, fisioterapeutas, enfermeras, nutriólogos y psicólogos, por medio de evaluaciones médicas, modificaciones de los factores de riesgo, fomentando conductas saludables, educación en áreas de la nutrición, manejo del estrés, adherencias a los medicamentos y una adecuada prescripción de ejercicios, elementales en la recuperación luego de un proceso cardiovascular.
Se llevan a cabo en un gimnasio, equipado con todas las herramientas para cubrir cualquier emergencia durante las sesiones de terapias.
Cabe resaltar que cada paciente tiene demandas diferentes, por lo que cada programa es diseñado de una manera personalizada.
Destaca que gracias a los avances de la medicina moderna en los procedimientos y tratamientos con o sin intervención quirúrgica, se ha logrado salvar a muchas personas de una muerte segura.
Medina explica que durante el periodo de tiempo de recuperación, muchos de los pacientes caen en depresión, ansiedad y temor de cómo será su vida en lo adelante, surgiendo preguntas acerca de cuáles alimentos comer, qué tipo de ejercicios hacer, si podrá tener relaciones sexuales y es ahí donde la rehabilitación cardiaca es fundamental, no como una terapia aislada, sino como parte del tratamiento global de los pacientes, para que informaciones basadas en la evidencia lleguen a sus manos, logrando disminuir el riesgo coronario, aumentando la expectativa de vida, reducir tiempo de hospitalización y gastos médicos, reincorporándolos a sus actividades laborales y sociales.
La fisiatra asegura que la rehabilitación cardiaca se divide en tres fases: la primera se realiza durante la hospitalización del paciente, fomentando el conocimiento sobre su enfermedad, la importancia de adquirir un estilo de vida cardiosaludable mediante el control de los factores de riesgo, lograr que alcance un nivel de actividad necesario para llevar a cabo tareas simples de auto cuidado personal y movilización en el ámbito doméstico.
“Antes de ser dado de alta se recomienda la realización de la Prueba de la Caminata de los seis minutos, pues arroja información valiosa para planificar las actividades que podría realizar.
En esta fase se crea el vínculo con la rehabilitación cardiaca para que luego sean referidos por su médico cardiólogo a la fase dos para continuar de manera ambulatoria”, especifica Medina.
La segunda parte de rehabilitación se realiza después del alta y de forma ambulatoria. Inicia en la primera semana después de un evento coronario o en la tercera o cuarta si es un procedimiento quirúrgico, con una duración de ocho a doce semanas, según las necesidades de cada paciente.
En esta parte se refuerza lo aprendido en la fase anterior por medio de charlas y videos educativos en sesiones grupales con la participación de los familiares más cercanos.
El único centro con telemetría
La prescripción del ejercicio, monitorizado por telemetría (es la medición o registro de procesos y eventos electrocardiográficos a distancia), los cuales van de moderado a vigoroso, acompañado de entrenamientos de resistencia, con mediciones constantes de los parámetros vitales y bajo la supervisión del personal del departamento.
La doctora indicó: “Cedimat es el único centro en el país que cuenta con telemetría, lo que ofrece seguridad en el manejo de estos pacientes”.
La tercera fase es de mantenimiento, cuyo objetivo es preservar los hábitos de vida saludables ya adquiridos y que estos puedan perdurar en el tiempo.
Por ello la adherencia a las recomendaciones médicas se reduce con el paso del tiempo.