La Academia Americana de Odontopediatría recomienda que la primera visita al odontopediatra sea antes de los 12 meses de edad. Es una tendencia mundial iniciar la atención en los primeros meses de vida, ya que a esa edad la familia es orientada sobre el cuidado de hábitos orales y se percibe una disminución en la prevalencia de enfermedades bucales, en especial la caries dental, que suele ocurrir de forma agresiva y progresiva en los niños.
Entre el 60 y el 90 % de los niños en edad escolar han sufrido caries, por lo que hay que educar desde edad temprana en hábitos saludables.
Tanto el odontopediatra como los demás profesionales sanitarios debemos ofrecer orientación temprana a los padres en su práctica diaria para reducir la prevalencia de las enfermedades orales en la infancia.
La primera visita debe ser rápida, cómoda e indolora. Lo primero que debes saber que en una primera visita no hay pinchazos ni tratamientos dolorosos de ningún tipo.
El odontopediatra se limita a estudiar y evaluar el estado general de la salud bucodental, antes de proponer tratamientos concretos, si son necesarios.
¿Qué se hace en una primera visita? La primera visita es para orientar a los padres, para aclarar sus dudas sobre la salud oral del niño, los hábitos que podrían ser perjudiciales para el correcto desarrollo de la cavidad oral, como los hábitos bucales no nutritivos (hábitos succión de bobo o dedo), educar sobre cuidado de higiene indicándoles a los padres cómo deben cepillar los dientes de su niño aunque solo tenga uno o dos dientes, el tipo y cantidad de pasta, el tamaño del cepillo dental, guía de prevención, evaluar el riesgo a caries dental para así evitar las consultas de emergencia en etapas más avanzadas de la enfermedad, cuando la dentición decidua ya ha sido altamente comprometida por la caries dental.
La detección temprana y manejo de las condiciones orales pueden mejorar la salud bucal del niño, salud general y su bienestar. Un diagnóstico a destiempo de las enfermedades orales puede resultar en la complicación de los problemas que pueden llevar a una atención más compleja y costosa, como dolor, deterioro funcional y disminución de la calidad de vida.
Mantener los dientes primarios (dientes de leche) nos ayuda a prevenir problemas dentales durante la vida adulta, pues los dientes primarios sirven de guía a los permanentes, mantienen el espacio, la estética y están relacionados con el desarrollo de la fonación, por eso es importante prevenir y tratar las caries de los dientes primarios.
Es un mito pensar que como se van a caer no debemos tratarlos o cuidarlos, los llamados dientes de leche son muy importantes, aunque solo duren unos años.
Consejos de nutrición
Debido a que el consumo de azúcar es un factor de riesgo tan importante para la caries dental, se aconseja evitar toda fuente de azúcares refinados durante los primeros dos años de vida. Esto incluye galletas, bizcochos, jugos industriales, pan de molde, papas fritas y refrescos, entre otros. Las recomendaciones actuales de una dieta saludable son compatibles con las sugeridas para mantener una buena salud oral, incluyendo la reducción de azúcares y su reemplazo por alimentos sanos, como queso, trozos de frutas y verduras crudas, pan integral, tortitas de maíz, yogurt natural, frutos secos, huevos duros, etc.
Para disminuir el riesgo de caries dental y garantizar los mejores resultados de salud y desarrollo, se les recomienda lo siguiente:
– Amamantar a los recién nacidos de manera exclusiva durante 6 meses y continuar amamantando e incluyendo alimentos complementarios, durante un año o más, según lo deseen la madre y el bebé.
– No dormir a un niño con un biberón. Establecer una rutina a la hora de dormir que conduzca a una buena salud oral.
– Quitar el biberón cuando el bebé cumpla un año de edad.
– Limitar las comidas y bebidas azucaradas.
– Evitar las bebidas gaseosas azucaradas y las bebidas de zumo que no sean 100 % jugo.
– Limitar la ingesta de jugo de fruta 100 % a no más de 4 a 6 onzas por día. Los niños deben beber solo agua entre comidas.