Salud se está convirtiendo en el ramo más digital del sector. Las compañías han visto que es posible otro modelo más eficiente, con mayor experiencia de cliente y mucha mayor conectividad, pero manteniendo los altos niveles de satisfacción actuales. El ecosistema e-health ha llegado para quedarse.
Se observa un cambio muy profundo, pasando de un modelo de atención centrado en el hospital o el centro de salud a otro que pone al asegurado en el centro, esté donde esté y en el momento que desee. Esto permitirá reducir enormemente los desplazamientos, y por tanto optimizar los recursos físicos, aunque deberán aumentar los recursos tecnológicos.
Este es un proceso imparable porque la llegada del 5G, el aumento del IoT gracias al crecimiento del dato manejado (aquí los fitbits y wearables serán clave en fortalecer el mundo edge computing) y la mayor capacidad de la inteligencia artificial van a hacer que lo que estamos viviendo sea un movimiento creciente e imparable.
La teleconsulta, la vídeo consulta, las plataformas digitales, la robótica asistida en remoto, las telecabinas… nos llevan inexorablemente a personalizar la oferta de servicios (independientemente de la edad del asegurado y su lugar de procedencia) y a poderla ofrecer en cualquier lugar, estén o no cerca los grandes centros hospitalarios.