El automóvil concentra casi dos terceras partes de los fraudes a aseguradoras

Los fraudes a aseguradoras (o los intentos de conseguirlo) son una mala praxis muy frecuente. Pero, de entre todos los tipos de seguros, nichos de mercado y empresas dedicadas a trabajar en esta industria, hay un campo que concentra prácticamente dos terceras partes de los fraudes detectados: el automóvil.

Un estudio de ICEA, que recopila los datos del año 2017, así lo indica. Este estudio, además, cuenta con un fundamento de datos muy sólido: en él han participado casi cuatro decenas de empresas aseguradoras que concentran más de la mitad de la cuota de mercado en España. Y, con esos cimientos, las informaciones y conclusiones que se pueden extraer son de lo más elocuentes. El principal: cerca de un 64% de los casos de intentos de fraude a aseguradoras se ha detectado en pólizas para automóviles.

Pero el estudio trae muchos más datos destacados. En los últimos años, los intentos de fraude de importes pequeños (por debajo de los 500 euros) han aumentado más de un 30%: de representar un 29% en 2011 han pasado a suponer alrededor de un 38% en el último ejercicio del que se recopilaron datos.

El dato más relevante del estudio de ICEA es, sin duda, el retorno que reciben las empresas aseguradoras que invierten en investigar los casos de fraude. Por cada euro invertido, las aseguradoras recuperan como promedio algo más de 48 euros: una inversión inteligente que permite trabajar de forma más eficiente, reducir pérdidas y, en definitiva, poder ofrecer un mejor servicio y condiciones a esa inmensa mayoría de usuarios que no incurre en malas prácticas.

Una de esas inversiones en prevención del fraude es la localización de atestados. No solo evita que una aseguradora tramite un siniestro del que se ocultan deliberadamente datos que puedan inculpar a un usuario, sino que minimiza los errores en los procesos de obtención de documentos por parte de las administraciones y aumenta la eficiencia, lo que redunda positivamente en el servicio que las empresas prestan y los clientes reciben.

Eso, de forma directa, puede ayudar a evitar otro de los fraudes más recurrentes reflejados en el estudio: las reclamaciones desproporcionadas tras accidentes en coches y motos. Especialmente, en lo relativo a las supuestas lesiones que sufren los ocupantes de los vehículos tras los percances: un 67% de los casos de fraude al seguro tras un accidente de tráfico son por daños corporales.

Un año más, este estudio detalla minuciosamente infinidad de malas prácticas de usuarios que buscan obtener de sus pólizas de seguros aquello que no les corresponde. Por suerte, las empresas del sector son cada vez más conscientes de esta realidad e invierten con cabeza no solo para evitar estos casos, sino para premiar a los buenos clientes con el ahorro que eso les reporta.

Acerca del Autor
Con unos 40 años de experiencia en el ámbito de las comunicaciones especializadas, ampliamente relacionado a los sectores de la Salud, Seguros, seguridad y pensiones en R.D.

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