Noticia Anterior
Los hábitos saludables que ayudan a reducir los infartos
Escrito el 24 feb 2019
Comment: 0
Las enfermedades cardiovasculares, es decir, las que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, representan la principal causa de muerte en el mundo (unos 17 millones anualmente), de acuerdo a informes de la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiólogos.
La doctora Vizmary Pineda, cardióloga del Cedimat, asegura que si bien no es una enfermedad 100 por ciento prevenible, ya que hay elementos que son inherentes a la carga genética de cada persona, como los antecedentes familiares o el sexo, el 90 % de los infartos se origina por la presencia de uno o varios de los factores de riesgo cardiovascular.
“Ambos sexos comparten los principales factores que predisponen a que se enfermen las arterias coronarias, como la edad.
El riesgo de padecer enfermedad cardiovascular es mayor en hombres a partir de los 45 años y en mujeres después de los 55”, dice Pineda.
Una deficiencia
Pineda especifica que el ataque al corazón es una condición que se produce por una deficiencia de riego sanguíneo en una zona del músculo cardíaco, casi siempre generado por la obstrucción en una de sus arterias.
Se han identificado intervenciones muy eficaces para prevenirlo, cuya aplicación es factible incluso en entornos con escasos recursos.
¿Qué se puede hacer para prevenir un infarto y mejorar la calidad de vida? La cardióloga ofrece sencillos pasos para cuidarse.
• Comprometerse con la salud. Es importante verificar su riesgo cardiovascular. El médico puede estimarlo con gráficas simples y darle consejos apropiados para reducir sus factores de riesgo. El mayor peligro es la ignorancia, el no estar informado.
• Alimentación balanceada. Una dieta equilibrada es fundamental para la salud del corazón y del sistema vascular. Se recomienda consumir abundantes frutas y verduras, cereales integrales, car nes magras, pescado, legumbres, poca sal y azúcar. El alcohol debe consumirse con moderación.
• Ejercitarse. Debe moverse, bailar, caminar, saltar, correr. Suba las escaleras en lugar de usar el ascensor y camine a ritmo constante.
Si usa el autobús o el metro para trasladarse, bájese una estación antes para andar por lo menos un cuarto de hora al día. ¡Haga un poco de deporte! Es recomendable realizar ejercicios cardiovasculares 45 minutos, de cuatro a cinco veces por semana.
• Evitar el tabaco: El cigarrillo daña gravemente la salud, independientemente de cómo se consuma (cigarrillos, cigarros, pipa o tabaco para mascar).
La exposición pasiva al humo del tabaco también es peligrosa. Lo bueno es que el riesgo de infarto de miocardio empieza a disminuir inmediatamente después de dejar de consumir productos del tabaco y se puede reducir a la mitad en tan solo un año.
De entre todos los factores de riesgo, el más “fácilmente” variable y menos costoso es frenar el consumo de cigarrillos.
• Mantener una presión arterial saludable. La alta, llamada hipertensión, se le conoce como “el asesino silencioso”, pues se presenta sin síntomas en la mayoría de los individuos.
La hipertensión causa el desgaste del revestimiento interior delicado de los vasos sanguíneos. Cuanto mayor sea la presión arterial, mayor es el riesgo. Debe saber cuánto tiene de niveles de presión y si padeces de esta enfermedad tomar las medicinas de forma regular y visitar el médico periódicamente.
• Medir los lípidos (colesterol) en la sangre. El aumento del colesterol sanguíneo incrementa el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares. El control del colesterol requiere una dieta saludable y medicamentos apropiados.
• Evite la diabetes: la mejor forma de hacerlo es manteniendo su peso. Controlando el consumo de azúcares (pan, arroz, pastas, bebidas en alto contenido de azúcar).
La primera visita al doctor
Otra forma de prevenir es detectar los problemas a tiempo. Una de las mayores dificultades es que la enfermedad suele ser silente, por lo cual generalmente se gesta muchos años antes de que se presente el resultado final.
Son pocas las personas que tienen síntomas previos y habitualmente estos se producen en etapas cercanas al infarto, denominadas pre-infarto.
Es importante que todo paciente que sienta los dolores precordiales, es decir, en la región del tórax, que tengan irradiación al brazo izquierdo y a la mandíbula, debería visitar a un profesional de la salud.
La doctora Vizmary Pineda, cardióloga del Cedimat, asegura que si bien no es una enfermedad 100 por ciento prevenible, ya que hay elementos que son inherentes a la carga genética de cada persona, como los antecedentes familiares o el sexo, el 90 % de los infartos se origina por la presencia de uno o varios de los factores de riesgo cardiovascular.
“Ambos sexos comparten los principales factores que predisponen a que se enfermen las arterias coronarias, como la edad.
El riesgo de padecer enfermedad cardiovascular es mayor en hombres a partir de los 45 años y en mujeres después de los 55”, dice Pineda.
Una deficiencia
Pineda especifica que el ataque al corazón es una condición que se produce por una deficiencia de riego sanguíneo en una zona del músculo cardíaco, casi siempre generado por la obstrucción en una de sus arterias.
Se han identificado intervenciones muy eficaces para prevenirlo, cuya aplicación es factible incluso en entornos con escasos recursos.
¿Qué se puede hacer para prevenir un infarto y mejorar la calidad de vida? La cardióloga ofrece sencillos pasos para cuidarse.
• Comprometerse con la salud. Es importante verificar su riesgo cardiovascular. El médico puede estimarlo con gráficas simples y darle consejos apropiados para reducir sus factores de riesgo. El mayor peligro es la ignorancia, el no estar informado.
• Alimentación balanceada. Una dieta equilibrada es fundamental para la salud del corazón y del sistema vascular. Se recomienda consumir abundantes frutas y verduras, cereales integrales, car nes magras, pescado, legumbres, poca sal y azúcar. El alcohol debe consumirse con moderación.
• Ejercitarse. Debe moverse, bailar, caminar, saltar, correr. Suba las escaleras en lugar de usar el ascensor y camine a ritmo constante.
Si usa el autobús o el metro para trasladarse, bájese una estación antes para andar por lo menos un cuarto de hora al día. ¡Haga un poco de deporte! Es recomendable realizar ejercicios cardiovasculares 45 minutos, de cuatro a cinco veces por semana.
• Evitar el tabaco: El cigarrillo daña gravemente la salud, independientemente de cómo se consuma (cigarrillos, cigarros, pipa o tabaco para mascar).
La exposición pasiva al humo del tabaco también es peligrosa. Lo bueno es que el riesgo de infarto de miocardio empieza a disminuir inmediatamente después de dejar de consumir productos del tabaco y se puede reducir a la mitad en tan solo un año.
De entre todos los factores de riesgo, el más “fácilmente” variable y menos costoso es frenar el consumo de cigarrillos.
• Mantener una presión arterial saludable. La alta, llamada hipertensión, se le conoce como “el asesino silencioso”, pues se presenta sin síntomas en la mayoría de los individuos.
La hipertensión causa el desgaste del revestimiento interior delicado de los vasos sanguíneos. Cuanto mayor sea la presión arterial, mayor es el riesgo. Debe saber cuánto tiene de niveles de presión y si padeces de esta enfermedad tomar las medicinas de forma regular y visitar el médico periódicamente.
• Medir los lípidos (colesterol) en la sangre. El aumento del colesterol sanguíneo incrementa el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares. El control del colesterol requiere una dieta saludable y medicamentos apropiados.
• Evite la diabetes: la mejor forma de hacerlo es manteniendo su peso. Controlando el consumo de azúcares (pan, arroz, pastas, bebidas en alto contenido de azúcar).
La primera visita al doctor
Otra forma de prevenir es detectar los problemas a tiempo. Una de las mayores dificultades es que la enfermedad suele ser silente, por lo cual generalmente se gesta muchos años antes de que se presente el resultado final.
Son pocas las personas que tienen síntomas previos y habitualmente estos se producen en etapas cercanas al infarto, denominadas pre-infarto.
Es importante que todo paciente que sienta los dolores precordiales, es decir, en la región del tórax, que tengan irradiación al brazo izquierdo y a la mandíbula, debería visitar a un profesional de la salud.