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ARTICULO: DÉFICIT COMERCIAL

Por Félix Santana García
felix.felixsnatana.santanagarc@gmail.com

Entendidos en materia económica explican que la suma algebraica de las exportaciones y las importaciones da como resultado la balanza comercial. En consecuencia esta estará determinada por el tipo de cambio y por los niveles de ingresos del país como de los demás países.

Un incremento en el tipo de cambio (medido en pesos por dólar) provoca una mayor cantidad de exportaciones y una menor entrada de importaciones simultáneamente, por lo que la balanza incrementará su valor.

Por el contrario, una revaluación del tipo de cambio (menos pesos por dólar) provocará una caída de las exportaciones y un incremento de las importaciones, o puesto de otra forma, un empeoramiento de la balanza comercial.

Las exportaciones dependen del tipo de cambio y del ingreso del resto del mundo, de manera que si los demás países no crecen, o se encuentran en recesión, será difícil que estos incrementen sus importaciones. Lo mismo ocurrirá si el tipo de cambio se revalúa, esto es, si por cada dólar corresponden menos pesos.

De igual manera que las exportaciones, las importaciones dependerán de que haya ingresos suficientes para comprar. Conforme crece el ingreso en el país, se tendrá más posibilidades de comprar bienes y servicios, tanto nacionales como extranjeros, y por lo mismo, las importaciones crecerán.

Conforme informaciones del Banco Central de la República Dominicana las importaciones realizadas por el país durante el año 2017 representaron US$7,579 millones más que las exportaciones que se realizaron en igual período.

En tal sentido, las exportaciones realizadas por el país en 2017 ascendieron a US$10,120.7 millones, mientras que las importaciones sumaron un total de US$17,700.3 millones en igual lapso.

Se comenta entre economistas que lo anterior refleja, primero, la reducida capacidad productiva y competitiva de la nación dominicana para penetrar a los mercados internacionales y competir con las importaciones en el mercado doméstico.

Otras razones son las trabas y baja competitividad del déficit comercial de la República Dominicana, pese a que el país cuenta con dos acuerdos comerciales, el DR-Cafta y el EPA, que le han abierto las puertas a los mercados más importantes del mundo y no los ha sabido aprovechar para producir y exportar.

Ser competitivo para ofrecer bienes y servicios a bajos precios siempre que los costos operacionales así lo permitan pero si los impuestos, aranceles, transporte, materias primas o insumos son muy altos, ¿Cómo podrá competir la República Dominicana con los países signatarios de los señalados acuerdos comerciales los cuales son mucho más competitivos y tecnológicamente mas avanzados?

Empresarios y gobierno dominicanos celebran, congresos, reuniones y foros con propuestas de acciones para mejorar la competitividad y productividad de las industrias en el marco de la apertura comercial, pero muchas de dichas iniciativas no se logran implementar y algunas han sido insuficientes para contrarrestar el efecto de las importaciones.

Además, cabe señalar que las empresas dominicanas no se expanden como debería ser por el hecho de que son instituciones cerradas o familiares que no incrementan sus capitales ya que no transan operaciones de captación de recursos a través de la bolsa de valores mediante emisiones de instrumentos financieros de rentas variables como acciones comunes u ordinarias.

Pues hasta tanto se mantengan cerradas ante la referida fuente de financiamiento, la estructura de capital de las mismas será de poco monto e incompleta y por lo tanto dispondrán de menor capital de trabajo con el propósito de financiar sus activos productivos.

Lógico lo anterior implica que las empresas deben mostrar su cara oculta al presentar de manera transparente, oportuna y adecuada su verdadera situación financiera sin maquillaje alguno. Por supuesto dando cumplimiento a la Ley No. 155-17, sobre el lavado de activos y el financiamiento al terrorismo, a los fines de despertar confianza entre sus accionistas y futuros inversionistas.

Mientras el empresariado dominicano no cambie de mentalidad respecto a las inversiones que deben realizar en sus empresas a los fines de modernizar sus instalaciones y de paso el gobierno no muestre voluntad en propiciar un clima adecuado para facilitar la competitividad y productividad de la industria dominicana el país será víctima de su poca capacidad para competir de igual a igual con los países centroamericanos, Estados Unidos y otras naciones.

Si bien es cierto que los tipos de cambio y la estabilidad económica del resto del mundo son importantes para la mejoría de la exportaciones no menos cierto que los costos operacionales deben ser competitivos, de lo contrario el país se mantendrá en el mismo nivel de avance empresarial lo que por ende afecta el nivel de crecimiento y desarrollo económico y social del país.

De ser así el Producto Interno Bruto (PIB) de la nación podría ser mayor al que ha podido exhibir hasta el momento.

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