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Cómo transformar los sistemas de extensión agropecuaria
Escrito el 12 ene 2018
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Durante la semana de Extensión Agropecuaria de África, celebrada hace poco en Durban, se escuchó repetidamente una frase: "En África la demanda de alimentos está aumentando y se espera que se duplique para 2050". Es por esto que vemos oportunidades de crecimiento continuo y de empleo en la cadena de valor de la agricultura y es también el motivo por el cual la extensión agropecuaria (o la capacitación) resulta más importante que nunca.
¿Qué es exactamente la extensión agropecuaria? Con ella se busca brindar servicios de asesoría acerca de diversas tecnologías que pueden resultar útiles para quienes se dedican a los cultivos, la cría de ganado o la pesca, entre otros. Los trabajadores a cargo de las actividades de extensión son capacitadores, asesores, gerentes de proyectos, desarrolladores comunitarios y promotores de políticas. Ofrecen también apoyo administrativo a los Gobiernos locales y ayudan a los trabajadores agropecuarios a tomar decisiones y difundir sus conocimientos. La extensión agropecuaria, mediante la cual se brindan servicios a los pequeños agricultores situados en toda la cadena de valor, es fundamental para lograr la seguridad alimentaria, nutricional y de ingresos.
A pesar de que la extensión agropecuaria es clave para desarrollar los sistemas alimentarios del futuro, no siempre está adecuadamente diseñada. En África, por ejemplo, muchos sistemas gubernamentales de extensión son burocráticos, carecen de líneas de responsabilidad claras y tienen pocos recursos.
Al mismo tiempo, la demanda de servicios de extensión crece en África. La clientela se ha extendido más allá de los pequeños agricultores y los trabajadores agropecuarios jóvenes para incluir también a las agroindustrias.
Está claro que la extensión agropecuaria debe cambiar para adaptarse a los tiempos que corren. Las organizaciones como el Foro Africano para los Servicios de Asesoría Agrícola (AFAAS, por sus siglas en inglés), (i) que organiza foros para que los expertos y las personas dedicadas a la extensión difundan ideas, enseñanzas e innovaciones, son un importante recurso para los profesionales de este campo.
Los jóvenes, que utilizan principalmente las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para acceder a la información, constituyen un componente significativo de la población de productores agropecuarios. En consecuencia, es necesario volver a invertir en los sistemas gubernamentales de extensión, mejorar las asociaciones de colaboración y ampliar las áreas de especialización de los encargados de las actividades de extensión a fin de incluir las ciencias sociales, las TIC, el medio ambiente y el género. Asimismo, se debe procurar incorporar las TIC en las actividades de extensión, mejorar la gestión de los recursos humanos y el desarrollo de las capacidades, dirigiendo específicamente los esfuerzos hacia las mujeres, los jóvenes y el sector privado. También es crucial establecer redes y organizarse para reunir a las partes interesadas.
Anteriormente, las actividades de extensión se centraban en mejorar la situación de personas desfavorecidas. Pero las cosas han cambiado. África cuenta ahora con un nuevo conjunto de productores agropecuarios que saben más y están conectados con diversas redes. Por lo tanto, es necesario esmerarse con las actividades de extensión, actualizar la definición de agricultor y determinar los servicios que se ofrecerán. Esta transformación debe estar impulsada por el mercado. Estoy de acuerdo con el Dr. Jeff Mutimba, del programa regional denominado Fondo Sasakawa de África para la Extensión Educativa (SAFE), quien afirmó que “la extensión debería dejar de centrarse únicamente en la producción para ser también innovadora y responder a las fuerzas del mercado. Es necesario lograr la inclusión de todos los grupos, en especial los jóvenes, las mujeres y las personas con discapacidad, porque son los que pueden ser dejados de lado en los mercados en desarrollo que exigen parámetros elevados”. Por esta razón, se deben modificar los sistemas de extensión para capacitar a los agricultores de hoy y de mañana en los temas de actualidad.
Todos sabemos que África necesita una buena dosis de revolución digital. Los agricultores están comenzando a utilizar las TIC para acceder a servicios de asesoría, por ejemplo, a través de los teléfonos celulares, la radio, los videos e Internet. En África, la mayor parte de los jóvenes están registrados en las plataformas de los medios sociales. Esto representa una gran oportunidad: Empleemos a jóvenes en el área de extensión agropecuaria para que trabajen con otros jóvenes, porque pueden tener ideas nuevas. Ampliemos su participación utilizando las plataformas en las que actúan con mayor frecuencia: los medios sociales como Twitter, Facebook y Whatsapp.
La revolución comenzará cuando se dé participación a los jóvenes. Es urgente contar con representantes de la juventud en todas las plataformas en las que se toman decisiones sobre las actividades de extensión, incluidos los directorios del AFAAS y el Foro Global para los Servicios de Asesoría Rural (GFRAS, por sus siglas en inglés), (i) de modo de incorporar los temas que los afectan. Evitemos sentarnos a una mesa para decidir en nombre de los jóvenes. Ellos tienen su propia voz, por lo que debemos incluirlos en los ámbitos donde se toman decisiones.
Y no olvidemos a las mujeres, que proporcionan mano de obra y se ocupan de cultivos importantes para la seguridad alimentaria en África. Por ejemplo, en el norte de Malawi, el 80 % de los trabajadores rurales son mujeres y ellas producen legumbres, cebollas, maíz y tabaco. En esta misma región, los hombres (el 20 % restante) se suman al final, para vender los productos y participar en otras actividades que generan ingresos. En consecuencia, la incorporación de las mujeres en las actividades de extensión es clave y podría ser además el elemento catalizador de la transformación agropecuaria.
Está claro que para satisfacer las necesidades del presente y del futuro, será necesario cambiar la extensión agropecuaria. La participación de los jóvenes y las mujeres contribuirá en gran medida al desarrollo de un sistema de extensión capaz de nutrir el futuro de la agricultura.
¿Qué es exactamente la extensión agropecuaria? Con ella se busca brindar servicios de asesoría acerca de diversas tecnologías que pueden resultar útiles para quienes se dedican a los cultivos, la cría de ganado o la pesca, entre otros. Los trabajadores a cargo de las actividades de extensión son capacitadores, asesores, gerentes de proyectos, desarrolladores comunitarios y promotores de políticas. Ofrecen también apoyo administrativo a los Gobiernos locales y ayudan a los trabajadores agropecuarios a tomar decisiones y difundir sus conocimientos. La extensión agropecuaria, mediante la cual se brindan servicios a los pequeños agricultores situados en toda la cadena de valor, es fundamental para lograr la seguridad alimentaria, nutricional y de ingresos.
A pesar de que la extensión agropecuaria es clave para desarrollar los sistemas alimentarios del futuro, no siempre está adecuadamente diseñada. En África, por ejemplo, muchos sistemas gubernamentales de extensión son burocráticos, carecen de líneas de responsabilidad claras y tienen pocos recursos.
Al mismo tiempo, la demanda de servicios de extensión crece en África. La clientela se ha extendido más allá de los pequeños agricultores y los trabajadores agropecuarios jóvenes para incluir también a las agroindustrias.
Está claro que la extensión agropecuaria debe cambiar para adaptarse a los tiempos que corren. Las organizaciones como el Foro Africano para los Servicios de Asesoría Agrícola (AFAAS, por sus siglas en inglés), (i) que organiza foros para que los expertos y las personas dedicadas a la extensión difundan ideas, enseñanzas e innovaciones, son un importante recurso para los profesionales de este campo.
Los jóvenes, que utilizan principalmente las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para acceder a la información, constituyen un componente significativo de la población de productores agropecuarios. En consecuencia, es necesario volver a invertir en los sistemas gubernamentales de extensión, mejorar las asociaciones de colaboración y ampliar las áreas de especialización de los encargados de las actividades de extensión a fin de incluir las ciencias sociales, las TIC, el medio ambiente y el género. Asimismo, se debe procurar incorporar las TIC en las actividades de extensión, mejorar la gestión de los recursos humanos y el desarrollo de las capacidades, dirigiendo específicamente los esfuerzos hacia las mujeres, los jóvenes y el sector privado. También es crucial establecer redes y organizarse para reunir a las partes interesadas.
Anteriormente, las actividades de extensión se centraban en mejorar la situación de personas desfavorecidas. Pero las cosas han cambiado. África cuenta ahora con un nuevo conjunto de productores agropecuarios que saben más y están conectados con diversas redes. Por lo tanto, es necesario esmerarse con las actividades de extensión, actualizar la definición de agricultor y determinar los servicios que se ofrecerán. Esta transformación debe estar impulsada por el mercado. Estoy de acuerdo con el Dr. Jeff Mutimba, del programa regional denominado Fondo Sasakawa de África para la Extensión Educativa (SAFE), quien afirmó que “la extensión debería dejar de centrarse únicamente en la producción para ser también innovadora y responder a las fuerzas del mercado. Es necesario lograr la inclusión de todos los grupos, en especial los jóvenes, las mujeres y las personas con discapacidad, porque son los que pueden ser dejados de lado en los mercados en desarrollo que exigen parámetros elevados”. Por esta razón, se deben modificar los sistemas de extensión para capacitar a los agricultores de hoy y de mañana en los temas de actualidad.
Todos sabemos que África necesita una buena dosis de revolución digital. Los agricultores están comenzando a utilizar las TIC para acceder a servicios de asesoría, por ejemplo, a través de los teléfonos celulares, la radio, los videos e Internet. En África, la mayor parte de los jóvenes están registrados en las plataformas de los medios sociales. Esto representa una gran oportunidad: Empleemos a jóvenes en el área de extensión agropecuaria para que trabajen con otros jóvenes, porque pueden tener ideas nuevas. Ampliemos su participación utilizando las plataformas en las que actúan con mayor frecuencia: los medios sociales como Twitter, Facebook y Whatsapp.
La revolución comenzará cuando se dé participación a los jóvenes. Es urgente contar con representantes de la juventud en todas las plataformas en las que se toman decisiones sobre las actividades de extensión, incluidos los directorios del AFAAS y el Foro Global para los Servicios de Asesoría Rural (GFRAS, por sus siglas en inglés), (i) de modo de incorporar los temas que los afectan. Evitemos sentarnos a una mesa para decidir en nombre de los jóvenes. Ellos tienen su propia voz, por lo que debemos incluirlos en los ámbitos donde se toman decisiones.
Y no olvidemos a las mujeres, que proporcionan mano de obra y se ocupan de cultivos importantes para la seguridad alimentaria en África. Por ejemplo, en el norte de Malawi, el 80 % de los trabajadores rurales son mujeres y ellas producen legumbres, cebollas, maíz y tabaco. En esta misma región, los hombres (el 20 % restante) se suman al final, para vender los productos y participar en otras actividades que generan ingresos. En consecuencia, la incorporación de las mujeres en las actividades de extensión es clave y podría ser además el elemento catalizador de la transformación agropecuaria.
Está claro que para satisfacer las necesidades del presente y del futuro, será necesario cambiar la extensión agropecuaria. La participación de los jóvenes y las mujeres contribuirá en gran medida al desarrollo de un sistema de extensión capaz de nutrir el futuro de la agricultura.