La industria farmacéutica se enfrenta al doble reto de incorporar la innovación a un sistema sanitario con insuficiencia presupuestaria mientras trabaja para asegurar su sostenibilidad. Así, «acelerar el acceso a tratamientos innovadores es fundamental, pero para ello hay que identificar por qué los nuevos medicamentos, una vez evaluados, no se incorporan al mercado», afirmó Belén Crespo, directora de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), durante la apertura del Encuentro Innovación y Sostenibilidad en la Industria Farmacéutica, organizado por Eventos y Conferencias de Unidad Editorial y patrocinado por Sandoz, Almirall y Roche, con la colaboración de EXPANSIÓN, Correo Farmacéutico y Diario Médico.
«El principal reto de la industria farmacéutica es superar las limitaciones que establece el marco presupuestario», explicó Cesar Pascual, director general de Coordinación de la Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. En este sentido, María Isabel Baena, directora general de Investigación y Gestión del Conocimiento de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, defendió que, «con un déficit de unos 8.000 millones de euros, tenemos un problema crónico de insuficiencia presupuestaria, por lo que es bastante complicado compaginar la incorporación de una novedad terapéutica con el acceso, tanto a nivel nacional, como autonómico».
El reto de las Administraciones pasa por «innovar en procesos asistenciales, en cómo tomamos las decisiones, en transparencia, en los sistemas relacionales, en sistemas de pago, así como en modelos de incentivo», explicó Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y del Medicamento del Servicio Catalán de Salud. Mientras que Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, defendió que «conciliar acceso e innovación» afecta tanto a las Administraciones como al sector privado y que la responsabilidad de éste último es «buscar la eficiencia». Además, «es importante que la innovación vaya unida al valor y aquellas innovaciones que sustituyen a medicamentos tradicionales está demostrado que aportan mayor valor, aunque a veces tengan un precio más elevado, ya que al final el retorno que generan es mucho mayor que el coste», argumentó Arnés.
Nuevos medicamentos
Otro de los temas centrales del encuentro fue la incorporación de nuevos medicamentos biológicos y biosimilares al Sistema Nacional de Salud. «Los biosimilares están adquiriendo cada vez más relevancia y las evidencias de calidad y seguridad cada vez son mayores», expuso María Teresa Martínez, directora general de Planificación, Investigación, Farmacia y Atención al Ciudadano de la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia. Además, Martínez añadió que «el uso de biosimilares generaría ahorros que podrían ser reinvertidos en tratamientos para nuevos pacientes».
«Es necesario no tener miedo a incorporar biosimilares al mercado», ya que es una forma de «ofrecer medicamentos eficaces, e incluso preceptivos se podría decir; seguros, con diez o quince años de seguridad; y eficientes, porque su coste se ha reducido, lo que permite poder incorporar nuevas innovaciones al mercado», defendió Francisco Javier Bécares, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
Para Joaquín Rodrigo, director general de Sandoz, es importante hablar de sostenibilidad a medio y largo plazo. Así, señaló que «realmente lo que proporcionan los biosimilares es un aumento de la competencia, pero ese incremento tiene que ser bajo los más estrictos y rigurosos controles de calidad y tiene que estar totalmente avalado». Además, Rodrigo, en la búsqueda de la sostenibilidad a través de los biosimilares, matizó que «no tiene ningún sentido» que estos fármacos y los originales mantengan el mismo precio, «porque entonces se elimina el incentivo básico para que haya una adopción de esta alternativa terapéutica». Asimismo, abogó por un marco legislativo que recogiera esta idea, algo que actualmente no existe en España.
Por otro lado, Beatriz Perales, directora de Acceso al Mercado y Precios de Roche, defendió la «revisión de los precios de determinados medicamentos destinados a enfermedades menores que, estando a un precio de referencia, ya cuestan menos que un chupa-chups por ejemplo». Así, Perales explicó que, «en algunos casos, habría que estudiar qué tratamientos podrían desfinanciarse para dedicar esos recursos a otros medicamentos actualmente más caros y que tratan enfermedades más graves».