Durante 23 años, Adelaida García de Borissow acudió a la Embajada del Líbano para cumplir con su trabajo como secretaria personal y traductora del embajador. Pese a esto nunca pudo recibir una pensión, ya que durante 10 años, y sin que ella supiera, la Embajada no cotizó los pagos al Seguro Social.
El primero de abril de 1981 empezó a trabajar en dicho lugar, luego de estar vinculada con otras embajadas, como la de Egipto y Australia. Sus habilidades en el manejo de tres idiomas –español, inglés y francés– le permitieron ganarse un puesto en estas oficinas.
Desde ese momento, comenzó una mediación para que se realizara el respectivo pago de esos años.
«Ella empezó a hablar con la Embajada para que resolvieran el problema. Hubo cartas escritas en inglés, francés, traducidas al árabe, y la respuesta del embajador siempre fue: “Estamos evaluando. Estamos mirando. No hay presupuesto. Vamos a ver’”, asegura Anne Borissow, hija de Adelaida.
Posteriormente, el 24 de noviembre de 2004, luego de cumplir 60 años, Adelaida fue despedida. Según las leyes del Líbano, una vez una mujer cumple esa edad no puede seguir laborando.