Bolígrafos que salvan vidas.

Las pequeñas (y las grandes) innovaciones en el campo de la salud pueden salvar cientos de vidas al año. Sólo es cuestión de creatividad. Un papel enrollado en un bolígrafo o un equipo de Radio Comunicación pueden hacer la diferencia entre la vida o la muerte de una madre.

En los últimos años, el concepto de “innovación” se ha asociado al anuncio de costosos descubrimientos en el sector de las telecomunicaciones digitales. Sin embargo, las innovaciones en el sector de la salud no tienen por qué ser ni caras, ni complejas; simplemente basta con que sean prácticas, útiles e ingeniosas. La innovación en el campo de la salud se define como la respuesta a las necesidades insatisfechas de salud pública mediante la creación de nuevas formas de pensar y de trabajar con un enfoque en las necesidades de las poblaciones vulnerables.

Por su parte,  el significado etimológico del término “tecnología” define una realidad mucho más amplia. La palabra proviene de los vocablos griegos ‘tekne’ (τεχνη) que significa arte, técnica u oficio y ‘logos’ (λογος), que significa conjunto de saberes. Una de las principales misiones de la Iniciativa Salud Mesoamérica (ISM) es la de innovar la técnica y el oficio de la salud. Es una herramienta para salvar vidas.

Honduras salva vidas usando bolígrafos

Hemos visto un buen ejemplo de esta actitud “innovadora” en Honduras. La Secretaría de Salud de Honduras (SESAL) quería asegurarse de que ningún profesional de la salud se olvidara de las normas básicas que debían seguir para atender una emergencia  obstétrica. Para ello puso en marcha una sencilla pero ingeniosa innovación tecnológica: distribuyó entre el personal de salud  de los hospitales participantes en la Iniciativa Salud Mesoamérica (ISM) unos bolígrafos que llevan enrollado un papel que, al desplegarse, muestra el protocolo que se debe  seguir en caso de atender una emergencia obstétrica o neonatal. En su leyenda, cada bolígrafo contiene los pasos del proceso de atención que el personal requiere realizar, tales como toma de signos vitales, toma de exámenes de laboratorio, tratamiento, procedimientos médicos o quirúrgicos.

El material fue repartido a médicos y enfermeras que brindan atención prenatal en establecimientos de salud de primer nivel (bolígrafo de color azul); ginecólogos-obstetras que atienden complicaciones obstétricas en hospitales (bolígrafo de color verde); y a pediatras y neonatólogos que atienden complicaciones neonatales en hospitales (bolígrafo de color rosado).

Lo antiguo, usado de otra manera, también es innovador

En Nicaragua, en la provincia de Pantasma, una de las más pobres del país, se encuentra el municipio de El Jiquelite. Está alejado a más de dos horas en coche por un tortuoso camino de tierra por la montaña. Cualquier urgencia obstétrica que sufran las mujeres de ese municipio supone un potencial riesgo para su vida y para la de su bebé. Por ello, el diminuto dispensario médico de El Jiquelite ha instalado un antiguo aparato de Radio Comunicación. En caso de recibir una urgencia, el médico de guardia o los enfermeros del dispensario pueden avisar por radio al hospital de Pantasma (el más cercano) para que se preparen para la llegada de la urgencia de manera eficaz mientras la paciente es trasladada en un vehículo. Esta pequeña y barata innovación, bien aplicada,  permite salvar vidas.

Vidas concretas. Como la de una mujer chiapaneca y su hijo que actualmente están vivos gracias a otro sistema de radio similar al de El Jiquelite. En enero de 2015 Ana Gómez afrontaba el tramo final de su embarazo en su casa de Nueva Linda, una pequeña localidad de 125 habitantes en el municipio de Pantelho, en Chiapas. De forma inesperada, el embarazo se complicó y el bebé comenzó a sufrir. El Hospital de Yajalón, el centro de salud sanitario más cercano que podía hacer frente a la urgencia, estaba a tres horas en coche por un camino entre montañas. Las vidas de Ana y de su bebé se encontraban en riesgo.

Sin embargo, el equipo de Radio Comunicación que se instaló en el pequeño centro sanitario del municipio de Ana (San Carlos Corralito), permitió avisar de manera inmediata al Hospital de Yajalón de la urgencia en la que se encontraba la futura madre. Mientras la paciente era trasladada en una ambulancia al Hospital, los médicos de Yajalón ya se estaban preparando para recibir a la paciente y atender la urgencia con todos los medios necesarios, incluida una transfusión de sangre. No hubo demoras. No hubo imprevistos. Ana dio a luz a un sano bebé. Días más tarde los dos regresaron a su hogar sin ningún tipo de complicaciones. Una simple llamada de radio y un protocolo de actuación bien ejecutado salvaron dos vidas.

A veces pensamos que solo estamos innovando si creamos una aplicación para un teléfono inteligente o desarrollamos un software. La innovación es mucho más. Es una nueva forma de abordar problemas y mejorar procesos. Es una manera de ayudar a recordar protocolos complicados utilizando algo tan básico como un bolígrafo. Innovar es conectar personas usando una tecnología vieja como la radio, pero de una nueva manera que permita salvar vidas. Innovar es tener otro lente cuando miramos el mundo.

En definitiva, es el ingenio, la innovación y la tecnología de bajo costo al servicio de la mejora de los servicios de salud de las zonas y las regiones más desfavorecidas. La tecnología como herramienta de lucha contra la desigualdad. La tecnología que salva vidas.
Álvaro González Marmol.

Acerca del Autor
Con unos 40 años de experiencia en el ámbito de las comunicaciones especializadas, ampliamente relacionado a los sectores de la Salud, Seguros, seguridad y pensiones en R.D.

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